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“Gustavo Petro no le conviene al país”: Federico Gutiérrez destapa su plan para llegar a la Presidencia
El candidato presidencial Federico Gutiérrez explica cómo piensa resolver los problemas de la gente si llega a la Casa de Nariño. Habla con firmeza sobre seguridad y narcotráfico y cuenta cómo sacar al país de la pobreza.
VICKY DÁVILA: Por fin es precandidato presidencial, formalmente. ¿Cómo le fue en la inscripción de la coalición Equipo por Colombia?
FEDRICO GUTIÉRREZ: Así es, ya estoy inscrito como candidato, recogí un millón de firmas de ciudadanos que avalaron nuestra candidatura cívica, ciudadana e independiente. Esta va a ser la consulta más votada y de aquí va a salir el presidente. Espero ganar la consulta.
V.D.: ¿Cómo se sintió inscribiendo la coalición sin Óscar Iván Zuluaga?
F.G.: Lo primero es que yo me siento muy cómodo al lado de quienes estoy, Aydeé, Álex, David y Enrique, porque somos amigos; aquí no hay peleas, no hay divisiones, acá hay confianza y hay algo más importante y es que nosotros estamos pensando en el país más que en nuestros proyectos personales o en egos individuales.
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V.D.: Le insisto: Zuluaga, al fin, no entró…
F.G.: Óscar Iván es una persona a la que conozco hace muchos años. Le tengo respeto y cariño. Él está en su proyecto y así lo ha determinado.
V.D.: Aunque Zuluaga les dijo que no, también es cierto que ustedes se demoraron en decirle sí. ¿Cuál fue la verdad de todo eso?
F.G.: Vicky, cada uno de los integrantes de la coalición fue dando su posición sobre con quién deberíamos juntarnos y con quién no. Como lo nuestro es por consenso, tiene unos tiempos. Pero esa discusión se estaba dando. Óscar Iván tomó su decisión y está bien. Él tiene su candidatura, está avalado por su partido, el Centro Democrático, nosotros estamos concentrados es en la nuestra y vamos es para adelante.
V.D.: ¿Usted es de los candidatos que les hacen el feo a Uribe y al uribismo? ¿Sí o no?
F.G.: No. Yo a Uribe lo respeto y no se me olvida lo bueno que hizo por el país. No soy de su partido, he tenido siempre mi independencia. No voy a entrar en el escenario de hablar mal de otros, así convenga en algunos sectores. La gente me ha conocido, fui alcalde de Medellín por firmas, goberné con todos los sectores y para la ciudad. A partir del 7 de agosto, cuando lleguemos a la Presidencia, con el apoyo de los colombianos, no voy a poner el retrovisor, no voy a hablar mal de Samper, Pastrana, Gaviria, Uribe, Santos y Duque. A cada expresidente se le agradece todo lo bueno que hizo por el país. Tengo carácter, tengo mis posiciones, que son muy claras, y me voy a dedicar a que al país le vaya bien. Esta semana hemos visto unos atentados gravísimos y yo aquí doy un mensaje claro: a nuestras Fuerzas Militares y a nuestra Policía todo el apoyo y agradecimiento, y a estas organizaciones lo que hay que decirles es que las vamos a perseguir, porque aquí no nos vamos a someter a su terror.
V.D.: Otros candidatos lo han querido etiquetar como una ficha del continuismo. ¿Cómo puede demostrar usted que no lo es?
F.G.: Es que el continuismo son ellos.
V.D.: ¿Quiénes son ellos?
F.G.: Aquí hay una estrategia marcada entre Fajardo y Petro, tratando de mostrar que ese sería el escenario. Al contrario, el continuismo son ellos. Petro lleva en el Senado no sé cuántos años, y ambos llevan de candidatos presidenciales no sé cuántos años. Además, una reflexión, señores, el país ya en varias oportunidades que ustedes se han presentado a la presidencia les dijo que no. Y, bueno, la democracia les da una oportunidad de seguir participando, está bien, pero el país ya les dijo que no, porque el país quiere es mirar hacia adelante.
V.D.: Concretamente, ¿por qué usted no es el candidato del continuismo?
F.G.: Yo no represento el continuismo. Yo sí creo que el país requiere unos cambios, pero también soy consciente de que no se puede acabar con el país y las instituciones. Todo lo que haya funcionado va a continuar y a mejorar. Todo lo que no funcione lo voy a cambiar. Continuismo ellos. Esta es la primera vez que soy candidato presidencial y llego a transformar el país. En fin, Petro y Fajardo tienen un libreto para tratar de encasillarme.
V.D.: En todo caso, Gustavo Petro va punteando…
F.G.: Es normal que vaya punteando.
V.D.: ¿Por qué?
F.G.: Porque tiene todo el reconocimiento de tantas veces que ha sido candidato a la presidencia, sigue siendo senador, no ha parado de recorrer el país. ¿Le conviene al país Gustavo Petro? No le conviene. Lo digo de manera clara, porque aquí hay una diferencia de modelo de país. El que él plantea y el que planteo yo.
Mientras que él quiere acabar con las empresas, yo quiero que existan más para que haya más y mejores empleos. Mientras que él quiere incendiar el país y que exista caos, yo quiero orden y seguridad. Mientras que él piensa expropiar, yo pienso todo lo contrario, que es generar titulación de tierras para que el campesino las pueda explotar. Cuando él habla de proteccionismo, yo hablo de poder competir con el mundo. Petro tiene un concepto de igualdad, pero a la baja, como pasó en Venezuela o en Nicaragua, o en tantos países tomados por estos proyectos populistas, autoritarios y corruptos.
V.D.: ¿Cómo así que Petro busca la igualdad a la baja?
F.G.: Quiere decir que Petro quiere a todo el mundo en condición de pobreza.
