Tan cerca, pero tan lejos: Gabino y Timochenko desde La Habana

Pese a que la práctica del secuestro se le atravesó a las negociaciones de paz con las FARC y el ELN, la cumbre guerrillera que por dos días sostuvieron Timochenko y Gabino en La Habana le inyectó una dosis de esperanza a la posibilidad de encontrar una salida negociada al conflicto con los dos grupos armados más viejos que hay en el país.

Aunque no hubo mensajes concretos que alinearon, así fuera milímetros, los proyectos de negociación entre ambas guerrillas, al cierre de la reunión coincidieron en "hacer de los derechos de las víctimas, el corazón de la búsqueda de la paz". Eso fue lo que dijeron los dos máximos comandantes que leyeron en tiempos intercalados los ocho párrafos del comunicado conjunto.

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Desde La Habana, este jueves, las FARC y el ELN se refirieron a los temas que versaron sobre la discusión. Cómo ya se había anticipado, además de conocer de primera mano la experiencia que concluyó en noviembre pasado en el Teatro Colón, la actualidad política nacional fue otro de los temas que ocupó la agenda.

"Buscaremos que el presente esfuerzo por la solución política, comprometa a las distintas fuerzas que participan en el debate hacia las elecciones del 2018, y trataremos de evitar que los llamados a la guerra, que hace la extrema derecha no hagan reversar este impulso por el logro de un nuevo país con equidad", dijo Gabino.

Ambas guerrillas se atornillan en diferentes puntos de la historia. Mientras las FARC culmina el proceso de dejación de armas y espera que se termine de instalar el andamiaje jurídico que garantice su tránsito a la vida civil, el ELN, por su parte, encara los llamados que le hace el Gobierno para que acate el Derecho Internacional Humanitario y de una vez por todas deje de secuestrar.

Se comienza a abonar el terreno para un escenario en el que los hombres comandados por Gabino contemplen la posibilidad de suscribir temas trascendentales de la negociación que parecen imposibles de renegociar como el modelo de justicia, la participación política y la reparación a las víctimas. Al menos esa fue la sensación que quedó.

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"Reconocemos al gobierno colombiano su disposición de facilitar este segundo encuentro, el cual esperamos mantener como mecanismo permanente de coordinación y diálogo conjunto, para la paz con justicia social", dijo Timochenko a su turno y es que aunque ambas guerrillas reconocieron la disparidad de las mesas, señalaron que "tienen objetivos comunes". Sin embargo, para Gabino es claro que "avanzar no va a ser tan fácil como muchos creen".

Aunque diez años después, de la histórica guerra a muerte en la que se enfrascaron por los territorios del país, empiezan a aparecer cosas en común, siguen siendo muchas otras las que las distancian.

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Falta ver cómo transcurre la implementación del acuerdo de paz con las FARC y cómo avanza el segundo ciclo de negociaciones en Ecuador con los elenos. Ambos espacios de alguna forma servirán para medirle la temperatura a los efectos que pudo haber dejado el encuentro. 

"El respaldo y la esperanza de las víctimas en el Acuerdo de Paz, nos da la firmeza para seguir trabajando por la #PazCompleta para Colombia", apuntó a través de su cuenta de Twitter Pastor Alape.