REDES
El adiós de Felipe Zuleta a Twitter
El periodista se despidió de esa red social luego de llamarla "cloaca" y "alcantarilla". No es el único periodista que ha cerrado su cuenta.
Felipe Zuleta Lleras es reconocido por decir sin tapujos lo que piensa. Las mañanas en Blu Radio y los domingos desde El Espectador, el periodista suele dar agudos apuntes sobre la realidad nacional. Sus críticas han tocado a los protagonistas del poder, desde Álvaro Uribe hasta el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro. El pasado domingo, su columna no fue ajena a ese estilo. En un sentido texto, el periodista dijo públicamente lo que muchos piensan en privado: que Twitter tocó fondo. Pero fue más allá y este lunes cerró su cuenta.
Confidencial: Felipe Zuleta le dijo adiós a Twitter
Desde hace meses, Zuleta empezó una fuerte crítica a esa red social en vista de la agresividad del debate político que se vive en internet. En algunas ocasiones el columnista anunció “jornada de bloqueo” contra quienes lo insultaban por sus comentarios. El trino del expresidente Álvaro Uribe contra el columnista de esta revista, Daniel Samper Ospina, fue para él la gota que rebosó la copa. En su texto de este domingo Zuleta calificó a esa red social de “cloaca” y “alcantarilla”.
El periodista aclaró que no quería referirse al episodio con el expresidente sino "volver a hablar de Twitter y el daño que algunas personas le hacen a la sociedad". Comenzó su reflexión contando que bloquea a quienes lo tratan mal pues cree que "Twitter es de uno, como nuestra casa, a donde solo dejamos entrar a quien nos da la gana. Y si sabemos que alguien llegará a vomitar el tapete o a insultarnos, pues simplemente no lo invitamos ni le damos la bienvenida si se presenta súbitamente".
En el programa de la mañana de Blu Radio, en el que comparte micrófonos al lado de Néstor Morales, Vanessa de Latorre, Ricardo Ospina y Aurelio Suárez, aseguró que se cansó de esa red por la catarata de improperios que recibe a diario. “Uno saluda, da los buenos días, por ejemplo, y le responden que cuál buenos días, viejo hijueputa, que qué tienen de buenos. Cosas así”, comentó al aire.
Según él, a raíz de esos comentarios perdía a diario minutos por bloquearlos. “Y lo hago porque siempre he creído que el Twitter es de uno, como nuestra casa, a donde solo dejamos entrar a quien nos da la gana”.
Zuleta encendió una polémica en redes sociales al afirmar que ese tipo de personas que viven dedicadas a hablar mal de otros en redes son los que en realidad sí tienen una vida de “mierda”. En su columna hizo un comentario que encendió una polémica en las redes: “Y es que Twitter les hace creer que pueden hablar con uno por el solo hecho de ponerle el @ y el nombre, y que eso los deja en igualdad con uno para hablar de tú a tú (...) Twitter no les da lo que natura les negó”.
Finalmente, aseguró que el fin de Twitter está cerca porque no es “rentable” y también porque han aparecido otras redes que son más “amables” y “menos perversas”. Le dijo adiós a una red social que enciende día a día las más agrias polémicas nacionales y dejó que sus más de 240.000 seguidores se enteren de lo que él piensa por su trabajo en la prensa o en la radio.
Su actitud no es extraña en el mundo virtual. Hace unos días en el periódico El Tiempo el escritor Arturo Pérez Reverte contó que cerró su espacio Bar de Lola que tenía en Twitter porque "me cansé de que un simple tuiteo se convirtiera en titular de prensa todos los lunes. Era ridículo que una cosa dicha en tono relajado se tradujera luego en ‘Pérez-Reverte insultó a una feminista’. Mis lectores saben quién soy. Era fatigoso tener que explicar cosas obvias".
El reconocido escritor también aseguró que le cansaba la virulencia de Twitter. "Las redes son formidables, pero están llenas de analfabetos, gente con ideología pero sin biblioteca, y pocos jerarquizan. Dan igual valor a una feminista de barricada que a un premio nobel", dijo en esa entrevista.
Sin embargo, Pérez Reverte mantuvo su cuenta personal en esta red social.
En un artículo para El País de España la periodista Rosa Montero relató que lleva meses recogiendo ejemplos de cómo las redes afectan la vida de los ciudadanos. Después de revisar decenas de ejemplos concluyó que "las redes fomentan cierto nivel de necedad y frenesí hasta en el cerebro del más templado, de la misma manera que ponernos al volante de un coche suele volvernos algo más furibundos de lo que solemos ser".
La periodista asegura que hay algo en las redes sociales que hace que las personas pierdan la cabeza y que exacerba fanatismos y posiciones radicales. "Comparto internet con el salvaje oeste, un lugar sin ley con linchamientos y matones". Agregó que esa mezcla de sentimientos hace que "las redes estén como están, hirviendo de un odio desquiciado y convirtiéndose día tras día en una máquina de difundir mentiras" y concluyó que ya era hora de que "ese territorio brutal se ordene y civilice".