V.D.: ¿Y por qué dice que Gustavo Petro no le conviene al país como presidente?
F.G.: Absolutamente no le conviene. Sería lo peor que le pasaría a Colombia. Los más vulnerables nunca saldrían de la pobreza, estaríamos frente a un gobierno autoritario y populista. Entonces, en mi concepto, él no le conviene al país, es un gran riesgo y por eso también estoy acá, para defender la democracia, las libertades y que el país siga adelante.
V.D.: ¿Qué les dice a las personas que consideran que Petro representa el cambio que necesita Colombia?
F.G.: Es que Colombia necesita muchos cambios, pero usted tiene que mirar de qué forma hace el cambio, porque puede ser un cambio para empeorar y eso es lo que no le conviene a Colombia. Aquí se necesitan orden y oportunidades, y no lo que proponen ellos.
V.D.: Cuándo dice ellos, ¿a quiénes se refiere?
F.G.: A Petro y a quienes lo acompañan. Es que la cosa está muy clara. Durante el paro, mire lo que pasó en el Valle y en el Cauca: cuántas empresas quebraron por los bloqueos, por las actividades ilegales de la primera línea, generando violencia, apoyada por Petro y por ellos. Quebrar empresas es muy fácil, pero crear empleos es muy difícil. Yo, como presidente, voy a garantizar la protesta social, pero tengo una línea clara entre lo que es protesta social, que es válida, y lo que es violencia y bloqueos, que es lo que no se puede permitir.
V.D.: Petro ha dicho que nunca estuvo detrás del paro. ¿Usted no le cree?
F.G.: No, yo no le creo.
V.D.: ¿Por qué?
F.G.: Porque claro que lo patrocinó a través de senadores de su movimiento.
V.D.: ¿Pero para usted Petro patrocinó el paro o la violencia?
F.G.: Patrocinó la violencia y la incentivó, que es lo que siempre le he cuestionado. El país estaba en unos momentos de tensión muy grande y recuerdo que ponía trinos diciendo “Arde el CAI de Ciudad Berna, en Bogotá”. Ese no es un líder que se merezca tener un país al frente, y yo creo que en esos momentos se debía llamar a la cordura y no a ver el país en llamas. Esto pudo haber terminado mucho peor de como terminó, y creo que quienes generan violencia, o están acostumbrados a generarla, no le convienen al país.
V.D.: Los ciudadanos se quejan porque sienten que los candidatos no explican qué es lo que realmente proponen y hablan muchas generalidades. Puntualmente, en Icetex, ¿qué les ofrece Federico Gutiérrez a los estudiantes?
F.G.: Hay más de 120.000 estudiantes que están con problemas económicos luego de haber terminado sus estudios y no haber podido pagar sus créditos, con altos intereses. Tenemos que buscar la forma, si no es la condonación de la deuda, puede ser la eliminación de esos intereses que se los fueron comiendo con el tiempo.
V.D.: ¿Qué le propone puntualmente a Colombia en materia de impuestos? Petro plantea subirles los impuestos a 4.000 colombianos. ¿Qué piensa?
F.G.: Lo que él dice es irracional y él sabe que no se puede hacer. Hoy la base de los que aportan es superior a 3 millones de personas y bajarla a 4.000, pues, entonces, de dónde van a salir los recursos. Otra gran mentira de Petro.
Yo he propuesto lo siguiente: una reforma tributaria progresiva, gradual, para implementarla en los próximos diez años, y trabajar por un crecimiento por encima del 5 por ciento en los próximos cuatro años. Combatir la evasión, que es de 40 billones de pesos anuales, y algo fundamental: ampliar el impuesto del patrimonio a partir de 2022 y por una sola vez, pagadero en 2023, 2024 y 2025. Asimismo, ampliar la base de devolución del IVA para llegar a 5 millones de hogares pobres en 2026. Hay que eliminar algunas exenciones y exclusiones del IVA en bienes y servicios no esenciales y no gravar la canasta familiar.
Hay que reducir las tarifas del impuesto de renta al 24 por ciento para las mipymes, con utilidades anuales menores a 500 millones de pesos. Hacer obligatoria la facturación electrónica. Quien más tiene es quien más tiene que pagar. Tiene que ser un Estado que administre bien los recursos, que no haya corrupción y que llegue la plata a las regiones.
V.D.: ¿Qué significa ser de provincia o de pueblo y aspirar a la presidencia?
F.G.: Para mí es un gran orgullo. Cuando me recorro las regiones, lo que hago es identificar las necesidades, el país hay que entenderlo, aquí no necesitamos más centralismo. A mí la gente no me va a ver gobernando en un palacio como si yo fuera un rey, a mí me gusta la calle, la gente, untarme, estar solucionando los problemas donde se generan. Para quienes dicen de manera despectiva “es que esos vienen de región”, nada, solo orgullo.
V.D.: ¿Ha sentido en algunos sectores de Bogotá esa mirada extraña por ser de provincia? Y lo digo porque los que venimos de otras partes del país somos provincianos, somos de pueblo…
F.G.: Eso a veces pasa.
V.D.: Y cuando lo miran así por encima del hombro en algunos circulitos sociales de Bogotá, ¿cómo se siente?
F.G.: Con más ganas salgo, con más orgullo levanto la cabeza y les digo que vengo de una familia de clase media, y un papá y una mamá que también llegaron de región; mi mamá era de Pereira, mi papá de Armenia, y se fueron a Medellín a buscar futuro. Allá nos tuvieron a Cata, a Juli y a mí. Nos educaron con mucho amor y disciplina, y siempre nos dijeron: “Fico, Cata y Juli, aquí no tenemos plata, la herencia que les vamos a dejar es la educación”.
