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Exclusivo: un nuevo testigo revela sorprendentes detalles de la red de corrupción del senador Mario Castaño
SEMANA revela en exclusiva los siete interrogatorios de Santiago Castaño, el hombre tras la red de empresas que utilizó el grupo criminal del senador liberal para desfalcar los recursos del Estado.
Cuando llega el anticipo del contrato de San Miguel con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Juan Carlos Martínez me dice que me toca dar el primer abono por 1.000 millones, que era para entregárselos al senador Mario Castaño; 260 millones para Alexánder, alias el Pato, que eran para el pago de unos gastos entre los que estaba el reembolso del pago de las pólizas, y 300 millones que Martínez me pidió para él. En ese momento, la UNGRD giró un poco más de 3.000 millones. De todo esto tengo los soportes de los giros, consignaciones o transferencias”.
Quien habla es el ingeniero Santiago Castaño, hoy capturado y señalado como uno de los miembros de la poderosa red criminal liderada por el senador liberal Mario Castaño. Según las autoridades, se habrían apoderado de contratos del Estado por más de 60.000 millones de pesos. Castaño, quien aparece en múltiples grabaciones, decidió confesar y colaborar a cambio de beneficios judiciales ante la contundencia de las pruebas.
Sin dudarlo, Santiago Castaño señala directamente al senador de beneficiarse con millonarias coimas y hasta mano de obra en inversiones personales en contrapartida por la entrega a dedo de jugosos contratos de obras públicas. SEMANA revela en exclusiva los siete interrogatorios, ante la Fiscalía, en los que este empresario detalla minuciosamente cómo fue esta danza de los millones, en la que cada uno obtenía una tajada, siempre bajo la batuta del senador liberal, hoy tras las rejas.
Además de su declaración, entregó la información de su computador y de su celular, en los que tenía recibos, consignaciones y documentos de los contratos. Habla de su participación en diferentes entidades, como Proyectar Quindío, el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), el MinDeporte y la UNGRD.
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No se trata de mordidas de poca monta, los millones se contaban por miles. Así queda claro en los extensos interrogatorios, pues se habla de contratos hasta por 10.000 millones de pesos, y cómo manejaban dinero en efectivo en bolsas de basura con cifras de más de 500 millones.
La historia de la participación de Santiago en la maraña de corrupción empieza, según narró a la Fiscalía, cuando lo contactó la mano derecha del senador Castaño, Juan Carlos Martínez, hoy prófugo de la justicia, a quien conocía de años atrás. Se reencontraron y le propuso entrar en el “negocio” con su empresa Top Ingeniería SAS y la consecución de otras empresas que usaban como fachada para captar los negocios, especialmente en Caldas, Risaralda, Antioquia, Tolima y Chocó, donde el congresista liberal ya tenía sus alfiles listos para absorber la contratación.
Con el tiempo, y a medida que avanzaban los contratos y la circulación de dinero corrupto en la red, su amigo Juan Carlos Martínez lo fue acercando al círculo más íntimo del senador Castaño. Tanto fue así que varias de las reuniones se hicieron en su lujoso apartamento en el exclusivo sector de Chapinero Alto, en Bogotá, donde incluso llegó a quedarse.
Lluvia de contratos
En cientos de horas de grabación quedó al descubierto la red de corrupción de Castaño, en las que se escuchaba el nombre del ingeniero Santiago de forma habitual. Entre los contratos que empezaron a llegar hubo uno, direccionado por Martínez, para una obra con la UNGRD en el municipio de Dosquebradas, Risaralda.
La Fiscalía le preguntó: “¿Qué se pactó para ese contrato?”. La respuesta fue contundente: “Entregarle a Juan Carlos (Martínez) lo que sobre del AIU (administración, imprevistos y utilidad). El valor del contrato creo que era de 17.000 millones de pesos; la entrega se debería de hacer en el momento que hubiera flujo de caja y avances del contrato”, respondió el ingeniero Santiago Castaño.
Pero como se ha venido conociendo, la red corrupta del senador Castaño se extendió a muchos municipios, como Alcalá, en el Valle del Cauca. Sobre este dijo que eran “4.600 millones de pesos. El acto que se hizo en ese contrato fue entregar el AIU, después de pagar los impuestos; tengo entendido que los impuestos de la UNGDR son del 12 por ciento”.Sobre la mesa los negocios eran de miles de millones de pesos, como uno de alcantarillado en Villamaría, Caldas: “Juan Carlos (Martínez) en algún momento me comenta que hay un proyecto por 10.000 millones, en Villamaría, que va a mirar la opción si lo podemos ejecutar”.
