POLÉMICA

La circular que restringe el parapentismo en Colombia

Un documento de la Fuerza Aérea Colombiana puso en cintura esa actividad deportiva y armó una polvareda entre los pilotos de aventura y los comerciantes de los municipios donde se practica. ¿Qué pasó?

6 de marzo de 2018
| Foto: Luis Ángel Murcia/SEMANA

Roldanillo es un pequeño municipio ubicado al norte del Valle, pero que a nivel internacional es ampliamente reconocido por dos razones: allí se construyó el famoso Museo Rayo y es la sede del mundial de parapentismo.

Y justo ahora que sus pobladores y comerciantes gozaban de las mieles de la bonanza turística y dejaban atrás el doloroso recuerdo de la guerra mafiosa entre dos capos del narcotráfico (Wílber Varela y Diego Montoya) exjefes del cartel del norte del Valle que se disputaron a sangre y fuego el dominio territorial de la zona, aparece una estocada administrativa que podría echar al traste todo ese avance.

Se trata de una circular expedida este primero de marzo por la Dirección de Navegación Aérea de la Fuerza Aérea Colombiana, FAC, en la que restringe y reglamenta el “procedimiento operación aviación deportiva (parapentes, alas Delta–Paramotor y otros), dentro de zonas restringidas operadas y/o administradas por la Fuerza Aérea y Aviación de Estado”. (Ver PDF circular)

Dicho en palabras simples, esa circular le corta las alas a la actividad deportiva del parapente en Colombia, y la restringe a las autorizaciones de la FAC, previo cumplimiento de unos requisitos de planeación, coordinación, desarrollo y finalización del vuelo.

Si bien la circular tiene como propósito “elevar la conciencia situacional y evitar eventos de seguridad operacional, gestionando el riesgo al nivel táctico por cruces entre aeronaves y la aviación deportiva”, el tema no cayó nada bien entre el gremio de pilotos y los comerciantes de media docena de municipios del norte del Valle que viven del turismo que mueve esa disciplina deportiva.

Yannick Rousse es un francés radicado en Roldanillo desde hace tres años y con cuatro décadas de experiencia de vuelo en parapente. Para él, la restricción que impone la FAC es absurda.

“En Europa tenemos varios sitios cercanos a aeropuertos y con miles de parapentistas en el aire y nunca ha ocurrido un accidente y mucho menos nos han impedido volar”, aseguró tras precisar que tanto los aviones como los pilotos contamos con equipos de navegación que facilitan los vuelos y previenen incidentes.

El escritor valluno Gustavo Álvarez Gardeazábal fue uno de los primeros en lanzar la alerta sobre la restricción al parapentismo y en una columna de opinión dejó entrever que el asunto tiene como fondo los intereses de la escuela de aviación de la FAC y que opera desde el aeropuerto Farfán en Tuluá.

“Como obviamente este país fue reglamentado aéreamente para otros menesteres, la abundancia de los parapentistas en el cielo vallecaucano ha preocupado a la Fuerza Aérea Colombiana, que con tres o cuatro avioncitos Mentor de la Primera Guerra Mundial, todavía les enseña a sus pilotos usando el aeropuerto de Farfán en Tuluá, y con la sapiencia y metodología que les dejaron a los militares, andan buscando darle una golpiza  al parapentismo en Roldanillo y hasta acabarlo por decreto del Ministerio de Defensa”, escribió Gardeazábal. (Escuche aquí la columna opinion)

Pero él no es el único preocupado; a las voces de rechazo también se unió la diputada conservadora Amanda Ramírez, quien a través de un video publicado en sus redes sociales, anunció que hará un debate en la Asamblea Departamental con las autoridades aeronáuticas regionales y la Secretaría de Turismo del Valle, para que expliquen los alcances de esa decisión de la FAC.

Justamente los impactos negativos que al parecer traería la aplicación de esa circular, es la mayor preocupación de varios sectores que coinciden en que se trata de un golpe fulminante al turismo de aventura.

Así lo manifestó Ubaner Giraldo, presidente de la Asociación de Comerciantes de Roldanillo, donde se aglutinan mil empresarios del sector hotelero, restaurantes, almacenes, entre otros, que ya dependen del turismo que mueve el parapentismo.

“Es un duro golpe a la economía de estos municipios (Roldanillo, La Unión, Bolívar, Toro, La Victoria, Ansermanuevo) que desde hace varios años le apostaron a acoger a los pilotos de ese deporte”, expresó.

Freddy Morales, comerciante y piloto aficionado de parapente, aseguró que el turismo alrededor de esa disciplina mueve en promedio 5.000 millones de pesos al mes, una cifra poco despreciable si recordamos que esos municipios son tan pequeños y poco boyantes, que ni siquiera sus ingresos propios fiscales superan esa cantidad.

Así las cosas, habrá que esperar la reacción de la Aerocivil y la FAC para saber si en realidad le cortarán las alas al parapentismo en Colombia.