Entonces, yo siempre con orgullo, y le digo a la gente en las regiones: sintámonos orgullosos de lo que somos. Yo creo que la gente que es excluyente es cada vez menos y termina encerrada en una burbuja. El país lo que tiene que hacer es abrirse a la realidad. A mí a veces me dicen: “Oiga, Fico, lo que usted tiene que hacer es bajarle al hablado paisa”, y yo les digo: “¿Oiga, y cómo hago?”.
V.D.: ¿Pero quién le dice eso?
F.G.: Hay gente que le dice a uno que si quiero ser presidente tengo que dejar de ser tan paisa, y yo les digo: “Es que ese soy yo, el día que yo deje de ser yo, ahí duden de mí”. Yo creo que lo más importante es mostrarse como uno es, a mí no me gusta posar. Yo digo lo que pienso, tengo carácter, buen humor, buenos amigos, y me siento muy orgulloso de lo que soy.
V.D.: Déjeme volver a las propuestas. En vivienda, ¿qué propone Federico Gutiérrez?
F.G.: Estamos proponiendo la construcción de un millón de viviendas VIS, 800.000 en zona urbana y 200.000 en zona rural; además, el mejoramiento de 400.000 viviendas no VIS. Mi mamá me decía: “Fico, tener vivienda no es riqueza, no tenerla sí es mucha pobreza”. Pero quisiera hacer un comentario extra.
V.D.: Dígame…
F.G.: Hay unos que creen que hay que acabar con el sistema financiero, y no. Yo creo que el sistema financiero lo que hay es que perfeccionarlo.
V.D.: Entra usted en un tema crucial. ¿Cuál es su propuesta para el manejo financiero?
F.G.: Lo primero es que no se trata de acabar con las entidades financieras, se trata de transformarlas en entidades para la gente. Se trata de entender que cumplen un servicio social. Aquí no puede ser que a unos les vaya muy bien y que a otros les vaya muy mal. Hay que ver cómo generar una mayor equidad y distribución de la riqueza. Una de las discusiones que hay que dar con el sector financiero es el tema de las tasas de interés. Por ejemplo, para vivienda, hoy pueden ser superiores al 10 por ciento u 11 por ciento. Tenemos que buscar la forma de que existan, ojalá, tasas del 7 por ciento para que la gente pueda acceder más fácil a los créditos.
No pueden ser simplemente utilidades billonarias para algunas entidades financieras y que la gente siempre esté colgada, pagando su casa y su carro tantas veces. Esto tiene que tener una discusión real, pero no lo voy a hacer desde el odio contra la empresa privada, porque yo soy una persona que defiende el libre mercado. Por ejemplo, en Estados Unidos hay tasas del 3 por ciento al 5 por ciento financiadas a 30 años.
V.D.: Gustavo Petro dice que, si llega a ser presidente, fortalecería la banca pública. ¿Usted haría lo mismo o solo la privada?
F.G.: Las dos son importantes. Es que ahí es donde hay una visión del país diferente. Es como cuando él dice nacionalizar el ahorro de los colombianos en los fondos de pensión, que tienen casi 330 billones de pesos ahorrados por parte de millones de colombianos. Entonces, uno no juega con la platica de la gente, es que es muy fácil jugar con la plata cuando no es de uno y eso es lo que él hace. Hay que tener una banca pública fuerte, pero el sector privado y el sector productivo juegan un papel fundamental en la sociedad. Yo no estoy proponiendo acabarla, es revisar los números. Tiene que haber utilidades, pero lo que no es justo es que sean utilidades exorbitantes, costos de servicios financieros exorbitantes y que cada vez el ciudadano de a pie se sienta más ahorcado. Petro plantea acabar con todo, lo que estoy planteando es que lo reformemos a favor de la gente sin acabar con las instituciones y sin olvidarnos de que en las entidades financieras también está el ahorro de los colombianos. Si se quiebran las entidades financieras, se va la plata de la gente.
V.D.: En materia de pensiones, ¿qué es urgente?
F.G.: No puede seguir ocurriendo que gran parte de los subsidios se vaya a las pensiones más altas y no a las más bajas. Ahí tiene que haber una reforma estructural. Y además se debe garantizar que más colombianos tengan acceso a una pensión digna, hoy solo el 24 por ciento de los colombianos acceden a ella.
V.D.: ¿Se deben acabar los fondos privados de pensión o no?
F.G.: Yo no acabaría con los fondos privados de pensión. Ni plantearía lo que alguno ha planteado de nacionalizarlos.
V.D.: ¿Cómo sería un gobierno de Sergio Fajardo?
F.G.: No lo veo tan claro. Sergio es una persona que yo conocí bien, lo he respetado, cuando fue alcalde de Medellín lo apoyé mucho, yo era concejal, pero no logro ver cómo concreta unas propuestas para entender cuál es ese modelo de país. En el tema de educación que defiende estoy de acuerdo con él.
V.D.: ¿Fajardo sería un buen presidente?
F.G.: Es una buena persona, no tiene una mala esencia y estoy seguro de que no quiere nada malo para el país. Pero hoy no veo hacia dónde llevaría el país y eso es lo que genera muchas dudas no solo en mí, sino en muchas otras personas.
V.D.: Le pregunto por Rodolfo Hernández, porque cada vez que ustedes están cerca se sacan chispas.
F.G.: Es el falso mesías de la lucha contra la corrupción. Anda con un discurso anticorrupción sabiendo que de todos los candidatos es el que tiene el proceso más grave por corrupción en la Fiscalía, por hechos cuando era alcalde de Bucaramanga. Uno tiene que tener autoridad moral para hablar de estos temas.
V.D.: ¿Cree que daría la talla como presidente?
F.G.: No. Lo ha demostrado.
V.D.: Si a la segunda vuelta llegan Rodolfo Hernández y Gustavo Petro, ¿a quién apoyaría?
