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Farc y el secuestro: no basta con el arrepentimiento; falta la verdad completa y que paguen por lo que hicieron
La ilusión que se generó por el reconocimiento del inhumano delito del secuestro se chocó con unas víctimas que no se sienten reparadas y que consideran que no basta con el arrepentimiento, falta verdad.
Aunque la audiencia de reconocimiento del secuestro ante la JEP, en la que el exsecretariado de las Farc aceptó su responsabilidad sobre este delito, se había anunciado con “bombos y platillos”, no pasó de ser una confesión de minutos en el banquillo, un cara a cara con las víctimas poco espontáneo, pero llena de reclamos por verdad y reparación, las palabras que retumbaron. En la mesa se pusieron varias cartas: la ausencia de reparación, la necesidad de revisar pruebas como el contenido de los correos de Raúl Reyes y la sensación, que dicen tener algunas víctimas, de estar en una puesta en escena, que tuvo ensayos previos y acompañamiento psicológico, pero que no termina estando del lado de ellos.
¿Reparación?
“No los odio, pero no los puedo perdonar hasta encontrar a mi hijo”. “En ocasiones pensaba que era mejor morir y descansar, por las cadenas de la humillación amarradas al cuello”. “¿Cuáles eran las prácticas aplicadas a secuestradas en estado de embarazo?”, fueron algunas de las crudas frases que retumbaron en la audiencia presidida por la magistrada Julieta Lemaitre, que, tal como SEMANA había anticipado, fue un cara a cara con dolor en el corazón, que no se curó con ensayos previos o acompañamiento “psicológico”.
Tras la audiencia, la primera carta de las víctimas, incluso con la posibilidad de hacer una reunión privada con exmiembros del secretariado como Timochenko, Carlos Lozada y Pastor Alape, es la ausencia de reparación individual o indemnización y un reclamo de verdad.
Menfis Molano, hija de Jesús Antonio Molano, secuestrado el 8 de marzo de 2005 en el municipio de La Uribe, en Meta, realizó una dura y emotiva exposición en la que aseguró que las Farc jamás han tenido “la intención de reparar a las víctimas”, y en el auditorio lo repetían como un eco, porque es algo que les preocupa.“Venimos a exigir un reconocimiento real, tan real como las personas que fueron secuestradas, desaparecidas, torturadas y asesinadas por ustedes. Esperamos la verdad, la justicia y la reparación de la que tanto se habló en ese pacto de La Habana”, dijo Molano.
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Fueron más de 30 horas de confesiones, y en el aire quedó la insatisfacción, mezclado con falta de perdón y sed de verdad, por parte de algunas víctimas que estuvieron cara a cara con un exsecretariado Farc aparentemente arrepentido.
Puesta en escena
Víctimas consultadas por SEMANA aseguraron que se trata de una puesta en escena en la que, simplemente, los ahora congresistas, desde la tranquilidad del fuero, confiesan cualquier cosa, dicen estar arrepentidos, pero no va a pasar nada más. Olmes Duque, uno de los militares secuestrados, expresa que la molestia tiene que ver con que son actos cuya incidencia penal es nula. No entienden cómo es que las Farc no han pagado un solo día de prisión ni por qué la Fiscalía no ha investigado las versiones de Lozada en el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, con inconsistencias como la supuesta responsabilidad de la red urbana Antonio Nariño, cuando, hasta ese momento, no existían redes subversivas en las ciudades.
SEMANA consultó al abogado Juan Camilo Sanclemente, de la defensa de los familiares de los diputados del Valle, quien explica que se requiere una reforma a la JEP que establezca una reparación individual a las víctimas que no está prevista. Asegura que tampoco moral, porque se quedan simplemente con un pequeño aporte de verdad, visto por miles de cámaras, que dejan a los afectados por el conflicto con la misma tristeza, pero a la JEP como si estuviera cumpliendo.
Audiencias en las que la sensación es de pocas respuestas, como ocurre con Aura Saavedra, hija de Osser Saavedra, secuestrado el 8 de marzo de 2005 en La Uribe, Meta, junto a tres personas más. Entre ese grupo estaba Érika Gómez, pareja del comerciante, quien estaba embarazada. Uno de los momentos más escalofriantes de la audiencia fue ver el cara a cara entre ella y los miembros del secretariado Farc en un silencio de segundos que parecieron eternos.
