JUSTICIA

Falso testigo en el caso Colmenares, uno de tres muertos en la cárcel La Picota

Un interno habría asesinado a otros dos con arma blanca y después se ahorcó. El hecho ocurrió en el pabellón 3 del centro penitenciario.

16 de agosto de 2018
| Foto: Archivo particular

Un macabro episodio se vivió en el Pabellón 3 de la cárcel La Picota. Según información inicial, un interno agredió a dos de sus compañeros con arma blanca y después se quitó la vida.

Los reclusos que murieron en este episodio son Guillermo Roberto Cumplido Bolaños, condenado a 37 años de prisión por el delito secuestro extorsivo. Llevaba detenido desde el 16 de agosto de 2008, a cargo del Juzgado 2 de Ejecucion de Penas de Bogotá.

También está Víctor Eduardo Mejía Rodríguez, capturado el primero de diciembre del 2009. Estaba condenado a 25 años por el delito de secuestro, hurto, fraude procesal y narcotráfico. Fue capturado el 17 de enero de 2013 y estaba a cargo del Juzgado 25 de Ejecucion de Penas de Bogotá.

El tercer interno que perdió la vida es Jesús Alberto Martínez, condenado a 16 años por los delitos narcotráfico y fraude procesal. Fue capturado el 17 de enero de 2013 y estaba a cargo del Juzgado 25 de Ejecucion de Penas de Bogotá. Martínez era el testigo estrella de la Fiscalía en el sonado caso Colmenares.

El Ministerio de Justicia informó en un comunicado que ya se inició una investigación para determinar cuáles fueron las causas del hecho y que "de los resultados de la investigación dependerá la continuidad de la dirección de la cárcel".

También señaló que "se evaluará si existió responsabilidad por parte de los encargados del control y la seguridad del centro de reclusión".

El testimonio clave que resultó ser falso

Martínez fue quien el 2 de octubre del 2012 contó delante de una cámara con lujo de detalles cómo el joven Carlos Cárdenas, en compañía de algunos amigos, golpeó en la cabeza con una botella a Luis Colmenares para luego montarlo inconsciente en una camioneta.

“El otro joven que estaba ahí lo golpea de frente, pero lo golpea con una botella. Le pega dos veces con la botella, una de frente y otra de costado. Levantan al muchacho y lo agitan y lo zarandean. Ahí lo cogen y lo llevan hacia la camioneta y ahí es donde estoy yo, como a 20 metros”, narró entonces.

Fue por esa declaración que los fiscales abrieron nuevos capítulos del proceso por la muerte del estudiante. Por esa época, había llegado para ponerse al frente del expediente la entonces fiscal delegada ante la Corte Marta Lucía Zamora, quien al lado de un grupo de investigadores se dio a la tarea de verificar si este hombre, nacido en Barranquilla y quien trabajaba en la venta de celulares, decía la verdad.

Zamora halló fisuras en sus declaraciones y pronto se conocieron las verdaderas intenciones de Martínez y de otros dos testigos: sacarle provecho a sus mentiras, ya que el ente acusador no sólo les proveía seguridad y vivienda, sino dinero para su manutención. 

Fue así como, el 16 de enero del 2013, Martínez y sus compinches fueron capturados bajo los cargos de fraude procesal, falso testimonio y fraude a subvención. Meses después fue hallado responsable y sentenciado a 7 años de cárcel.