F.G.: Voy a trabajar muy duro para que no se dé ese escenario.
V.D.: ¿Y si se da?
F.G.: Pues yo he sido claro en que lo que menos le conviene al país sería un gobierno de Gustavo Petro.
V.D.: ¿Eso quiere decir que, de repente, terminaría usted al lado de Rodolfo Hernández?
F.G.: No, eso quiere decir que voy a trabajar muy duro, que voy a ganar la consulta de Equipo por Colombia el 13 de marzo, vamos a pasar a segunda vuelta y a ganar la presidencia.
V.D.: Ya que habla nuevamente de la consulta, ¿no cree que Álex Char es un candidato muy raro?
F.G.: Álex es mi amigo, y me hice amigo de él más allá de si algún día íbamos a estar juntos en una coalición o no. Cuando yo era alcalde de Medellín, él era alcalde de Barranquilla, y así mismo me hice buen amigo de Enrique Peñalosa. Construimos una amistad de confianza. Yo respeto los estilos de cada uno, no voy a entrar a juzgarlos.
V.D.: Pero ¿no le parece que es muy difícil confiar en un candidato que nunca habla ni dice qué está proponiendo?
F.G.: Creo que debe salir más. Es una persona que transformó a Barranquilla, lo he visto. Es mi amigo y confío en él. Ya cada quien verá cómo afronta su campaña.
V.D.: Hay quienes dicen que Álex Char es el verdadero caballo de Troya de Juan Manuel Santos. ¿Usted cree en esa hipótesis?
F.G.: No, yo no creo.
V.D.: ¿Y usted se siente capaz de ganarle a Char?
F.G.: Claro que me siento capaz.
V.D.: ¿Y se siente mejor que Char para ganar la consulta y para ser presidente de Colombia?
F.G.: Yo lucho por lo que creo y no sufro de superioridad moral ni intelectual como otros. Sí me siento capaz de ganar la consulta. Hoy los sondeos muestran que voy adelante. Equipo por Colombia, siendo una coalición relativamente nueva, ya pasó en intención de voto a la coalición de la Centro Esperanza. Nuestra coalición va a ser la más votada y de aquí va a salir la presidenta o el presidente de Colombia. El que gane esta coalición va a ser apoyado por los demás.
V.D.: Juan Manuel Galán promueve la legalización de todas las drogas a través de la regulación. ¿Usted está de acuerdo?
F.G.: No, en lo absoluto. No puedo estar de acuerdo y me sorprende cómo justamente hace esa propuesta el hijo de Luis Carlos Galán, a quien yo tanto admiraba. Juan Manuel propone ese tema por moda, y no es ninguna moda. La droga no trae nada bueno. Yo tengo dos hijos, Emilio, de 13 años, y Pedro, de 11. No me imagino a mis hijos andando en un ámbito en el cual las drogas son legales. ¿Qué se va a legalizar? ¿Van a legalizar la cocaína? ¿Van a legalizar los sintéticos? Como si fuera simplemente una discusión de Colombia. No. Acá hay que analizar que Colombia pone los muertos, es un país productor y además consumidor. Pero sí creo que Estados Unidos y los países europeos tienen una gran responsabilidad en esta ecuación de la droga y muerte, porque son consumidores.
V.D.: ¿Qué les dice a los padres de familia?
F.G.: Que formemos a nuestros hijos en amor y en disciplina, cuidémoslos mucho. Generemos entornos protectores, hablémosles sobre los riesgos de la droga. Entendamos que esto no es un chiste. Vemos todo lo que hace la droga en las calles, la violencia que genera, y yo les diría algo adicional a los papás: la corrupción existe, porque esto es un problema básicamente moral, y como papás tenemos la responsabilidad de formar en valores a nuestros hijos. Hay que volver a la esencia, a la familia, es el núcleo más importante de la sociedad. Yo he dicho que si por mí fuera habría hasta cadena perpetua para los corruptos. Aquí un corrupto no puede salir de la cárcel pa la casa como si nada, no puede seguir eligiéndose en cargos públicos. Esto solo va a cambiar en la medida en que en las familias eduquemos a nuestros hijos. Recuerden papás: hay que educar a nuestros hijos con muchos valores.
V.D.: Cuando se habla de valores, algunos piensan que es un tema pasado de moda.
F.G.: A mí me hablan de valores y me acuerdo de mi papá y de mi mamá. Qué diera yo por tenerlos a mi lado, porque ya no están, se me fueron muy rapidito hace unos añitos, y siempre me enseñaron eso: el respeto por la vida, las personas, la honestidad, la familia, la solidaridad, la empatía, qué es uno en la vida sin valores. Yo no vengo de ninguna familia política, no soy un delfín, yo inicié siendo concejal de Medellín, luego fui alcalde y ahora estoy trabajando para llegar a la Presidencia. Mi mamá siempre me decía: “Fico, duro con los argumentos y suave con las personas, ese es el valor del respeto”.
V.D.: ¿Cómo sería un gobierno de Alejandro Gaviria?
F.G.: Lo conozco hace muchos años. Me parece que él cambió mucho ya como candidato y eso lo ha visto también la gente, me genera dudas. Un día dice una cosa, otro día dice otra. Es una persona inteligente, que tiene mucho conocimiento, pero creo que hay una cosa que uno debe mantener siempre en la vida y es la coherencia.
V.D.: ¿Sería un buen presidente o no?
F.G.: Alejandro dudaría en momentos de crisis, cambiaría de opinión y de posición de acuerdo con las presiones.
V.D.: Justamente, Alejandro Gaviria lo calificó a usted de “facho” por darle tanta importancia al tema de la seguridad. ¿Usted es facho?
