TAUROMAQUIA
Feria de Cali | Sexta tarde: urgente, ‘victorinos’ para Bolívar
Si los taurinos españoles no le dan toros a Luis Bolívar en 2022, darán la estocada a la fiesta brava en Colombia, donde se forraron de dinero. El torero de Cali salió a hombros junto a Emilio de Justo y el ganadero. Nueve orejas, un rabo y tres toros de vuelta al ruedo en la que será llamada la ‘Corrida del siglo XXI’.
Luis Bolívar no vestía el traje de luces desde el 9 de octubre de 2020, en Antequera (España), en un mano a mano con Finito de Córdoba con toros de Zalduendo en una de las tardes de la llamada gira de reconstrucción. Un año, dos meses y veintiún días pasaron para que el colombiano volviera a lucir la chispeante piel de torero, en la última corrida de la feria de Cali 2021, cuando se marchó de Cañaveralejo a hombros con cuatro orejas y en compañía de Emilio de Justo, máxima figura del toreo en la actualidad, y Victorino Martín Andrés, hijo del que es considerado el ganadero más legendario de todos los tiempos.
Bolívar, con apenas 36 años y el pelo cárdeno como la mayoría de los ‘victorinos’ que salieron por la puerta de los sustos este 30 de diciembre, firmó su mejor tarde en Cali en 17 años de matador de toros. De momento. Porque la tauromaquia del torero colombiano, que heredó de César Rincón el trono de la torería nacional, estuvo al nivel de Madrid, Sevilla, Bilbao, Pamplona o Nimes. Encumbró en la historia a dos de los siete toros españoles que habían atravesado el Atlántico para estremecer a los aficionados americanos con su bravura de leyenda.
‘Ordenante’ (número 1, 512 Kilos), el primero de la tarde, el único cinqueño del encierro español, fue arrastrado en vuelta al ruedo a pesar de su falta de fuerza, defecto que “tapó” Bolívar en una faena de temple desbordante, con la que pegó primero en el mano a mano con Emilio de Justo. Aseguró la puerta grande, cuando aún le quedaban dos toros en los chiqueros, gracias a su sobrado oficio, como si no hubieran pasado 447 días desde la última vez que había vestido el traje de luces.
Con ‘Hebijón’ (número 34, 520 kilogramos) superó el listón que había dejado tras la primera faena. Llevó al toro dos veces al caballo, lo dejó a larga distancia del picador Cayetano Romero y el toro se arrancó. Hubo protestas de quienes consideraron excesivo el segundo castigo, pero emoción en la mayoría de espectadores que tal vez no habían visto el espectáculo de un toro bravo arrancándose desde el centro del ruedo a la jurisdicción del picador.
Y en una faena en la que no se ayudó con el estoque simulado, Bolívar cuajó series de hasta ocho muletazos, que enloquecieron a los aficionados que cubrieron en dos tercios el aforo de la plaza de Cañaveralejo. El público pedía indulto pero el colombiano no se dejó llevar por la euforia y lo tiró patas arriba con un certero estoconazo. La Peña Taurina La Sultana, que siempre visten de blanco y sombreros negros de ala ancha, se los quitaron de la cabeza y los tiraron a los pies del torero en la apoteósica vuelta al ruedo que dio con las dos orejas del toro en la mano.
El quinto, ‘Placentino’ (número 102, 530 kilos) no tuvo la misma entrega que sus parientes de camada, pero no fue obstáculo para que Bolívar se impusiera y le sacara jugo pues exprimió todas las embestidas que tenía el animal. Si no hubo vuelta al ruedo con una oreja fue por el protagonismo del juez de plaza, un portugués, desconocido en estas latitudes, que vino a impartir cátedra pero que en toda la feria terminó por acabar con la primerísima categoría de Cañaveralejo.
Hace unos días el ganadero Victorino Martín, en diálogo con SEMANA, confirmó un dato que impresiona. Después del español Antonio Ferrera, Luis Bolívar es el torero en activo que más ha lidiado toros del hierro del ‘paleto’ de Galapagar. Por eso, la tarde que firmó en Cali tras más de un año sin hacer un solo paseíllo, más que sorpresa causó admiración. Por un profesional que sin un solo contrato en Europa asumió la tarde de Cañaveralejo como si fuera la más importante de su vida. Viajo a España en octubre y allí estuvo matando toros a puerta cerrada en el comienzo del presente invierno. La ‘madre patria’ entera, a través de la pantalla del Canal Toros de Movistar, pudo comprobar el alto nivel de su toreo, pues la corrida fue televisada.
Si los ‘gachupines’ -como a este lado del Atlántico se refieren a los ibéricos- no le dan toros al torero caleño en plazas europeas, darán la estocada definitiva a la fiesta brava en Colombia, donde se necesitan ídolos y figuras para por lo menos prolongar unos años la existencia del espectáculo. Lo mínimo que este país le puede reclamar a los taurinos españoles, que el siglo pasado se forraron de dinero y se llevaron el oro de las plazas colombianas, son toros para Luis Bolívar. Si llevan años sin éxito buscando toreros especialistas con los Victorinos -como lo fueron Andrés Vasquez, Miguel Márquez, Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá o Juan José Padilla-, ¿por qué no dejan que Luis Bolívar lo intente? Españoles, es urgente, Victorinos para Bolívar, es el clamor de los aficionados y profesionales en Colombia.
Emilio de Justo ya no necesita rogar por una vaca de tentadero porque, tras diez años de lucha y superación se encumbró a la cima de la tauromaquia mundial. Como recompensa, ahora tiene al alcance toros como para torear todos los días, y en 2021 mató 75 toros en las 36 corridas que toreó en la temporada, en la que abrió dos veces la puerta grande de Las Ventas y una vez la puerta grande de Sevilla.
