NACIÓN
La gira mediática de Íngrid Betancourt
La excandidata presidencial, quien estuvo secuestrada por las FARC, ha dado casi más entrevistas internacionales que el mismo presidente Santos. ¿Qué ha dicho?
El papel político de Íngrid Betacourt, con su condición de mujer y las desgarradoras imágenes de su secuestro durante casi siete años, la ha convertido en la cara internacional de las víctimas de las FARC. Quizá por eso en las últimas semanas la excandidata presidencial ha asumido la vocería del proceso en la prensa internacional.
Betancourt ha asistido esta semana a casi más entrevistas que el mismo presidente Juan Manuel Santos. Medios como El País de España, la BBC de Londres, El Clarín de Argentina y agencias de prensa como EFE y AFP han publicado extensos reportajes con ella.
Hace pocos días, Íngrid le dijo a la versión en español del diario alemán Dewtsche Welle que cuando se enteró de las conversaciones entre el Gobierno y las FARC, lo primero que hizo fue ir a la basílica del Sagrado Corazón en Montmartre, en París. “Me encontré con muchos colombianos y pasamos horas simplemente celebrando, abrazándonos y llorando”, dijo.
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En esa misma entrevista ratificó su posición frente a los acuerdos de paz. “Yo creo que estamos haciendo esto para que ningún otro colombiano padezca en el futuro lo que nosotros hemos padecido. Tenemos la respuesta correcta porque estamos salvando vidas. Y les estamos dando a los colombianos la oportunidad de tener un país en paz”.
También dijo que le parece extraño que “en un país tan golpeado por la violencia se debata sobre si quiere o no la paz. Pero en Colombia, una parte de la sociedad está conectada profundamente con la guerra como forma de ganarse la vida: ahí está el negocio de la guerra que enriquece a mucha gente, la política de la guerra que les da poder a muchos líderes, y la corrupción que prospera a la sombra de la guerra”.
En diálogo con El País de España, Íngrid resaltó que “la Colombia que va a surgir después de un Sí al plebiscito, que es lo que pienso que va a ocurrir, aprenderá a ser tolerante en términos políticos y sociales y a entender la justicia como una función reparativa y constructiva, no como un instrumento de venganza”.
La excandidata presidencial se refirió a las muestras de arrepentimiento de los líderes de las FARC diciendo que “si usted compara las declaraciones de Timochenko en las que no se arrepentía de nada a las de hoy, en las que se arrepiente del secuestro y asegura que fue el gran error de la organización, personalmente a mí me toca mucho”.
“Yo he perdonado en la medida de la racionalidad con la que puedo manejar el perdón. Emocionalmente todavía tengo sentimientos difíciles de administrar, sobre todo en cuanto veo el sufrimiento de mis hijos. Mi ausencia de casi siete años en sus vidas ha dejado un dolor y ese dolor me duele”, resaltó al diario español.
A El Mundo de España, Íngrid Betancourt le dijo que es importante respetar la crítica. “Pero poniéndolo en perspectiva, hay críticas que son constructivas y otras que tienen intencionalidad. Creo que en Colombia hay una franja de la población con adicción a la sangre”.
Sustentó su tesis diciendo que “no todos, pero sí algunos. Y pienso que es una adicción como las drogas, el alcohol, porque es la adrenalina, el país de machos donde los hombres son hombres si matan a alguien. Eso hay que trascenderlo. Tenemos que abrir paso a otro tipo de relaciones humanas. Creo que la paz es un bello riesgo que tenemos que correr con audacia y valentía”. En entrevista con la BBC de Londres dijo que el acuerdo de paz le permitirá a Colombia convertirse en un país más maduro.
En entrevista con este portal, Íngrid Betancourt aseguró que acompaña desde el extranjero la firma de la paz y explicó por qué no quiso asistir a la firma en Cartagena. “Yo recibí una llamada del presidente invitándome a la firma. Le agradecí mucho, pero decidí no asistir por motivos muy personales. Quisiera poder aportar desde afuera en la reflexión del país, en momentos en que hay tanta polarización y tanto desconcierto”.