F.G.: Preocuparse por la gente jamás será ser facho. Es más, es un término mal utilizado, le falta su rigor académico. Además, lo deja muy mal a él y lo deja también muy mal que no se preocupe por la seguridad de la gente, cuando es uno de los problemas más grandes que tiene el país. En Bogotá, la gente tiene miedo de salir a la calle porque le roban el celular o su bicicleta o, peor aún, la matan. La discusión de seguridad no es un tema ni de izquierda, derecha o centro. Es una discusión sobre el sentido común. La seguridad hay que garantizarla y la gente necesita estar tranquila. Aquí los que tienen que vivir maluco son los criminales, pero aquí el que está viviendo maluco es el ciudadano. Al delincuente lo capturan y lo sueltan. Alejandro se equivocó de cabo a rabo, porque demostró un desprecio absoluto por la seguridad de la gente.
V.D.: ¿Pero al fin usted es facho o no?
F.G.: No, yo soy de extrema, pero de extrema coherencia. Otros son de extrema, pero de extrema incoherencia.
V.D.: En el debate de SEMANA y El Tiempo, Íngrid Betancourt les dijo que el país y todos los demás candidatos estaban secuestrados por la corrupción. ¿Eso es así?
F.G.: Jamás. Yo no me siento incluido en esa afirmación. Allá otros, yo no. Estoy libre y puedo mirar a los ojos a todo el mundo, a mi familia, a mis amigos. Es que ese discurso de uno meter a todo el mundo, como si todo el mundo fuera un corrupto y uno el único bueno, no me gusta. Tampoco lo hago porque puedo tener diferencias ideológicas o sobre algunos temas con muchos candidatos o con personas, pero creo que en todas las orillas ideológicas y todos los partidos hay gente mala y muy buena. Feo eso de andar diciendo que uno es el único bueno, que el resto es malo, no sería capaz de hacer eso.
V.D.: ¿Tiene alguna opinión de lo que pasó en el debate entre Íngrid Betancourt y Alejandro Gaviria?
F.G.: Eso es problema de ellos, no me meto en esa pelea. Ese día hicieron público lo que no han sido capaces de resolver en privado. Ahí no hay equipo y para gobernar es muy importante tener equipo. Que resuelvan ellos sus problemas, me parece que fueron calificativos muy fuertes, se alzaron la voz muy feo, no se dio ejemplo en ese momento y que, en últimas, fue lo que terminó viendo el país. Las imágenes son muy claras.
V.D.: ¿Habla inglés?
F.G.: No. He hecho esfuerzos y, bueno, me ha faltado. Una cosa que me faltó, Vicky, es haber podido tener la oportunidad de haber ido a estudiar al exterior. Nunca lo hice porque siempre estuve aquí, trabajando y estudiando. No hablo inglés, lo necesito y creo que es uno de los temas más importantes, por eso voy a trabajar para que los niños y los jóvenes no tengan esa falencia. Pero también se lo digo: aprenderé buen inglés, a mí nada me queda grande.
V.D.: ¿Por qué no aceptó el Ministerio de Defensa cuando se lo ofreció el presidente Duque?
F.G.: Porque yo había hecho un compromiso con mi familia. Cuando asumo la alcaldía de Medellín, en 2016, iban a ser cuatro años muy intensos. Tenía mis hijos muy pequeñitos y casi no me veían. Siempre llegaba tarde en la noche y me les acostaba al lado, los abrazaba, les daba un beso y me quedaba dormido con ellos y al otro día los levantaba temprano. Pero estaba poco tiempo. Les prometí que una vez terminara la alcaldía nos íbamos a ir un año al exterior. Además, teníamos un problema de seguridad complejo, especialmente por la pelea que di contra las estructuras criminales en Medellín. Y además quería dedicarme a aprender inglés y a otras invitaciones que tenía de algunas universidades.
VD: ¿Y qué pasó?
F.G.: No me fui porque llegó la pandemia. Lo que sí les pude cumplir a mis hijos fue que estuvimos juntos, pero encerrados.
V.D.: Entre los candidatos presidenciales, hay unos que tienen mucho dinero. ¿Cuál es su situación económica?
F.G.: Margarita y yo trabajamos para darles lo mejor a nuestros hijos. Cuando terminé la alcaldía, me volví asesor y consultor en temas de crisis y me dediqué a dictar conferencias durante estos dos años. También hasta hace apenas un mes fui profesor de la Universidad del Rosario, una de las cosas más emocionantes que me han pasado. Ahora, en esta campaña, me ha tocado dejar de lado algunas cosas, pero yo vivo de lo que trabajo.
V.D.: O sea, ¿usted no es rico?
F.G.: No, rico no soy, ni nunca lo he sido. Gracias a Dios, he trabajado, he tenido mis oportunidades en la vida, hemos podido sacar adelante a nuestra familia y tener vivienda. No soy una persona de excesos, vivo tranquilo, agradecido, y no le tengo envidia a un rico. Al contrario, me parece maravilloso que los ricos generen empleo, que les vaya bien y ojalá creen más empresas que es la única forma de superar la pobreza.
V.D.: En últimas, eso quiere decir que usted no es un resentido.
F.G.: Jamás. Es que hay gente que aburre hasta un payaso, hay gente que vive amargada con todo, que vive mirando qué tiene el otro. Yo siempre me alegro por los éxitos de los demás. Y eso es vivir uno tranquilito y livianito, cero envidias.
V.D.: ¿Apoya la revocatoria del alcalde de Medellín?
F.G.: Absolutamente, si hay revocatoria.
V.D.: ¿Por qué cree que Daniel Quintero debe irse de la Alcaldía?
