EDUCACIÓN
Deudores del Icetex están aterrados porque su cuota se duplicó: “Pagaba 330 mil y ahora 680.000″, estos son sus testimonios
Miles de jóvenes deudores han visto cómo en los últimos días sus cuotas de crédito han aumentado dramáticamente y la mayoría de lo que pagan va a intereses. ¿Qué está pasando?
“Aquí está sepultado el futuro de los usuarios del Icetex”, decía una lápida de cartón instalada al frente de la sede de esta institución, el 26 de enero del año pasado, por el entonces representante a la Cámara Mauricio Toro, quien llegó a sentar su voz de protesta por “las prácticas abusivas del Icetex que están llevando a la desesperanza e incluso al suicidio a los jóvenes”.
Hoy, poco más de un año después de esta particular performance, Toro, el mismo que pidió sepultar la entidad, es el director del Icetex. Y más allá de lo paradójico, lo que muchos se preguntan es en qué quedó el anunciado cambio prometido para esa entidad del Estado. Año tras año, miles de jóvenes acuden al Icetex con la esperanza de tener un mejor futuro profesional, pero con el pasar del tiempo, el sueño se convierte en pesadilla.
Así lo revelan varios testimonios recogidos por SEMANA que reflejan el desespero en algunos usuarios. Uno de los casos más dramáticos es el de Albeiro Bejarano, quien reveló cómo hasta el año pasado venía pagando 1.052.000 pesos por su crédito educativo, pero a partir de febrero, a pesar de estar al día, la cuota subió a 1.472.117 pesos.
Además del inusitado aumento, de cerca del 40 por ciento, llama la atención que, según su recibo de pago, conocido por esta revista, apenas 269.000 van a capital y más de un millón se destina a pagar intereses. “No hay cuándo acabar”, advirtió el joven.
La preocupación que hay en los deudores no se da solo por las altas cuotas, sino por el valor proyectado que van a terminar pagando. “Es inaudito. Mi deuda es de 36 millones y, por el valor proyectado con la cuota que tengo, terminaría pagando 82 millones de pesos”, señaló Carolina Viveros.
¿Qué está pasando?
El primer elemento que hay que tener en cuenta es que el Icetex es la esperanza de miles de colombianos de bajos recursos para acceder a un mejor futuro profesional. La entidad tiene cerca de un millón de usuarios y solo entre 2015 y 2022 se otorgaron 356.706 nuevos créditos.
Esta institución ofrece varias ventajas en comparación con la banca privada: les presta a jóvenes, en su mayoría de entre 18 y 22 años, que no tienen vida crediticia, les da un plazo para pagar de hasta diez años después de terminada la carrera y, en la modalidad de crédito a largo plazo, el estudiante no tiene que pagar un solo peso durante los cuatro o cinco años que dura su carrera universitaria.
Sin embargo, lo que es su mayor virtud también se convierte en su peor defecto. El Icetex maneja tasas de interés que van ligadas al Índice de Precios del Consumidor (IPC), lo que quiere decir que lo que se les cobra por intereses a los deudores es una cifra igual al aumento de la inflación del año anterior. Por ejemplo, el año pasado los estudiantes pagaban una tasa de interés base del 5,62 por ciento, la inflación de 2021.
Pero como la inflación del año pasado fue del 13,1 por ciento, esa también es la cifra mínima que se les cobra de intereses durante este año a los jóvenes que están pagando sus créditos.
Es decir, por más de que estén al día, se les aumenta la cuota. Hay que aclarar que los estratos más altos pagan el IPC+ 2 o 3 puntos, es decir, 16,1 por ciento de intereses, casi similar a la tasa que manejan algunos bancos, que van desde el 16,77 al 25 por ciento. Adicionalmente, el sistema que maneja la entidad, al igual que la mayoría de bancos, es que, por tratarse de créditos a largo plazo, “se empiezan a pagar primero los intereses y, posteriormente, el dinero va a capital”, explicó Toro.
