ASEGURADORAS
"No se ha entendido el rol de las ARL": Fasecolda, sobre protección a médicos
La Federación de Aseguradores Colombianos afirma que las administradoras de riesgos laborales son un apoyo para los empleadores y no los absolutos responsables de entregar los elementos de protección personal a los trabajadores de la salud.
A comienzos de semana, la Federación Médica Colombiana reveló los resultados de una encuesta practicada a 916 profesionales de la salud la cual concluyó que el 85 % de ellos no cuenta con elementos de bioseguridad que deberían ser suministrados por las aseguradoras de riesgos laborales (ARL), en el marco de la pandemia de covid-19.
En contraste, el informe señaló que el 12 % del total de encuestados que tienen acceso a estos elementos dijeron haberlos recibido directamente de sus empleadores o los compraron con recursos propios. Ante la controversia que causaron estas cifras, SEMANA habló con la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) para conocer cómo se está realizando la entrega de los elementos de protección personal (EPP) que necesitan los profesionales para seguir trabajando.
Germán Ponce Bravo, director de la Cámara Técnica de Riesgos Laborales de Fasecolda, aclaró que "no se ha entendido el rol que juegan las ARL" dentro del contexto de la emergencia sanitaria y económica que vive el país. El funcionario dijo que el aporte que dan las administradoras de riesgo es complementario al esfuerzo que corresponde a los empleadores "quienes, históricamente, tienen la responsabilidad de proveer los elementos de protección personal", seguido del Gobierno nacional y las entidades territoriales.
De acuerdo con el decreto 488 del Ministerio del Trabajo, las ARL deben destinar hasta un 7 % de las cotizaciones del Sistema de Riesgos Laborales en la acción de promoción, prevención y actividades de emergencia dirigidas a los trabajadores de la salud, esto con el fin de ayudar a solventar los gastos que se generan a partir de la necesidad de cuidar a esta población que pone en riesgo su vida para salvar la de los demás. No obstante, Ponce Bravo recordó que antes de que entrara en vigencia esta norma -el 27 de marzo- las administradoras de riesgo laborales no estaban habilitadas ni podían entregar estos recursos para la compra de elementos de protección.
Según estimaciones de Fasecolda, costear este respaldo a la totalidad del sector salud le costará al país 430 mil millones de pesos de los cuales 23.571.000 millones de pesos serán responsabilidad de las aseguradoras, mientras que el resto corresponderá a los empleadores y las entidades territoriales. A corte del 29 de abril, 7.324.672 elementos de protección personal han sido entregados a nivel nacional de acuerdo con las cifras de la federación.
Pocos proveedores y muchos interesados
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Foto: Guillermo Torres / SEMANA.
Como son varios actores los responsables de adquirir los EPP, ha sido un dilema conseguir quién los suministre en medio de tanta demanda. Al menos esto es lo que plantea Ponce Bravo: "Dado que hay una gran problemática de desabastecimiento a nivel nacional e internacional, de volatilidad de precios, lo más importante y conveniente para el país sería centralizar la adquisición de esos recursos", afirmó el experto. La tela para fabricar trajes quirúrgicos y las mascarillas N95 son algunos de los más escasos, agrega.
Mas la centralización sigue siendo una propuesta que el gremio asegurador ha puesto sobre la mesa en las conversaciones con el Gobierno nacional y que todavía no se concreta.
Ante las críticas de algunos sectores por no recibir los recursos de las ARL, Fasecolda responde que la distribución se ha hecho en todos los departamentos del país sin excepción, pero priorizando aquellos lugares donde hay mayor avance de la pandemia: Valle del Cauca, Bogotá, Antioquia y Atlántico son los que más EPP han recibido en el último mes.
Volviendo a los resultados de la encuesta que hizo la Federación Médica Colombiana, Ponce Bravo dice que la forma en la que se planteó la pregunta pudo incidir en las cifras, puesto que los trabajadores no tendrían cómo saber si los elementos de protección provienen de las ARL o de los empleadores, a menos que estos últimos les dijeran el origen de los implementos, porque la entrega se hace directamente al contratante y no a cada uno de los beneficiarios de las mascarilla y trajes, por nombrar a algunos. Del mismo modo, el experto señala que "es equivocado hablar de kits" debido a que no todos los trabajadores necesitan los mismos elementos.
"A corte de 3 de mayo, nosotros hemos reconocido a todos los trabajadores del sistema de riesgos laborales un aproximado de 5.600 prestaciones de salud y económicas. El 70 % de la atención se ha dado a los trabajadores afectados por covid-19", concluyó.