POLÍTICA
El inri que cargan los 8 congresistas de la Farc
Llevan tres meses en el Capitolio y a diario tienen que sortear los más duros señalamientos por su pasado. Hasta en el debate de moción de censura al ministro de Hacienda el uribismo trató de silenciarlos por no tener autoridad moral para referirse a temas como la corrupción.
La bancada de la Fuerza Revolucionaria del Común (Farc) se sienta al costado derecho del Salón Elíptico, donde sesiona la Cámara de Representantes. Justo en frente, paradójicamente al lado izquierdo del salón principal del Capiolio, está la numerosa bancada del Centro Democrático. Rara vez se hablan, rara vez se cruzan y se saludan. Pero ya se ha vuelto costumbre que desde ambos flancos se crucen dardos en medio de los debates.
Llevan solo tres meses en el Capitolio y la palabra es ahora su única arma de defensa. Normalmente sus detractores los critican en las plenarias y en las comisiones. A pesar de que dejaron los fierros, les siguen reclamando por los secuestros, extorsiones, reclutamiento a menores perpetrados por las Farc. Y aunque tienen los mismos derechos que el resto de parlamentarios, los tratan de silenciar por lo que consideran su falta autoridad moral para pronunciarse sobre espinosos temas, por ejemplo la corrupción.
“Las manos manchadas de sangre”
Esta semana la senadora Victoria Sandino fue duramente cuestionada por referirse a la implementación del acuerdo de paz. En medio del debate de la propuesta de Paloma Valencia de crear una sala especial para los militares en la JEP, una víctima de las Farc contó su historia y acusó directamente a Sandino de ser la responsable directa de la muerte de cientos de niñas que fueron obligadas a abortar en la guerrilla.
“La senadora Victoria Sandino era comandante del comando conjunto. Es victimaria directa de cientos de niñas que murieron al ser obligadas a abortar, en ese procedimiento en el que no se tenían las medidas necesarias para practicarlos (...) ella tiene las manos manchadas de sangre", contó Yamile Moscue, una joven que fue reclutada por las Farc a los 15 años y que pertenece a la Corporación Rosa Blanca.
La senadora de la Farc tuvo que defenderse. Calificó de falsas las acusaciones y exigió que presentaran las pruebas al conocimiento de la JEP. “Dejen de estar haciendo tanto show”.
“Es falso de toda falsedad lo que están planteando. Yo no las conozco. Me parece que la están instrumentalizando tremendamente, sabemos que Herbin Hoyos y el Centro Democrático a estas mujeres las han utilizado para sus propósitos, pero dudo que realmente les preocupe mucho su situación”, dijo a SEMANA Sandino.
“Sin autoridad moral”: Hernán Prada
Podría ser natural que los dardos a las Farc salieran en las discusiones sobre la implementación del acuerdo de paz, pero ya es habitual que se produzcan en todo tipo de debates. Durante la moción de censura en la Cámara al ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, salió a relucir el debate sobre el dinero de las Farc.
Fue el representante de la Farc Sergio Marín quien en nombre de su partido le pidió la renuncia al ministro y le reclamó por todo el dinero que han perdido los municipios por cuenta de los llamados bonos de agua. Minutos después el representante Hernán Prada le reclamó a Marín: “Dónde estaba la plata es lo que nosotros les preguntamos a ustedes señores de las Farc. No la de las caletas, no la del narcotráfico, no la plata de las extorsiones que le hacían a los municipios pequeños y pobres, sino la de todos los colombianos, y también dónde están los desaparecidos”.
Justo por eso, el representante de la Farc Luis Alberto Albán decidió dejar una constancia en la que pidió detener la “estigmatización” contra la bancada. “Basta ya de matoneo, basta de estigmatización, no crean que con eso nos van a silenciar, que nos van a llenar de miedo, aquí estamos y aquí vamos a seguir exponiendo nuestras ideas y aquí vamos a seguir defendiendo -a pesar de las calumnias y las mentiras- el proceso de paz, que es un compromiso del estado colombiano y eso incluye a este congreso”, aseguró.
“Narcoterroristas": Carlos Mejía
Uno de los temas que provoca mayor controversia es el debate sobre drogas ilícitas y la aspersión con glifosato. El del 21 de agosto se robó varios titulares en la prensa. Los senadores del Centro Democrático le endilgaron a la Farc y al acuerdo de paz gran parte de la responsabilidad del aumento de las hectáreas cultivadas con coca.
En esta ocasión la senadora Paloma Valencia dijo que por cuenta del acuerdo de paz se había permitido que el narcotráfico creciera, y aseguró que Jesús Santrich debería ser extraditado por delitos de narcotráfico, un tema que levanta ampolla entre los miembros de la Farc que exigen su libertad inmediata.
“Como el gobierno de Juan Manuel Santos decidió suspender la extradición de los cabecillas, ahí tienen a Santrich de las Farc que no lo quieren dejar extraditar, a pesar de que hay evidencia de que estaba en el negocio de la droga”, aseguró Valencia.
Lo más leído
La senadora María Fernanda Cabal también intervino y aprovechó para lanzar una pulla a la Farc. “No me sorprende escuchar a estos nuevos representantes que sin votos llegan con regalos de la élite política a la que tanto odian y rechazan, porque fue Santos que es élite política la que les dio el regalo de estar aquí”, reclamó.
Pero las acusaciones más fuertes vinieron del senador Carlos Felipe Mejía, quien los acusó de querer “cambiar la historia y ahora los criminales somos los del Centro Democrático, no señor”. Acto seguido los acusó de ser violadores de niños, asesinos, reclutadores de menores y narcoterroristas.
Dicen que tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. Eso es lo que le puede pasar a la Farc porque solo llevan tres meses de actividad legislativa, y seguramente vendrán más debates difíciles. Por el momento, la Farc denunció al representante del Centro Democrático Samuel Hoyos por calumnia, debido a que aseguró en Twitter que la Farc tiene una doble condición: ser partido político y terrorista. Hoyos respondió a la denuncia exigiendo a los congresistas de la Farc un pronunciamiento contundente de censura frente a aquellos exguerrilleros que como alias el Paisa se marginaron del proceso de paz.
“Sí hay estigmatización y tiene nombre propio: el partido Centro Democrático que se ha dedicado a hacer una campaña de desprestigio contra nosotros. Eso va teniendo un límite porque nosotros firmamos la paz para construirla”, aseguró la senadora Sandino.
El aterrizaje de las Farc en la política ha sido tormentoso, aunque en el corazón del acuerdo de paz está dejar las armas para hacer política este es para una gran parte de la población un sapo difícil de tragar. Reclaman que tienen puestos y vida de congresistas sin haber pasado ni un día de cárcel. La Farc responde que las 10 curules -5 en Cámara y 5 en Senado- se pactaron en La Habana.
La Farc ya se midió en las urnas. Solo logró 56.000 votos, es decir que por sus propios medios no hubieran alcanzado ninguna curul. El resultado en las urnas y en el Capitolio no es una sorpresa, el naciente partido de la rosa roja tiene todavía un largo y espinoso camino por recorrer para lograr la legitimidad de una sociedad herida por un conflicto de cinco décadas.