F.G.: Porque lo que hizo fue dividir la ciudad y en mi concepto hay malos manejos, esta no es una discusión política o partidista, es una discusión ética. Hay muchos cuestionamientos a su gestión. Hay que ver el deterioro de la ciudad en dos años y esto no es como lo han querido mostrar, como una discusión entre dos sectores políticos no más. Hay muchos sectores políticos que inclusive hoy somos opuestos y estamos de acuerdo en que Medellín no va bien. Yo he hecho un esfuerzo inmenso durante dos años de gestión de Daniel y ha sido imposible cogerlo en una sola verdad.
V.D.: Hablar de malos manejos es muy delicado. ¿De qué se trata?
F.G.: Ante la Fiscalía hay unas denuncias por corrupción.
V.D.: El alcalde Quintero dice que no las hay, que no las encontró…
F.G.: Allá están, otra mentira más de él.
V.D.: ¿Por qué en las encuestas el alcalde Quintero tiene muy buena aceptación?
F.G.: Un 55 por ciento en las encuestas no es una aceptación alta en la ciudad. Medellín se ha logrado mantener unida luego de haber vivido momentos difíciles por el narcotráfico. Él polarizó a la ciudad y hay mucha gente que se siente no solo excluida, sino atacada. En términos objetivos, la ciudad tiene un deterioro en muchos programas sociales, a mí me da pesar. Hay gente que me recomienda: “Hombre, no se meta en eso porque usted es candidato presidencial y tiene que hablar solo de lo nacional”, y yo les digo: “El día en que yo deje de defender y cuidar a mi ciudad, cómo voy a ser capaz de cuidar al país”. No, nunca dejaré sola a Medellín y me duele lo que está pasando.
V.D.: En una entrevista de Daniel Quintero con SEMANA, quedó en evidencia una pelea muy fuerte entre el alcalde y algunos empresarios de Antioquia. ¿Cómo le parece?
F.G.: Me parece negativa. Si hay algo que le ha funcionado a Medellín durante décadas, después de lo peor que vivimos, fue la alianza sólida entre el sector público, privado, las universidades y la sociedad civil. Y en tan solo meses la destruyó quien hoy dice gobernar a Medellín. Esto no es acabando con el sector privado y productivo. Me parece un discurso peligroso y muestra mucho de su carácter autoritario. Me parece gravísimo el ataque y el populismo contra el sector empresarial.
V.D.: Quintero fue más allá y comparó al GEA con Pablo Escobar. Dijo que era un cartel y que lo que más daño le ha hecho a Medellín es que ellos supuestamente se habrían adueñado del poder y la política.
F.G.: No hay derecho a que haya hecho eso y me parece que los empresarios se han demorado en interponerle una demanda. Aquí no puede haber medias tintas. Los empresarios tienen que defender no solo su honra, sino la ciudad y la sociedad.
V.D.: ¿Usted arreglaría las cosas con Nicolás Maduro si llega a la Presidencia?
F.G.: Es que Maduro no tiene arreglo, es un dictador. Con el daño que le hizo a su propia gente, qué no nos hará a nosotros como colombianos. Allá tiene escondidos al ELN y a las disidencias de las Farc. Desde allá planean atentados como el de Cúcuta o Cali. Lo mejor que le podría pasar a Venezuela, y por supuesto a nosotros, es que se restablezca la democracia y se acabe esta dictadura dedicada al narcotráfico. La relación de Maduro y su dictadura con Colombia es a través de algunos políticos corruptos que seguramente el tiempo me dará la razón. Como Piedad Córdoba y otros.
V.D.: ¿Eso indica que usted no restablecería las relaciones con Maduro?
F.G.: Es que nosotros tenemos relación es con los venezolanos víctimas de Maduro, tenemos el estatuto migratorio. Colombia les ha abierto las puertas a los venezolanos, esto no es contra Venezuela, es contra Maduro. Colombia no ha cerrado la frontera, fue Maduro el que la cerró. Estuve en Arauca hace 15 días, yo mismo llegué hasta la mitad del puente y ahí mismo llegó la Guardia venezolana y le pregunté: “Señor, ¿usted tiene la frontera cerrada?”. Me dijo que sí. Yo le contesté: “Pues nosotros las tenemos abiertas”.
V.D.: ¿O sea que usted con Maduro no se sienta?
F.G.: Ah, no. Es que hay otros que quieren sentarse a tomar tinto con Maduro.
V.D.: ¿Quiénes?
F.G.: Yo en estos días veía a algunos candidatos diciendo eso…
V.D.: ¿Pero quiénes?
F.G.: Creo que Alejandro Gaviria lo dijo. Esto no es ni de tomar tinto ni aguardiente con el otro. Esto es de cómo la democracia y las libertades se tienen que cuidar.
V.D.: Concretamente, ¿usted con Maduro se sienta? ¿Sí o no?
F.G.: No.
V.D.: ¿Qué haría con Cuba si es elegido presidente? Se lo pregunto porque allá está protegida la cúpula del ELN…
F.G.: Dicen ser garantes de paz y esconden a quienes asesinan a los colombianos. Están cuidados como reyes en Cuba y mientras tanto planean atentados contra nuestra gente en Colombia, contra la población civil, contra nuestros policías del Esmad, como el atentado en Cali. Yo respaldo que se exija la solicitud de la captura de los integrantes del comando central del ELN, estén donde estén, y que se active la circular roja por parte de Interpol.
V.D.: ¿Usted negociaría con el ELN?
F.G.: Siempre vamos a seguir buscando la paz. Una vez llegue el 7 de agosto a la Presidencia, hay solo una posibilidad de sentarse a hablar con el ELN. Pero sí y solo sí paran las masacres y cualquier asesinato de manera inmediata. Si paran el negocio del narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión y toda actividad delincuencial a la que se dedican. Bajo ninguna circunstancia sería una negociación parecida a la de las Farc. Ahora, el Estado no puede renunciar a su capacidad y obligación de defender a sus ciudadanos y ese es el mensaje claro. El ELN no tiene voluntad de paz y lo ha demostrado con sus acciones. Entonces, nos masacran y secuestran para después negociar y obtener curules o reconocimiento político.