Tampoco necesita que le regalen nada, como el presente que recibió en Cali de manos del presidente portugués, envuelto en tres pañuelos blancos para premiar con dos orejas y rabo la faena al cuarto toro. Se llamaba ‘Cobrador’ (número 63, 535 Kilos), que por su nombre podría ser familia de ‘Cobradiezmos’, aquel Victorino indultado en Sevilla en la feria de abril de 2016, y que el público reclamó su indulto. Emilio de Justo, un torerazo que no necesita la coba de su séquito, hizo historia al convertirse en el primer matador de toros en cortar un rabo en Cali (hace 10 años, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza paseó uno, simbólico, tras indultar a ‘Tabacoso’ de Ernesto González, el 31 de diciembre de 2011). Así recordará la historia de Cañaveralejo al torero extremeño que renació en Colombia.
De Justo, entonces, acumuló en su espuerta la friolera de cinco orejas y rabo, convirtiéndose también en el torero que más trofeos ha cortado en una sola tarde en los 64 años de la plaza. Las dos primeras fueron con el segundo de la tarde, ‘Portentoso’ (número 38, 515 Kilos) tras un faenón por naturales, largos y de mano baja, pero que pinchó al primer intento. Rectificó de inmediato con una portentosa estocada. Y la última fue en el sexto, ‘Muchachero’ (número 83, 538 Kilos), otro toro complicado pero que el español supo dominar con su muleta. El presidente, más eufórico que el público en los tendidos, o quizás asegurando el trofeo Señor de los Cristales para De Justo, asomó de nuevo su pañuelo, el mismo que le había negado a Bolívar en el quinto. Lo cierto es que último trofeo lo había arrancado el extremeño por la raza que le puso para no dejarse ganar la pelea. Como la máxima figura del toreo que hoy es.
Los toreros estuvieron a tan alto nivel porque los toros de Victorino, principal apuesta de Alberto García, nuevo empresario de la plaza y a quien Bolívar hizo sacar al ruedo para brindarle una de sus faenas, fueron un auténtico espectáculo. Nunca antes visto y quién sabe si alguna vez se volverá a ver. Toros revolviéndose con mucha listeza en el capote, embistiendo con la cabeza humillada por la arena; arrancando a 10 o 15 metros al caballo de picar y poniendo en aprietos a los banderilleros. Notables estuvieron los picadores Clovis Velasquez y Cayetano Romero, y entre los toreros de plata sobresalieron los que andan en nivel de maestros, James Peña y Álex Benavidez. Ssolo ‘Garrido’ y Marcos Prieto pudieron desmontarse con los ‘palitroques’.
Lo que terminó por estremecer Cañaveralejo fue ver toros de lidia persiguiendo las telas , “comiéndose” la muleta que no paraban de perseguir, así lo hubieran hecho muchas veces antes. Ninguno de los seis toros “se rajó”, o buscó las tablas para defenderse, algo que es poco común en nuestras plazas, donde es habitual ver a algún torero detrás de toros que renuncian a la pelea.
‘Ordenante’, ‘Portentoso’, y sobre todo ‘Hebijón’ y ‘Cobrador’, tercero y cuarto, se fueron superando en bravura una vez que salían al ruedo, de hecho el público pidió el indulto para ellos dos. De antemano se sabía que el ganadero los sacrificaría en los corrales si volvían con vida, quizás por eso el presidente portugués ya tenía el libreto memorizado.
Aunque los dos últimos fueron los más deslucidos para los toreros, y bajaron el nivel de euforia de la tarde, desbordado con el rabo del cuarto toro, lo único que faltó para algunos aficionados que se habían movilizado a ver a los Victorinos, fue que saliera una de sus ‘clásicas’ “alimañas”, que muchas tardes le han sacado “algún disgustillo” a los toreros, en palabras del propio Victorino.
Lo más parecido a esa alimaña se quedó en los corrales con el nombre de ‘Garbancito’, y resultó ser un ‘garbanzo negro’ cuando salió al ruedo a las once de la mañana de este 31 de diciembre, con el que Luis Bolívar madrugó a seguir su preparación. El único compromiso que tiene por delante para el 2022 es el de la feria de Manizales la próxima semana. Al menos, hubo toreo en el ruedo de la plaza como era tradición en Cali el último día del año. Ese fue el final de los primeros siete toros de Victorino Martín que pisaron suelo colombiano.
El ganadero salió a hombros de Cañaveralejo en la tarde de su debut, y flanqueado por los toreros. Así lo había hecho su padre el 1 de junio de 1982 en Las Ventas de Madrid, cuando los seis toros embistieron, y Ruiz Miguel, Esplá y José Luis Palomar salieron a hombros tras cortar seis orejas en total. Esa tarde fue llamada la ‘Corrida del siglo”. Casi cuarenta años después, la del 30 de diciembre de 2021 en Cali la superó, al menos en las estadísticas: nueve orejas, un rabo, tres toros de vuelta al ruedo en el arrastre. La ‘Corrida del siglo XXI’ ya quedó en la memoria de los que fueron a los tendidos de Cañaveralejo.
Sexta tarde
Cali, plaza de toros de Cañaveralejo
30 de diciembre de 2021
Toros de Victorino Martín (1°, 3° y 4° de vuelta al ruedo en el arrastre)
Luis Bolívar: Dos orejas, dos orejas, petición de oreja
Emilio de Justo: Dos orejas, dos orejas y rabo y una oreja
Los banderilleros Carlos Manuel Rodríguez ‘Garrido’ y Marcos Prieto saludaron monter en mano tras los pares de banderillas al quinto toro. Ovacionado el picador Cayetano Romero.