Sergio Fajardo y Álvaro Uribe se disputan la confianza de Antioquia. | Foto: Fotomontaje SEMANA

Nación

¿Fajardo o Uribe, con quién quiere Antioquia?

Antioquia es el segundo departamento con mayor potencial de votantes: 4'680.000 personas que para estas elecciones presidenciales, en su mayoría, se debaten entre votar por “el que diga Uribe” o por Sergio Fajardo.

María Andrea Botero
6 de febrero de 2018

No es un secreto que el expresidente Álvaro Uribe Vélez tiene a gran parte de su electorado en las montañas de Antioquia. Ese apoyo se sintió en sus dos elecciones presidenciales, luego en las votaciones legislativas y, por último, en la victoria del No en el plebiscito de la paz. Sin embargo, en ese mismo Antioquia conservador, también está la retaguardia política de uno de los pioneros del voto de opinión en Colombia: el exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo. Los dos son figuras plenas e imantadas que desde hace varios años han mantenido una cercanía tácita, un respeto mutuo, lo que se debía a que nunca se habían enfrentado en una contienda electoral, justo lo que ahora divide a los paisas.

Estamos hablando aquí de maneras de gobernar muy distintas. En el caso de Uribe, en todas sus elecciones ha contado con el respaldo de grupos políticos fuertes y de bancadas casi absolutas. Fajardo, por su parte, es el líder de Compromiso Ciudadano, movimiento que no se ha convertido en partido político pese a sus continuos logros y que carece de fuerza parlamentaria. Sin embargo, no está de más recordar que Fajardo llegó a la Gobernación de Antioquia con 900.000 votos, doblando en sufragios al segundo en la contienda, el ahora gobernador, Luis Pérez.

Quién apoya a quién

La exsenadora Ana Mercedes Gómez, quien fue una de las escuderas de Uribe en las pasadas elecciones parlamentarias, afirma que su partido tiene el apoyo del pequeño y mediano empresario, incluyendo los de una zona tan importante como Urabá, quienes quieren volver a contar con seguridad y posibilidades de inversión y crecimiento económico, por esto cree que el candidato del expresidente tendrá gran fuerza en Antioquia: “Iván Duque es un hombre con perfil de estadista, estudioso y con la capacidad de manejar todos los temas, a diferencia de Sergio Fajardo que aunque es matemático, no lo percibo como estadista sino como un soñador con pocas realizaciones concretas”.

Para Jorge Giraldo, decano de la facultad de Humanidades de la universidad Eafit, ambos candidatos están casi en el mismo registro, peleándose electorados muy parecidos, “la diferencia básicamente está en dos segmentos poblacionales: el más educado o académico, que claramente está con Fajardo, y el segmento de los mayores de edad que están con Uribe por tradición política”.

Esta teoría de Giraldo se puede constatar cuando se miran las regiones de Antioquia que votan por Uribe y Fajardo, son las mismas: el Valle de Aburrá, el suroeste y algunos municipios del oriente, del suroccidente y del norte, donde viven los que tradicionalmente se han llamado paisas: una misma región conservadora que, en palabras del analista Diego Corrales, se define como defensora de “la seguridad, los valores, la familia y la educación”.

Por otro lado está el gremio de profesores de Antioquia, ese otro bando que empuja para obtener votación. Luis Fernando Ospina, presidente de la Asociación de Institutores de Antioquia (Adida), explica que si bien no respaldan el total de las gestiones del exgobernador Fajardo, sienten mayor afinidad por él, que por quien represente al expresidente Uribe, ya que “en su periodo como gobernador de Antioquia y presidente de la República, tuvo programas y procedimientos que no favorecieron en nada a la clase trabajadora y en especial al gremio de los maestros desde la Federación Colombiana de Educadores (Fecode)”.

Lo que dicen las encuestas

La demora del proceso para definir candidato presidencial de la coalición Uribe–Pastrana ha hecho que la imagen de Sergio Fajardo como líder de la Coalición Colombia sea más popular, lo que le ha permitido tomar ventaja para instalarse en la opinión de los antioqueños, hecho evidenciado en las últimas encuestas. “Fajardo lleva más tiempo haciendo campaña como candidato único y esto lo ha hecho más conocido que Duque. A partir de la consulta y elecciones de marzo, el  termómetro será importante para medir lo que sigue en las presidenciales”, dice la exsenadora.

En  2002, cuando el ahora senador Álvaro Uribe se lanzó por primera vez a la Presidencia, las encuestas no lo favorecían, en ese entonces no marcaba más del 2 por ciento en las encuestas y sondeos, y luego subió exponencialmente ganando las elecciones en primera vuelta, se podría decir que la indefinición del candidato le juega mal en este momento pero las encuestas no son algo en lo que se pueda confiar”, dice Juan Carlos Escobar, líder de investigación de estudios en sistemas políticos y opinión pública de la Universidad de Antioquia.

El exalcalde de Medellín Alonso Salazar, y coequipero de Fajardo, atribuye la favorabilidad en las encuestas a “la metodología de caminar silenciosamente, de tener contacto directo con la población y de no dejarse empujar a los puntos de vista sectarios, incluso cuando lo invitaron a unirse al credo uribista”.

Las últimas elecciones

Lo que han demostrado las últimas elecciones es que en cuerpo ajeno, Uribe no resulta tan contundente como cuando es él quien busca el apoyo de los colombianos. En 2010, el presidente Juan Manuel Santos, candidato directo de Uribe, sacó en Antioquia una votación de más de 855.000 sufragios, cifra bastante significativa comparada con la que obtuvo la fórmula Mockus-Fajardo, que buscaban la Presidencia por el Partido Verde, y que sacó 395.000 votos en primera vuelta, ya para la segunda Uribe creció a 1´225.000 y Mockus–Fajardo subieron a una tímida cifra de 416.000 votos: el corazón de los antioqueños se abalanzó hacia Uribe.

Finalmente, en la votación de segunda vuelta para la Presidencia de la República en 2014, y en la que se enfrentaban Santos —como adversario de Uribe—, y Óscar Iván Zuluaga como candidato del Centro Democrático, este último arrasó con 1‘137.000 votos, doblando a su contendor, que se jugaba todo su capital político por la continuidad del proceso de paz.

Este último punto puede ser definitorio: Fajardo ha sido un entusiasta de la paz y desde el principio apoyó los diálogos con las Farc, tema que no ha sido de simpatía en la mayoría del electorado antioqueño. Todas las cartas no están en la mesa, sin embargo Antioquia ha demostrado varias veces su amor por Uribe y su causa.