DEBATE
Fallo contra el aborto en Estados Unidos: ¿retroceso o avance?
Detrás de la sentencia que derogó la posibilidad a las mujeres de interrumpir voluntariamente su embarazo está la mano de Donald Trump y abre una pelea política enorme en Estados Unidos. Todas las libertades individuales estarían en riesgo.
La muerte de la icónica juez Ruth Bader Ginsburg hace dos años produjo un luto global. Su partida significaba el punto final no solo de una vida inspiradora para millones de mujeres, sino el comienzo del retroceso en la protección de sus derechos.
La Corte Suprema de los Estados Unidos con este vacío se aprestaba para dar un giro hacia la derecha, que no tenía antecedentes en la historia de ese país. Todos sabían lo primero que caería cuando eso ocurriera: el derecho a abortar. Y sucedió.
Este viernes la Corte Suprema tumbó la icónica sentencia Roe versus Wade que había permitido que millones de mujeres en este país pudieran interrumpir libremente su embarazo desde 1973. En Estados Unidos, el rol de los nueve magistrados de la Corte Suprema es vitalicio y el poder de este cargo es inmenso. Por eso, cada que se abre una vacante, la puja política es enorme.
Al polémico gobierno de Donald Trump le tocó esa “suerte” en tres oportunidades y con eso logró voltear el equilibrio de poderes que se había dado en la corte, que solía ser de 5 progresistas y 4 conservadores desde comienzos del siglo pasado. Trump nombró a los conservadores Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh. Cuando Ruth Bader Ginsburg murió, apenas le quedaban dos meses de gobierno.
El magnate se apresuró a dejar su reemplazo: Amy Coney Barret, una mujer considerada de extrema derecha, madre de siete hijos. Gracias a este vuelco se produjo la decisión de este viernes: seis votos contra tres enterraron el derecho que las mujeres tenían de interrumpir su embarazo. Pero no fue solo la Corte Suprema. Mientras el organismo se transformaba, Estados Unidos también cambiaba.
Las protestas de los grupos religiosos en las calles para pedir la prohibición del aborto se volvieron comunes y los estados más conservadores comenzaron a presionar para poder restringirlo en su territorio. En una fuerte puja Texas, por ejemplo, emitió una ley en la que prohibía el aborto después de las seis semanas de gestación a comienzo de año.
Numerosas organizaciones de mujeres pidieron a la Corte Suprema una protección de emergencia ante este hecho. El alto tribunal no quiso pronunciarse al respecto. Lo que había establecido Roe versus Wade en los años 70 era precisamente que los estados no tenían la libertad de prohibir esa posibilidad a las mujeres. Había sido posible gracias a una mujer que tenía cinco meses de gestación y que decidió llevar su caso a los tribunales. Aunque su verdadero nombre era Norma McCorvey, para proteger su identidad la corte le puso el seudónimo de Jane Roe. Wade, por su parte, un fiscal de Dallas, fue el demandado.
La sentencia del viernes les abrió a los estados este camino nuevamente. Y todo parece indicar que más de medio país tomará esa dirección. El diario The Washington Post publicó, apenas se conoció la decisión, un mapa de cómo rápidamente se espera que 13 estados pongan barreras. Casi todos tienen las leyes ya listas, ante la inminencia de una decisión en este sentido. El instituto Guttmacher, que aboga por los derechos reproductivos de las mujeres, prevé lo que podría ocurrir. El aborto estaría en riesgo de ser prohibido desde la concepción en Alabama, Arkansas, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Idaho, Kentucky, Luisiana, Michigan, Misisipi, Misuri, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Wisconsin y Wyoming.
A partir de la sexta semana de embarazo en Carolina del Sur, Georgia e Iowa y desde la semana 13 en Arizona, Carolina del Norte y Virginia Occidental.La decisión, que lleva el nombre de Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization, llegó a este alto tribunal, en efecto, por cuenta de una puja entre una clínica reproductiva y el estado de Misisipi. Se trata del Jackson Women’s Health Organization, el único centro del estado al que las mujeres podían acudir para interrumpir su embarazo. La organización decidió demandar a Thomas Dobbs, el director de salud del estado de Misisipi, pues el estado impuso restricciones para interrumpir el embarazo después de la semana 15 de gestación.