VD: ¿Y qué haría con el acuerdo de La Habana?
F.G.: No estoy pensando en dar una discusión para ir seis años atrás. Vamos a dar cumplimiento al acuerdo, pero también les vamos a decir a las Farc que cumplan. Las Farc no han cumplido, no entregaron todas las armas, solo el 50 por ciento, no han reparado, se burlan de la justicia, de las víctimas. Esto tiene que ser de doble vía. Tiene que haber justicia sobre ellos y aquí voy a estar siempre del lado de las víctimas. Y que quede claro: para mí son igual de despreciables los paramilitares, los guerrilleros, otras organizaciones criminales y cualquier aliado político o empresarial que hayan podido llegar a tener.
V.D.: Con las disidencias de las Farc: ¿fuerza o negociación?
F.G.: ¡En absoluto! Hay que combatirlas. Se burlaron del país y yo recuerdo cosas que no podemos perder de vista. ¿Se nos olvidó quiénes eran los que defendían a Santrich y a Márquez? ¿Se nos olvidó quiénes hoy quieren ser presidentes, como Petro, y que su relación directa es con ellos y no con la institucionalidad? No. Yo siempre cuestioné la parapolítica y también a quienes les han ayudado al ELN, a las Farc y a las disidencias.
V.D.: Algunos de sus contrincantes lo señalan de ser el candidato de Iván Duque. ¿Es así?
F.G.: No, soy el candidato de la gente, del pueblo y yo al presidente Duque lo único que le deseo es que le vaya muy bien para que le vaya bien a Colombia. Le quedan pocos meses de gobierno y lo digo de una vez: no voy a estar mirando con retrovisor. Todo lo bueno que se haya hecho no solo va a continuar, sino que va a mejorar, y todo lo que tengamos que cambiar lo vamos a cambiar. Voy es para adelante, este es un proyecto independiente, cívico, ciudadano.
V.D.: También dicen que usted es el candidato de Uribe…
F.G.: Es que eso se lo tiene que preguntar a él. Su partido tiene un candidato que se llama Óscar Iván Zuluaga. Vuelvo y digo: yo a Uribe lo respeto, no hago parte del Centro Democrático, no están en la coalición nuestra. Si tomaron la decisión de no entrar a la consulta, respeto eso. Pero sí les digo a todas estas bases que necesito que me apoyen y me acompañen en la consulta del 13 de marzo para ganarla y seguir uniendo. Pero, además, el llamado es para todos. Si hay gente que valora el trabajo que hizo Uribe por el país y se siente identificado con algunas propuestas mías, apóyenme. Si hay gente del partido Verde, apóyenme. Hay mucha gente de diferentes estructuras ideológicas que les gusta lo que estamos proponiendo. No soy excluyente y no pongo vetos.
V.D.: Permanentemente usted habla del peligro de que pudiese llegar un gobierno expropiador.
F.G.: A mí me preocupa mucho. Es gravísimo. Petro lo ha dicho, que expropiaría inmediatamente zonas del Valle y del Cauca, todo lo que tiene que ver con tierras del sector dedicado a la caña. Eso ya lo dijo y públicamente. Pero después sale a decir que no, y yo le decía en estos días: yo jamás tendría que explicar que no voy a expropiar, pero él anda muy desesperado explicando. ¿Por qué? Porque la gente no le cree, porque ya ha dicho que sí va a expropiar. Y eso mismo pasó en Venezuela y ha pasado en otros países. No quiero que esa misma historia se repita, no quiero que se pierda Colombia. Tampoco me considero un mesías o un mártir, porque una sola persona no transforma al país. Tengo la capacidad de liderarlo, pero al lado mío voy a necesitar a las mejores mujeres y los mejores hombres para trabajar por Colombia y que lo sigamos sacando adelante.
V.D.: Varios candidatos tienen o han tenido problemas con la justicia o los organismos de control. Rodolfo Hernández dice que es inocente, pero está llamado a juicio por un caso de corrupción. ¿Qué opinión le merece?
F.G.: Que la justicia tiene que actuar y que las denuncias son muy graves.
V.D.: En el caso de Fajardo, la Contraloría lo condenó como responsable en el escándalo de Hidroituango…
F.G.: Soy muy respetuoso de todos los entes de control. Hay que darle un reconocimiento grande al Gobierno del presidente Duque y a lo que hizo también el contralor Carlos Felipe Córdoba para acelerar el proceso con el fin de que la aseguradora terminara de desembolsar recursos superiores a los 4 billones de pesos. Era lo que estábamos esperando. A mí me correspondió liderar la crisis y siempre estuve ahí, poniéndole la cara al país. La gente me vio diciendo la verdad y siempre pensando en cómo íbamos a superarlo y lo logramos.
V.D.: Yo le pregunté por Fajardo…
F.G.: Siempre he sido respetuoso de los entes de control. Cuando me preguntan si hubo corrupción durante ese proceso que involucre a Fajardo, digo no. Para mí, Fajardo no es ningún corrupto. Puedo tener diferencias con él en unos temas, pero tengo la certeza de que es una persona honesta y transparente.
V.D.: Pero la Contraloría lo señaló como responsable…
F.G.: Sí, pero esas responsabilidades fiscales se caen con el pago. El hecho de que yo no haya estado involucrado en dicho informe, no me alegra que existan otras personas involucradas a las cuales les tengo toda la consideración.
V.D.: Usted siempre le saca en cara a Gustavo Petro el episodio de la bolsa con los fajos de billetes. Él dice que eran solo 20 millones de pesos y que se trataba de un préstamo.