Esa es la razón por la cual los deudores está viendo que la mayoría de su dinero va a intereses, pues ahora deben más intereses que antes, debido a que se aumentó el porcentaje que se les cobra. Y para completar este caldo de cultivo de dolores de cabeza para los deudores está el punto más crítico: la capitalización de intereses. Como el Icetex no les cobra un solo peso a los estudiantes mientras están en la universidad, la deuda acumula el capital prestado más los intereses generados durante esos cuatro o cinco años de estudio.
Luego, cuando el usuario empieza a pagar, esa deuda se liquida y se generan nuevos intereses para la etapa de pago. Por ejemplo, un estudiante al que le prestaron 100 millones de pesos y acumuló 30 millones de intereses durante su época de estudio, cuando va a pagar se encuentra con que su deuda total es de 130 millones y a esa cifra se le sacan los nuevos intereses para la etapa de pago, que este año son mínimo del 13 por ciento.
Esta combinación de intereses sobre intereses es lo que hace que la deuda se vuelva impagable. Una esperanza que tenían los jóvenes para acabar con esta pesadilla es que se cumpliera la promesa que hizo el presidente Gustavo Petro en campaña de condonar todos los créditos de la entidad. Sin embargo, el ministro de Educación, Alejandro Gaviria, acabó con las ilusiones al asegurar, en noviembre del año pasado, que esto, por ahora, “es imposible”, pues cuesta más de 9 billones de pesos.
Lo que dice el Gobierno
Ante este panorama, Toro aseguró que se vienen haciendo algunas transformaciones que ya impactan a algunos jóvenes. Por ejemplo, 140.000 jóvenes recibieron desde ya una reducción de su tasa de interés. Se trata de usuarios que pasaron de pagar intereses de un IPC + 9 puntos, es decir, el 22 por ciento, a “solo” IPC + 2 puntos, es decir, 15 por ciento.
“Tenemos casos de cuotas de 1.200.000 que podrían escalarse hasta 2.500.000 mensuales si nosotros no hubiéramos implementado este plan de contingencia”, explicó Toro. Adicionalmente, reveló que a partir de este año se otorgaron 11.000 nuevos créditos que pagarán de intereses solo lo correspondiente a la inflación, lo cual significaría un alivio en el futuro para estos nuevos deudores. Otro elemento clave que dio a conocer el director el Icetex es que, desde noviembre del año pasado, se eliminó la criticada capitalización de intereses, que es, en definitiva, lo más ‘mortal’ para los deudores.
No obstante, esto aplica solo para los nuevos créditos, no para los miles de usuarios antiguos que trae la entidad. También hay que recordar que en el proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo quedó incluido un artículo que habilita al Icetex a realizar condonaciones de capital.
Este beneficio, no obstante, está “sujeto a la disponibilidad de recursos del Gobierno”, es decir, no se sabe de cuánto será. Igualmente, en los últimos cuatro meses del año pasado, el Icetex condonó el ciento por ciento del crédito de 10.000 jóvenes de bajos recursos, lo cual es reconocido como un avance, aunque sigue siendo una parte mínima del universo total de deudores que tiene la institución.
Para encontrar soluciones de largo plazo que permitan solventar la situación de todos los usuarios de la entidad y no solo a unos pocos, Toro anunció que viene construyendo un proyecto de ley, junto a estudiantes y universidades, para cambiar el enfoque del Icetex con el fin de que sea una “entidad social”. La iniciativa sería presentada al Congreso en junio. Pero mientras se cumple su trámite y es aprobado, el proyecto puede tardar más de un año.
Sectores estudiantiles también han propuesto que se invierta la manera en la que se financia la educación superior en Colombia, es decir, que en vez de prestarle 100 millones a un estudiante para que se endeude, ese dinero vaya a las universidades para que cubran de manera gratuita la educación de este joven. Mientras llegan las soluciones de fondo, miles de jóvenes siguen ‘empeñados’ con el Icetex, soportando acoso psicológico cuando se cuelgan en las cuotas y viendo cómo su crédito se convierte en una deuda eterna. ¿Qué pasó con las promesas?