JUDICIAL

El paraíso de la ‘sextorsión’

Decenas de personas en Colombia son víctimas de una red de extorsiones sexuales desde Costa de Marfil, África. ¿Cómo opera y qué hacer para salir de sus garras?

21 de agosto de 2016
El Ciber Gaula es la unidad encargada de investigar estos casos en los cuales incautos son extorsionados después de ser grabados teniendo sexo virtual. | Foto: 123RF

"Hola, creo que no soy el primero que ha caído en esta estafa. Espero que me ayuden en este tema que creo es muy delicado. Una chica se ha puesto en contacto por Skype y hemos tenido cibersexo. Al poco rato comienza a decirme que ha grabado todo y que si no me registraba en unas páginas web y le giraba una cantidad de dinero subiría el video que grabamos a todos mis contactos en Skype”.

Mensajes como el anterior hay centenares en la página de la embajada de España en la ciudad de Abiyán, Costa de Marfil. Allí hombres y mujeres narran los dramas que viven después de caer en la trampa del sexo virtual con un extraño. El asunto es conocido como extorsión sexual digital. Y si bien el anterior es tan solo uno de los testimonios de una víctima española, la realidad es que en Colombia decenas de casos similares se vienen presentando cada vez con mayor frecuencia. 

El asunto comienza por Facebook o por Skype. Los cazadores de víctimas estudian los perfiles y envían una solicitud de amistad. El incauto entabla contacto con quienes se identifican como comerciantes, profesionales de comercio exterior o artistas, y quienes utilizan nombres franceses o hispanos. Este ‘nuevo amigo’ comienza ganándose la confianza mediante conversaciones sobre temas irrelevantes. Al poco tiempo, cuando ya han entrado en confianza, el misterioso interlocutor le pregunta a su víctima si tiene Skype, para seguir la conversación por videoconferencia.

“Cuando uno acepta lo primero que ve es un video de una joven medio desnuda mostrando los senos o acostada en una cama en ropa interior. Nunca se escucha la voz. Vía texto dice que tiene problemas con el micrófono, lo cual suena normal. Luego te escribe y te dice que tengan sexo virtual y que le enseñes tus genitales, etcétera”, contó a SEMANA una de las víctimas que por razones obvias pidió el anonimato. “Al otro día esa aparente dulce chica se transformó en un acosador que por medio de mensajes me empezó a exigir que, por una casa de cambios, le consignara dinero a una cuenta en Costa de Marfil a cambio de no publicar el video que grabó de ese encuentro sexual virtual”, afirmó el hombre. 

Aunque se pueden reportar hasta diez casos diarios en el país, lo cierto es que, según la Policía, es muy poco lo que se puede hacer.  Se trata de extorsiones internacionales que tienen su origen en la mayoría de los casos en Costa de Marfil, donde hay una profunda crisis de gobernabilidad, y no hay colaboración de las autoridades de ese país. De allí que esa nación sea considerada como el paraíso para la extorsión sexual. 

Cuando las víctimas acceden a girar el dinero de las extorsiones, que oscila entre 200 y 1.000 dólares, el extorsionista arrecia con una campaña de mensajes en busca de aumentar la suma. Frente a esta modalidad de extorsión que está de moda, las recomendaciones del Gaula de la Policía es que eliminen a esa persona de su lista de amigos y la reporten a Facebook y demás redes sociales denunciando el hecho.

Aunque parece obvio,  las autoridades afirman que la mejor forma de no caer en las garras de estos extorsionistas es tomar medidas simples como no protagonizar con extraños un video o publicar imágenes con contenido sexual. No aceptar a personas desconocidas a través de las redes sociales, ya que pueden tener acceso a la información personal. No compartir la cámara web con cualquier persona, ni aceptar propuestas de modelaje u otro tipo de ofertas sin verificar antes su veracidad. 

Si bien el sexo virtual es una de las modalidades más usadas por los extorsionistas, no es la única. El secuestro de información o datos también está de moda. Este consiste en que ingenuamente la víctima abre en su computador o celular un mensaje el cual contiene un software que roba toda la información en los dispositivos y le impide al propietario acceder a ella. A cambio de recuperarla o que el contenido no sea difundido la víctima debe pagar una extorsión. La mejor forma de evitarlo es abstenerse de abrir mensajes extraños y en caso de ser víctima denunciarlo al Ciber Gaula, una unidad elite de la Dirección Antisecuestro de la Policía, especializada en el combate de extorsiones y secuestros informáticos.