En medio de los interrogatorios, Santiago Castaño revisa documentos, apuntes, apela a su memoria, mientras la Fiscalía le pregunta por los millonarios movimientos de los que se habla en las grabaciones. Por ejemplo, hay un momento en el que cuenta sobre la necesidad de avanzar en una obra porque ahí estaba la comisión del senador. “Ejecutar esa plata porque ahí está el porcentaje del senador Mario Castaño (...) mirar obras para conducción de la quebrada, pues necesitan gastarse 5.000 millones de pesos”.
El afán de Juan Carlos Martínez de acaparar contratos, siempre de la mano del senador Castaño, es evidente. En un aparte del interrogatorio cuenta cómo lo llena de propuestas para ver si las puede realizar: “Me envía más o menos unos 10 o 12 contratos que se van a iniciar por Proyecta y que si somos capaces de ejecutarlos (...) yo termino diciéndole que no es posible, que como no tienen anticipo, requiere de un monto alto de dinero (...) me pide que si puedo conseguir quien los ejecute”.
“Empezaron dos temas, el primero era un contrato de San Miguel con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo con contratistas que les faltaba una póliza y no tenían capacidad económica para realizarlo. Entonces me lo entregaron para que lo analizara y verificara al nivel de ítems (actividades de obra a realizar), para que mirara si las actividades allí propuestas, al ejecutarlas, nos iban a generar utilidades”.
“Él me informa que en ese contrato no vamos a contar con el AIU porque hay que entregar una comisión de 1.000 millones de pesos, en ese momento no me dijo a quién, pero evidentemente era para el senador Mario Castaño”.
“Juan Carlos Martínez me dice directamente que el senador necesita hacer unas obras en Manizales y en Puerto Asís (Putumayo), entonces, como yo no sé nada del trasfondo de esos proyectos privados del senador, le pregunto: ¿Cuál es la dinámica? Él me dice que unas empresas me van a hacer un contrato por administración delegada, para que se efectúen los contratos y se saquen las pólizas para iniciar el proyecto de Bengala, que es una construcción nueva, de uso comercial, de dos plantas, para un supermercado. El contrato inició por 800 millones. Tengo unos informes sustentados del detalle de los gastos o inversiones que yo hice en las obras del senador Mario Castaño”.
Bolsas repletas de dinero en efectivo
Santiago Castaño se convierte en la segunda persona que toca las puertas de la justicia en busca de una reducción de pena a cambio de su colaboración efectiva, destapando la red criminal del senador liberal. Ya lo había hecho, tal como lo reveló SEMANA en exclusiva, la lobista Nova Lorena Cañón, quien dio a conocer los alcances de esta organización delictiva. Fueron jornadas largas de interrogatorios que comenzaron el 11 de marzo y terminaron, en esta primera etapa, el 22 abril. Siempre estuvo en compañía de su abogado y con sus apuntes y archivos documentales en mano, además de su celular y su computador personal. Sin tapujos, habló de la forma como entregaba dinero en efectivo la mano derecha del senador Castaño y prófugo, Juan Carlos Martínez.
“Al señor Juan Carlos Martínez se le hace una entrega de 530 millones de pesos en efectivo. Él me dice que arrime a su casa y le deje el dinero allí (...) el pago al ingeniero Alexánder Sánchez, por el tema de adelanto y estudios y diseños en la obra de San Miguel, por un valor de 70 millones, que sería para ajustarle 320 millones de los cuales con anterioridad se le habían consignado 250 millones a una cuenta. De estos, 103 eran para el pago de la comisión para la obra de pavimento rígido en Dosquebradas”, cuenta el contratista en la declaración.
Y agrega que “Martínez me dice que le debo de entregar del anticipo de Balboa y 100 millones, recuerdo más o menos en el mes de diciembre. Yo le indiqué a Juan Carlos que estábamos sin efectivo para seguir en la ejecución de las obras, él me dice que tiene la posibilidad de prestarme 100 millones, los cuales son los que terminan siendo la suma de 538 millones; los 100 millones de pesos que me prestó en diciembre me fueron consignados a la cuenta de Top Ingeniería”.
