Judicial
Familia de jóven muerto en protestas en Ibagué aprueba libertad de patrullero vinculado al proceso
Según la Fiscalía, no existen pruebas suficientes para tener al uniformado tras las rejas acusado de la muerte de Santiago Murillo, el joven que recibió un disparo de un arma de la Policía la noche de las protestas del pasado primero de mayo.
Cuatro meses completó el patrullero Óscar Devia detenido mientras avanza la investigación del homicidio de Santiago Murillo, el joven de 19 años quien, en la pasada conmemoración de día del trabajo y mientras caminaba de regreso a su casa en Ibagué, recibió un disparo que le atravesó el tórax y acabó con su vida.
Según las investigaciones iniciales, realizadas por la Fiscalía, el cotejo balístico coincide con el arma que disparó el capitán Jorge Molano. Sin embargo, por testimonios y presuntas irregularidades, la justicia penal militar en su momento detuvo a Óscar Devia, pues muchos testigos señalarían que quién disparó en contra de Murillo fue el patrullero.
Cabe recordar que luego de varios meses y en medio de las diferencias dentro de las investigaciones, se determinó que el proceso sería adelantado en la justicia ordinaria, es decir que la Fiscalía lideraría la investigación. Según el ente de control, no existen pruebas contundentes que permitan la detención del patrullero, razón por la cuál el pasado martes el juez segundo Penal Municipal de Garantías de Ibagué ordenó la libertad al patrullero Devia.
“Estamos de acuerdo con la decisión, nosotros estamos en contra de cualquier acto de injusticia, para cualquier parte”, dijo Sandra Meneses , la madre de Santiago, quien recalcó que si no existen pruebas en contra de él, no hay razón para privarlo de la libertad.
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De igual forma manifestó que está agradecida con el trabajo que han realizado jueces y fiscales de Ibagué, Tolima, pues consideran que han sido imparciales en la investigación. “Han actuado de manera justa para ambas partes, tanto para nosotros como para el patrullera Devia, a quien consideró una persona inocente, al no haber pruebas contra él y no puede ser juzgado por un crimen que no cometió”, enfatizó la madre de Santiago.
En su momento, la justicia penal militar recopiló testimonios que indicaban que el patrullero Devia desenfundó su arma y que luego se escuchó la detonación. Devia desmintió esa versión, pero no entregó su arma en el momento a los investigadores, pues no había sido vinculado al proceso. Devia entregó su pistola días después cuando se lo solicitaron los investigadores tras escuchar varios testimonios.
De hecho, en uno de los relatos que conoció SEMANA, citan el momento en el que Devia habría intentado ocultar pruebas con complicidad de sus compañeros. Mientras estaban en una cafetería, un uniformado escuchó, la noche de los hechos, que un patrullero al que identifica como Pinzón estaba pidiendo una chaqueta de civil para ir a buscar la vainilla del arma que disparó Devia. Estos testimonios y otros que relacionaban al patrullero Devia fueron entregados en presencia de la procuradora delegada, por lo que le solicitó al juez militar, René Monroy, liberar al mayor y al teniente, y detener al patrullero Devia como nuevo sospechoso.
Pero esa investigación no fue tenida en cuenta por la Fiscalía que es la que finamente lleva al caso, pues se conocieron denuncias de que al parecer el mayor Molano, intentó mover influencias para desviar la investigación. Aunque aún hay varias dudas dentro del proceso, lo cierto es que la prueba reina, que corresponde al cotejo balístico coincide con la del arma accionada por el capitán Molano.