PROCESO DE PAZ

La Chinita: un perdón que llegó después de 24 años

En Apartadó (Antioquia), donde se cometió la primera masacre de esta guerrilla, Iván Márquez le da la cara a las víctimas y les promete "verdad, justicia, reparación y no repetición".

30 de septiembre de 2016
| Foto: Archivo Particular

Las FARC siguen mostrando una faceta hasta ahora desconocida. Una que prometieron en el acuerdo que sellaron con el Gobierno, y que a cuenta gotas empezaron a construir desde cuando decidieron dar la cara por las atrocidades que cometieron en el marco del conflicto.

Este jueves, las FARC encararon de nuevo su pasado. Volvieron al lugar donde cometieron la primera masacre de su historia, en la que murieron 35 personas, entre ellas dos niños, y llegaron para decirles a los pobladores: perdón.

Han pasado 24 años desde que ocurrió la matanza en La Chinita, un humilde sector del barrio Obrero de Apartadó, próspera localidad agroindustrial de Antioquia. El mismo lugar donde un comando armado de la guerrilla irrumpió una verbena popular y abrió fuego.

"Compenetrados con el más profundo sentimiento de humanidad y de respeto hemos venido a La Chinita 22 años después de aquel triste 23 de enero con el corazón compungido a pedirles perdón con humildad por todo el dolor que hayamos podido causar en el transcurso de esta guerra", dijo el jefe negociador de las FARC, ‘Iván Márquez‘.

En el acto, que se celebró en el colegio San Pedro Claver de Apartadó,  Márquez afirmó: "los muertos de La Chinita son también nuestro muertos porque así lo sabemos, lo sentimos de corazón".

En el barrio vivían muchos excombatientes del EPL, que habían dejado las armas tres años atrás. Para entonces había una fuerte disputa por el control político de la región y un enfrentamiento armado entre las FARC, los paramilitares y sectores del EPL que se habían rearmado

"Jamás debió ocurrir lo ocurrido en aquella noche", agregó el jefe guerrillero, quien dijo que "nunca el mando de las FARC ordenó tal atrocidad pero aquí estamos para responder como colectivo, como organización".

Al referirse a los 34 hombres y la mujer asesinados esa noche de terror, ‘Iván Márquez‘ dijo que los miembros de las FARC quieren "rendirle tributo reconociendo su inocencia y su amor por la vida".

"Queremos restablecer las relaciones que nos dañó la violencia, por eso hemos venido a hablarle a los corazones heridos", agregó el jefe guerrillero, en el acto de reconocimiento de responsabilidad en el que también estuvieron ‘Pastor Alape‘ y ‘Isaías Trujillo‘.

Tras recordar que "todos en la vida hemos cometido errores, algunos con consecuencias más graves que otras", Márquez añadió que "hablar con la verdad pura y limpia sana las heridas del alma por muy profundas que éstas sean".

"‘Quien esté sin pecado que tire la primera piedra‘, nos dice Jesús el Nazareno", manifestó el jefe de las FARC, quien abogó para que, como consecuencia del acuerdo de paz firmado el pasado 26 de septiembre con el Gobierno, se produzca "el alejamiento definitivo de las armas de la política".

"Queremos reiterarle al Gobierno para que convengamos un día en que todos los involucrados en el conflicto (...) hagamos un reconocimiento de responsabilidad y nos comprometamos resueltamente con un nunca más", expresó.

"Las víctimas de La Chinita sí perdonamos", repitieron varias veces los familiares de los que murieron en esa matanza en el acto en el que también estuvieron presentes el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo; la consejera para los Derechos Humanos, Paula Gaviria, y representantes de diversas organizaciones internacionales.

Jaramillo dijo que "escasamente otra región del país vivió tan de cerca la combinación de las armas con la política como lo vivió el Urabá", zona de al frontera con Panamá donde está Apartadó.

El alcalde de Apartadó, Eliécer Arteaga Vargas, elogió "la valentía de las víctimas para perdonar a los señores de las FARC"

"Hoy no es un día para festejar, hoy es un día para reflexionar, para meditar porque es pensar hasta dónde nos estaba llevando esta guerra maldita", dijo el alcalde, quien pidió "la verdad, que no se vuelva a repetir, que trabajemos en la construcción de este proceso".

En Bojayá se abrieron las puertas de la reconciliación. Un año más tarde, en un encuentro con los familiares de los diputados y la familia del líder social Genaro García, la guerrilla dejó ver su compromiso con el sistema de verdad, justicia, reparación y no repetición que quedó consignado en el acuerdo.

*Con información de EFE