Tras aceptar el delito de cohecho, Hilda Niño será sentenciada por la corte. Recibirá inmunidad por cuatro cargos. | Foto: Foto: LeÓN DARÍO pelÁez - semana

JUSTICIA

El ventilador de la fiscal Hilda Niño

La exfiscal Hilda Niño acaba de sellar una negociación con la justicia en la que acepta que trabajó para el Mellizo y otros poderosos narcos en la mira de Estados Unidos. Destapará una olla podrida en la Unidad de Extinción de Dominio. Estos son los nombres de los señalados.

7 de julio de 2019

La ficha más alta que han tenido los narcos y los paramilitares dentro de la Fiscalía acaba de derrumbarse. Hilda Jeannette Niño Farfán fue capturada en un penoso operativo por ser una colaboradora del Mellizo y de su grupo paramilitar Vencedores de Arauca. Cayó después de 12 años de carrera en la Fiscalía, cuando había conseguido escalar hasta la segunda línea en el grupo de fiscales creado para investigar cómo fue el baño de sangre de las autodefensas en el país.

En las audiencias, Niño Farfán lloraba y denunciaba un montaje criminal en su contra, pero lo cierto es que con cada pesquisa la exfiscal se hundía más. Dos años de cárcel bastaron para que el teatro de Niño terminara y no tuviera más opción que cerrar una negociación con la justicia. Ese acuerdo tiene temblando a una decena de funcionarios de la rama judicial.

La exfiscal destapará un hueco negro en la unidad de extinción de dominio de la Fiscalía. Salpicará a algunos funcionarios y exfuncionarios.

El próximo 13 de agosto, la sala de primera instancia de la Corte Suprema dará a conocer la pena final que Niño recibirá por el delito de cohecho, cargo que aceptó y por el que accedió al pago de 250 millones de pesos de reintegro al Estado. Según la Fiscalía, este sería el monto aproximado que recibió la exfuncionaria de parte de Orlando Villa Zapata –el segundo comandante de alias el Mellizo– a cambio de que ella frenara su expulsión de los beneficios de la Ley de Justicia y Paz. Se prevé que con una pena no mayor a los seis años logre resolver ese que es el menor de sus problemas. Estos dineros eran las “chichiguas” de las que ella tanto se quejaba en las conversaciones telefónicas con sus clientes narcos y que ahora saldará con el efectivo que le fue incautado en su apartamento y con varios pagarés.

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El verdadero lío está en que su deuda con la justicia es larga. Fue llevada a juicio por otros cuatro delitos: dos cargos de peculado, fraude procesal y tráfico de influencias. Junto a su esposo Gustavo Calero –capturado con ella– creó una red de asesores de narcos que extendió sus tentáculos en las cárceles, la Fiscalía y los tribunales. Por estos hechos, Jaime Camacho, como fiscal general encargado, le firmó un principio de oportunidad en donde se compromete a darle inmunidad parcial a cambio de que prenda el ventilador y declare contra una decena de personas. El pasado 28 de junio, el Tribunal Superior de Bogotá bendijo el acuerdo y le dio cuatro meses a Niño Farfán para que demuestre su compromiso.

Comenzará con los nombres de otros tres funcionarios que desde el interior del búnker le ayudaron a un empresario paisa al que Hilda Niño le entregó toda su fe. Juan José Marín es un millonario lechero de Antioquia, que tenía un grupo de oración al que ella asistía sagradamente. Los negocios de ganadería de Marín se vinieron a pique por señalamientos en su contra como el heredero de la estructura mafiosa de Marco Antonio Gil, alias el Papero. Como consecuencia de ello, 15 de sus propiedades fueron incautadas por la Fiscalía de extinción de dominio bajo sospecha de encubrir operaciones de lavado y narcotráfico.

Miguel A. Mejía, alias el Mellizo, fue extraditado y sentenciado a 14 años en Estados Unidos. Le faltan tres años para regresar al país.

Antes de que Hilda Niño fuera capturada, el lechero hizo un desembolso que encendió las alertas de las autoridades. Pagó la deuda que la entonces fiscal tenía por la compra de su apartamento en Bogotá ante Juriscoop, una entidad financiera al servicio de integrantes de la rama judicial. El monto superó los 300 millones de pesos. En su momento, ella dijo que así se saldó la deuda por honorarios a su esposo Gustavo Calero, defensor de Marín.

Ahora, Niño Farfán se comprometió a destapar un hueco negro en la Unidad de Extinción de Dominio relacionado con este caso y que compromete la actuación de varios funcionarios durante la época en que Andrea Malagón estuvo en la dirección. A mediados del año pasado, Malagón renunció a sus 13 años de carrera como investigadora en la Fiscalía. La decisión fue sorpresiva y estuvo rodeada de cuestionamientos que no han sido confirmados.

En los próximos cuatro meses Niño también entregará los detalles de cómo se omitió desde la Fiscalía investigar a cabalidad uno de los bloques de autodefensa más poderosos del país. Allí salpicará a importantes funcionarios que ya dejaron la Fiscalía, y a otros que aparecen reencauchados en la Unidad de Investigaciones de la JEP. Dará a conocer los nombres de los protagonistas en manejos irregulares frente a las investigaciones contra el temido Bloque Central Bolívar, y dos miembros de la magistratura de Justicia y Paz que asesoraron a su principal cliente: el Mellizo.

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Miguel Ángel Mejía Múnera, más conocido como el Mellizo, fue extraditado a Estados Unidos y expulsado de Justicia y Paz por ser un narco puro que se coló en ese proceso de justicia transicional comprando una franquicia a los paramilitares, el Bloque Vencedores de Arauca. Niño Farfán fue la encargada de llevar a juzgamiento a todos los hombres del Mellizo y de cuidarle la espalda al capo frente al riesgo de perder los beneficios judiciales.