Justamente, sobre esa obra del municipio de Balboa deja claro que “él me dijo (Juan Carlos Martínez) que le entregara 100 millones que Mario necesitaba, yo se los di”.La entrega a Martínez fue así: “En efectivo se le dio 520 millones, eso fue en enero en la casa de él. El dinero se lo dejé porque no estaba, me abrió la esposa de nombre Paola, ella no contó la plata, iba en billetes de denominación de 50.000 y un poquito de 20.000. No la contó, simplemente la recogió y la guardó”.
El ingeniero Santiago Castaño explica cómo se triangulaba la plata y las comisiones de los jugosos contratos. “Los dineros que le entrego a Juan Carlos (Martínez) son de retiros bancarios que realizan las empresas que se les pagó la plata del anticipo, porque este se reparte entre la empresa que ejecuta obras, Top Ingeniería, y en otra empresa que nos ayuda a ejecutar obras”.
Se refiere también a otro avance de dinero de un contrato con la UNGRD: “Me indica Juan Carlos que debe entregarle al senador Castaño la suma aproximadamente de 1.200 millones, cuando llega el anticipo. Él me empieza a hacer un derrotero de esos pagos a unas personas que no tengo conocimiento y no sé para qué era el recurso destino, esas consignaciones alcanzan un valor aproximado de 800 millones”.
También habla de la contratación de obras para canchas sintéticas, tal como las que se entregaron con el programa Sacúdete, que siempre estuvieron en la mira del senador Castaño. Cuando le preguntan por la operación con el Ministerio del Deporte para la construcción de la Cancha San Diego en la zona rural de Samaná, deja claro cómo amañaban los contratos para no tener competidor.
“Juan Carlos me indica que debemos hacer unos estudios de la Cancha de Samaná, me proporciona el teléfono de una persona Wilmer, con la cual yo me comunico para que él pueda ubicar las personas que van a tomar medidas en campo y de igual forma él me contacta con una funcionaria de la alcaldía. Ella me envía los pliegos, yo los modifico con los profesionales y ellos publican en el Secop la oferta que ya previamente está dirigida a la empresa o a la persona que se va a presentar y adjudicarlo”, explica el ahora testigo estrella, quien incluso señala que un 15 por ciento de los estadios iba directamente para el senador “Mario”.
Era tal el poder de Castaño que las comisiones no solo se transaban con los alcaldes y los contratistas. Hay vueltas que estaban cuadradas desde arriba, desde las entidades del Estado, como el DPS. “Juan Carlos no me dijo que debía darle plata a algún funcionario de Proyecta, siempre me decía que tenía que entregarle a Mario los recursos, tampoco mandatarios locales, tengo entendido que los procesos venían aprobados por el DPS y ahí se dirigían”.
Borrando evidencia A Santiago Castaño y a Juan Carlos Martínez les cayó la noche, y la Fiscalía destapó la caja de Pandora que escondía la corrupción a gran escala que se había desplegado desde la organización del senador Mario Castaño. Al verse cogidos trataron de borrar pruebas, y así lo narró en su declaración.
“Juan Carlos me dice que se va a desaparecer por un tiempo, que si por favor lo llevo al centro de Manizales, me va contando que hay una orden de captura, que ya están en la casa de él, en un allanamiento (...) lo lleve al centro de la ciudad y después me dijo, no, lléveme a Chinchiná. Cuando íbamos por el camino me dijo borre todo, todo, lo que teníamos por WhatsApp, yo le dije no, paramos y borré todo. Retorno a Manizales y me capturan”, cuenta Santiago Castaño.
El escándalo de corrupción explotó cuando Mario Castaño estaba en plena campaña para su reelección en el Senado, apoyado de lleno por la dirección del Partido Liberal, en cabeza de Cesar Gaviria, quien nunca le retiró el respaldo, pese a la contundencia de las pruebas.
Permanecía en reuniones y encuentros a la cacería de votos.Uno de estos eventos de campaña fue financiado por su cómplice y compinche Juan Carlos Martínez, quien se gastó 200 millones de pesos en una reunión política en Manizales. “En el restaurante se organiza con familiares, amigos y gente conocida, se logra reunir cerca de 300 personas, en ese momento llega el senador acompañado de Daniela (su pareja). Hace su presentación y sale y se va rápido, incluso creo que llegaron tarde”.