F.G.: Eso no es cierto. Es un caso de corrupción y quien está implicado era funcionario de su alcaldía y hoy está buscado con circular roja por la Interpol. Es un delito y la justicia colombiana tiene que actuar y es uno de los grandes temas porque aquí tiene que haber justicia. Aquí no puede seguir existiendo impunidad. La justicia tiene que recuperar la credibilidad y la confianza, es una de las bases de la democracia, de la sociedad.
V.D.: ¿Prefiere que le digan Fico o Federico?
F.G.: Me encanta que me digan Fico, porque así es como me han dicho toda la vida, mis amigos y la gente. Así voy a aparecer en el tarjetón.
V.D.: ¿Por qué los tres candidatos paisas son de pelito largo?
F.G.: No sé. ¿Qué será? La verdad no sé (risas).
V.D.: ¿Nunca ha llevado el corte de pelo bajito?
F.G.: La verdad, Vicky, antes era más peludo, cuando era más joven. Después le mando unas fotos para que se ría.
V.D.: ¿Hasta dónde tenía el pelo? ¿Muy largo o qué?
F.G.: Sí, tuve el pelo como a la mitad de la espalda. Salí egresado del Gimnasio Los Alcázares, un colegio que quiero mucho, y eso lo mantenían a uno, pues, que si usted llegaba con el blue jean desteñido en diciembre lo devolvían para la casa. Si medio le salía a uno una colita en el pelo, lo devolvían. Entonces, cuando salimos del colegio, todos los compañeros teníamos un pelero… Ya le dije que después le mando fotos.
V.D.: Ah, no, mándeme, por favor, las fotos para esta revista.
F.G.: Pa qué. ¿Pa que me hagan bullying? (Risas)
V.D.: Jajaja.
F.G.: (Risas) En estos días las publico, además tengo que aprovechar antes de que se me caiga todo el pelo.
V.D.: Un recuerdo que tenga de su papá…
F.G.: ¡Ave María! A mí me hablan de mi papá, Hernán Gutiérrez Isaza, y para mí es amor, compresión, disciplina y ternura. Pero hay una cosa que a mí me formó mucho el talante. Mi papá tenía una empresa de estudios de suelos. Mi papá era ingeniero, muy querido, lo adoraban, era profesor. Cuando yo estudiaba Ingeniería Civil, quería hacer un viaje con los amigos a la costa e iba le decía: “Bueno, papi, me voy de vacaciones”, y él me respondía: “Sí, para dónde vas”, y yo le decía: “Pues para Cartagena con los amigos”. Me decía: “Bueno, Fico, claro, trabaja, si quieres te doy trabajo”.
Entonces, me iba a trabajar todas las vacaciones y solo lograba sacar una semanita para irme a esas vacaciones y pagármelas. Me iba a trabajar en zonas rurales alejadas de Antioquia, en proyectos viales donde mi papá trabajaba. Allá me levantaba a las cuatro de la mañana a trabajar y me acostaba a las siete de la noche, viviendo en una casa campesina. Y eso me ayudó también a formar mi carácter. Es que las cosas de la vida no son regaladas. Hay que trabajarlas.
Por eso yo digo: que los papás nos pueden dar esos valores, a través del ejemplo. Y claro que él después me ayudaba, pero me exigía también. Era un papá amoroso, increíble, buen papá, buen esposo, mejor dicho, me da de todo hablando de mi papá. Fui ingeniero civil y seguí ese legado también.
V.D.: ¿Qué le estaría diciendo hoy su mamá si estuviera aquí viéndolo querer ser presidente de Colombia?
F.G.: Mi mamá, Amparo Zuluaga, la cosa más divina del mundo, eso se mantenía como un postrecito, tenía un sentido del humor impresionante, una bacana y yo la adoraba también.
Mi mamá, siempre, cual fuera el escenario, me decía: “Fico, no se te olvide lo que te enseñamos en la casa, los valores, respeta a los otros, defiende tus ideas, pero respeta siempre a los demás”. Eso me estaría diciendo.
Pero, además, me estaría diciendo: “Peinate”. Ella sufría por eso. A mí se me murió mi mamá cuando estaba empezando la candidatura a la alcaldía en 2015. Le dio un cáncer y se la llevó rapidito. Fue un golpe duro y mi papá se me murió cuando estaba terminando la alcaldía, también de cáncer.
Yo les voy a decir una cosa: si tiene a su papá al lado o a su mamá, quiéranlos mucho. No dejen de decirles nunca que los aman, así como a cualquier ser querido o a un amigo. La vida es así. Cuando uno menos piensa, ya no están. Se me fueron muy jóvenes, pero me dejaron todo. Los tengo en mi corazón y en mi pensamiento, todos los días. Fueron papás amorosos. Nos criaron con disciplina, solidaridad, valores, y, bueno, tuvimos una familia bonita, esa es la mejor herencia. Y mis dos hermanas, Cata y Juli. Somos muy unidos.
V.D.: ¿Hasta dónde cree que va a tener cuerda para ser presidente de Colombia?
F.G.: Hasta que Dios quiera y hasta que la gente nos apoye. Solo un mensaje quiero dejar.
V.D.: Cuénteme…
F.G.: Unámonos a partir de la diferencia, quiero llegar a unir, no a dividir, voy a mirar el paisaje hacia adelante, que nos vaya bien a todos y que entendamos que tenemos todo realmente para seguir siendo un país maravilloso. Chao, violentos, chao, corruptos, están notificados y esos son mis únicos enemigos, de resto voy a trabajar con todo el pueblo colombiano.
V.D.: ¿Cree en Dios?
F.G.: Mucho. Creo en Dios, así me formaron. Le pido mucho a Dios todos los días. Que me dé sabiduría y fortaleza. Le pido por mi familia, por mis amigos y por mi país.