La decisión de la Corte Suprema estremeció a los Estados Unidos, pero era predecible desde hace meses. A comienzos de año, el portal Político había filtrado el borrador de la ponencia en la que quedaba claro que la estocada contra Roe versus Wade sería mortal. El fallo decía literalmente que esa sentencia estaba “eminentemente equivocada, y en franca colisión con la Constitución desde el momento en que fue publicada”.
“La Constitución no hace ninguna referencia al aborto y ninguno de sus artículos protege implícitamente este derecho”, escribió el juez Samuel Alito, quien hizo parte de la decisión. Por lo tanto, a su juicio, Roe versus Wade debía ser anulada. Como era de esperarse, la decisión generó un tsunami en el país. El presidente Joe Biden llamó de inmediato a una rueda de prensa en la que se lanzó con fuertes adjetivos. “Es un día triste para los Estados Unidos”, dijo.
El primer mandatario calificó la sentencia como un “error trágico” y aseguró que era producto de una “ideología extremista”. Llamó a los norteamericanos a defender sus derechos en las urnas (ver recuadro). El país está en alerta máxima. El aborto era el primer tema que se anticipaba, caería con una corte conservadora, pero está lejos de ser el único. Desde ya se cree que otras sentencias icónicas como la del matrimonio igualitario pueden correr la misma suerte. Hay quienes piensan que incluso la anticoncepción y otras libertades más esenciales pueden estar en entredicho. Hay razones para este miedo. El juez Clarence Thomas, en un alegato personal que acompaña la decisión, aseguró que “en futuros expedientes” sobre el respeto a la privacidad, “deberíamos revisar todas las jurisprudencias”.
Precisamente Roe versus Wade abrió esa puerta. Hasta este viernes, era muy difícil que la Corte Suprema tomara una decisión en contra de sus propios precedentes. Así, Estados Unidos promete vivir nuevas batallas frente a las decisiones de la Corte Suprema. Este viernes miles se agolparon en Washington para rechazar o elogiar la decisión. Las imágenes de gente saltando del júbilo o desconsolados llorando en plena calle se tomaron las primeras planas de la televisión y las redes. La discusión está muy lejos de acabarse y promete tener efecto en el mundo entero.
“Esto no se ha acabado”
La decisión de la Corte Suprema pone en el primer plano político la defensa de las libertades individuales, en pleno siglo XXI, en los Estados Unidos. Y se anticipa que desde ya será el caballo de batalla de los demócratas en las próximas elecciones de noviembre. En su discurso, Biden dejó saber a dónde apuntará. Le pidió al Congreso que restaure la protección de los derechos de las mujeres. Aceptó que quizás hoy no existen las mayorías, pero hizo un llamado a que se vote en concordancia para los comicios del Senado a finales de este año.
“Déjenme que sea muy claro y no ambiguo. La única manera en que podemos asegurar el derecho de una mujer a elegir es que el Congreso restaure las protecciones de ‘Roe contra Wade’ como una ley federal. Ninguna acción ejecutiva del presidente puede hacer eso”, dijo Biden. “Mi administración defenderá ese derecho fundamental. Haré todo lo que esté a mi alcance para luchar contra ese ataque profundamente antiamericano… Necesitamos más líderes estatales que protejan este derecho a nivel local (...) Tenemos que elegir a funcionarios que hagan eso”, concluyó.
Un país dividido
Así reaccionaron los principales líderes políticos sobre la decisión de la Corte Suprema.
“Es la voluntad de Dios”, Donald Trump en entrevista con Fox News.
“Un duro golpe a los derechos humanos de las mujeres y a la igualdad de género”, Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU.
“Se ha corregido un error histórico…(el aborto) quedó en el olvido”, Mike Pence, ex vicepresidente.
“Atacó las libertades esenciales de millones de estadounidenses”, Barack Obama.
“Estoy desconsolada. Me rompe el corazón”, Michele Obama.
“El fallo de la Corte Suprema de hoy vivirá en la infamia como un paso atrás para los derechos de las mujeres y los derechos humanos”, Hillary Clinton.