La ley concedió beneficios de máximo ocho años de cárcel a desmovilizados que colaboraran con verdad, justicia y reparación. No obstante, el Mellizo fue capturado por el envío de toneladas de cocaína al exterior y como el protagonista de una de las mayores incautaciones de plata enterrada en Colombia: 35 millones de dólares en un apartamento de Bogotá. Aun así, logró pasar como comandante paramilitar. Para mantenerse allí, corrompió desde una cárcel en Estados Unidos a la justicia colombiana. La entonces fiscal Niño hizo parte de esa operación.

Una primera muestra del alcance criminal del Mellizo fue la captura de Jairo Yiovanni Caicedo Rojas, un funcionario encargado del reparto de expedientes en la Secretaría General de la Corte Constitucional. A través de él, el Mellizo intentó garantizar la selección de una tutela que lo devolviera a la Ley de Justicia y Paz.

Jaime Camacho, como fiscal general (e), avaló la colaboración de Hilda Niño con la justicia.

De otra parte, también está llamado a juicio el magistrado de Justicia y Paz Eduardo Castellanos, mejor conocido como Batman en el mundo del hampa. A él se le señala de presuntamente recibir 50.000 dólares a cambio de dilatar la exclusión del Mellizo como narco colado.

Este exmagistrado acaba de quedarse sin una de sus principales coartadas de defensa ante la Corte Suprema. Citó a Niño Farfán para que declarara en su favor, pero esta posibilidad se quedó sin piso tras la negociación con la justicia. La matriz de colaboración de la exfiscal también incluye a un poderoso capo del interés de Estados Unidos.

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Hilda Niño comenzó su negociación ofreciendo información sobre una supuesta conspiración que se fraguó desde la Fiscalía de Eduardo Montealegre contra Álvaro Uribe y su hermano Santiago Uribe. Según ella, se ejecutó un plan con ayuda del exvicefiscal Jorge Perdomo, el exmagistrado Leonidas Bustos y el entonces director de Justicia Transicional del búnker Carlos Fidel Villamil para manipular el proceso de los 12 Apóstoles.

Así también quedó registrado en conversaciones telefónicas que ella sostuvo con Diego Cadena, el abogado del expresidente, en donde demanda su ayuda para el cambio de centro de reclusión. Las llamadas fueron escuchadas por la Corte Suprema en el marco de otra investigación pero levantaron sospechas, por lo que los magistrados compulsaron copias para investigar. Hasta ahora, la exfiscal no ha conseguido entregar información incriminatoria contra los altos funcionarios de la Fiscalía por lo que este tema, por lo pronto, quedó excluido de la colaboración.

El caso de la exfiscal es un golpe a la confianza en el proceso de paz que se adelantó entre el Estado y los paramilitares y en el cual aterrizaron los narcos. Niño Farfán es la cara del poder corruptor que alcanzaron en la justicia.

De acuerdo a la matriz de colaboración pactada entre la Fiscalía y la procesada Niño Farfán estas son las personas sobre las que aportará información sensible. No significa por sí solo que los nombres señalados estén incursos en delitos, esa será la misión de los investigadores: determinar si las afirmaciones que haga sobre cada persona la capturada exfiscal tienen asidero o si solo está tratando de enlodar nombres a fin de obtener beneficios judiciales.

1. Jairo Alonso Mesa, exsuperintendente de Notariado y Registro encargado. La exfiscal lo señala como una especie de intermediario en negocios irregulares que se realizaron en la Unidad de Extinción de Dominio. 

2. Andrea Malagón, exdirectora de la Unidad de Extinción de Dominio de la Fiscalía. En el pasado salió a flote por las declaraciones de Otto Bula, quien dijo que los hermanos Alfredo y Carlos Mendoza Fortich le pidieron altas sumas de dinero a cambio de ayudarle en la devolución de bienes incautados. En esas gestiones, dice la denuncia, participaban Malagón, el exvicefiscal Jorge Perdomo y Julián Quintana, exdirector del CTI.

3. Carlos Fidel Villamil, exdirector nacional especializado de justicia transicional de la Fiscalía. Lo involucra en supuestas prácticas ilegales en el manejo de bienes de la entidad. 

4. José Axel de la Pava, magistrado de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla. Es señalado por la exfiscal por la supuesta proyección de una tutela que beneficiaba al Mellizo.

5. Lester María González, exmagistrada de la sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá. Como magistrada fue ponente del caso del Mellizo antes de salir del tribunal.

6. Luz Helena Morales Garay, exfiscal de Justicia y Paz a cargo de investigar el Bloque Central Bolívar de las Auc. La Fiscalía de Néstor Humberto Martínez le pidió la renuncia y ahora está en la Unidad de Investigaciones de la JEP. 

7. José Gilberto Martínez, fiscal 6 y 13 de la Unidad de Justicia y Paz a cargo de las investigaciones del bloque Capital y del ERP en la Costa.

8. Eduardo Castellanos Roso, exmagistrado de Justicia y Paz, en juicio por recibir supuestas millonarias sumas de alias El Mellizo y su grupo paramilitar.

9. José Obdulio Ortega, fiscal segundo de la Unidad de Lavado de Activos delegado ante tribunal.

10. Libardo Mora, exfiscal de la Unidad de Extinción de Dominio. 

Adicional a estos nombres, la exfiscal Niño entregó detalles de la negociación que ella y su esposo hicieron con un importante capo que estaba bajo la lupa del gobierno de Estados Unidos. Antes de que este último viajara para arreglar su situación jurídica consiguió hacer una operación de "liposucción" con sus bienes en Colombia, bajo la asesoría de la exfiscal.