PROCESO

La defensa del expresidente de Corficolombiana

José Elías Melo presentó argumentos para intentar desmontar los planteamientos en su contra. La próxima semana se sabrá si recibirá medida de aseguramiento.

19 de agosto de 2017
| Foto: Tomada de Dinero

José Elías Melo, quien como presidente de Corficolombiana en el pasado fue una de las estrellas del Grupo Aval, tuvo la oportunidad de defenderse ante un juez la semana pasada. La acusación contra él es fácil de entender. La Fiscalía había demostrado que Odebrecht pagó un soborno en 2010 de 6,5 millones de dólares al exviceministro de Transporte Gabriel García Morales para asegurar el contrato de la Ruta del Sol 2. Los socios del consorcio que ganaron ese contrato fueron Odebrecht, con un 62 por ciento; Episol, una sociedad filial de Corficolombiana del grupo Sarmiento Angulo, con 33 por ciento;  y CSS Constructores, una sociedad nariñense, con 5 por ciento.

 Desde el principio quedó claro que ni el grupo Sarmiento ni el grupo nariñense participaron en el pago de la coima. Sin embargo, hay unos pagos posteriores que, según varios testimonios, apuntan a un supuesto reembolso de ese soborno a favor de Odebrecht, el único que había hecho el pago original. La sociedad que giró ese reembolso fue Consol, la constructora de la carretera, de la cual eran socios los tres adjudicatarios del contrato.  

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Odebrecht tenía el control de  Consol como socio mayoritario, pero los giros tenían que ser aprobados por los representantes de los dos socios principales, el brasileño Manuel Ximénez por Odebrecht y Mauricio Millán por Episol. El pago ascendió a una cifra de entre 16.000 y 18.000 millones de pesos y contó con la aprobación de ambos. El monto no corresponde exclusivamente a lo que sería la porción de Episol, sino a una cifra más cercana a la totalidad del soborno.

 Mauricio Millán, quien aprobó esos pagos, dice que José Elías Melo, la cabeza de todas las filiales de Corficolombiana, tenía conocimiento de eso. La Fiscalía afirma que tres funcionarios de Odebrecht confirmaron esa acusación. Igualmente hay un testimonio del exviceministro García, hoy detenido.

 En su defensa, el jueves pasado Melo pudo aclarar algunas cosas. Los supuestos testimonios de los tres brasileños contra él acabaron siendo uno solo. Luiz Bueno, expresidente de la multinacional en Colombia, fue el único que declaró haber discutido el tema personalmente con él. Los otros dos se limitaron a decir que su papel fue pagar sin entender qué había detrás de los giros. El testimonio del viceministro García también es indirecto. Reconoció que nunca había hablado con Melo personalmente sobre el asunto, pero que Bueno sí le había dicho que Melo había avalado el reembolso. 

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 La Fiscalía esta semana reveló una nueva prueba contra Melo. Se trataba en teoría de un contrato de consultoría entre Odebrecht y una sociedad española, que acabó siendo en la práctica el vehículo a través del cual se movieron las platas de los sobornos.  El contrato fue firmado en junio de 2009. 

La defensa de Melo señala que ese contrato no puede demostrar una intención de canalizar sobornos desde esa fecha por dos razones: 1) Porque en esa fecha ni siquiera se habían asociado Odebrecht y Sarmiento. La creación del consorcio tuvo lugar un mes después.  2) Porque para ese momento el sobornado, Gabriel García Morales, no era todavía director encargado del Inco, el cargo desde donde tenía el poder de direccionar la licitación.

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El tercer argumento que Melo esgrimió fue que Episol es apenas una pieza de un sofisticado complejo empresarial en el cual todas las decisiones tienen múltiples controles. En otras palabras, que en la Organización Luis Carlos Sarmiento es difícil hacer giros clandestinos por ese monto sin que alguna instancia de supervisión los detecte.

El miércoles de la semana entrante un juez tendrá que decidir si esos argumentos resultan suficientes para no dictarle a José Elías Melo medida de aseguramiento.