Tras una pausa y tomar aire, llegó la confrontación con lágrimas: “Esto es un daño irreparable. Ustedes lograron parar miles de sueños, estudios, crecimiento profesional y un sinnúmero de situaciones que bordean estos crímenes atroces”, les dijo, en una especie de catarsis, desahogándose de sentimientos que ha guardado por años. Los magistrados guardaron silencio en ese momento. La verdad estaba dicha, pero no por el victimario, sino por la víctima.
SEMANA conversó con la magistrada Julieta Lemaitre sobre la manera en que funciona la reparación, señaló que la JEP se involucra en temas “como dignidad, reparaciones simbólicas, reclamar la búsqueda de desaparecidos. Pero la reparación económica le compete a la Unidad de Víctimas, al Gobierno”, dijo.
Correos de Reyes
Aunque su valor probatorio fue anulado por la Corte Suprema de Justicia, Sigifredo López, único sobreviviente de la masacre de los diputados del Valle, junto con otras víctimas, aseguran que se debe revisar los correos del computador de Raúl Reyes, y se amparan en los artículos 13, 14 y 15 de la ley que reglamentó el funcionamiento de la JEP, que dice que las víctimas pueden aportar pruebas.
López, junto con otros exsecuestrados, entregaron correos en los que hay información sobre sus casos y justamente hizo preguntas relacionadas con el secuestro de los diputados que estaban en los computadores. No entienden cómo, aunque las Farc han reconocido en reuniones a puerta cerrada que el contenido es verídico, no se revisan. Uno de los correos, conocido por SEMANA, de julio de 2007, firmado por J. E. y dirigido a los “camaradas del secretariado”, retrata las condiciones en las que fueron ultimados los diputados.
“Ahora se requiere la entrega de los despojos mortales de los diputados para conocer qué nuevos elementos surgen, para elaborar un comunicado desenmascarando las maniobras del Gobierno (de Uribe) para rescatar los prisioneros por la vía militar y al mismo tiempo negarse al intercambio humanitario”.
SEMANA cuestionó a la magistrada Lemaitre sobre este tema y dejó claro que, si bien es complejo entrar a revisar el contenido, lo importante ya se conoce. “Lo clave es que ellos aceptaron que había orden de fusilamiento. No sé cómo meter los correos en más de mil hechos individuales. Entendemos las angustias y va a ser necesaria una diligencia en Cali, con los que quedan vivos de las redes urbanas, para que digan quién los ayudó a entrar a la Asamblea. Lo grave ya está probado. Es una cuestión de esclarecimiento, pero no tiene trascendencia penal porque la responsabilidad penal está aceptada”, puntualizó Lemaitre.
Ingrid Betancourt
SEMANA: ¿Hay ausencia de reparación de las Farc?
I.B.: “Este reconocimiento (del secuestro) pone de presente el vacío del acuerdo de paz en torno a la reparación de las víctimas, no hay ninguna garantía jurídica que permita obtener esa indemnización que en cualquier Estado de derecho sería lo ideal”.
Sigifredo López
SEMANA: ¿Hay ausencia de reparación de las Farc?
S.L.: “Todas las víctimas estamos de acuerdo en que la Fiscalía tiene que investigar si es cierto que las Farc tienen millones de dólares en Suiza y en paraísos fiscales. Les han incautado bienes. Ese dinero queda en la SAE, los venden y los entregan para la lucha contra el crimen organizado. Debería ser para reparar a las víctimas”.
Raimundo Malagón
SEMANA: ¿Hay ausencia de reparación de las Farc?
R.M.: “Se requiere una reparación económica, muchos soldados siguen en condiciones deplorables. Pido a las Farc que, de sus propios recursos, contribuyan a la indemnización de los soldados y policías que fueron secuestrados”.
Olmes Duque
SEMANA: ¿Hay ausencia de reparación de las Farc?
O.D.: “Es un juego de sálvese quien pueda. Las Farc nos hicieron mucho daño, hay dolor todavía. Veo las puertas cerradas para una reparación integral. Duele verlos tras tranquilos, con escoltas; esto es injusto y triste”.