Funcionarios del Inpec advierten que van 37 guardianes asesinados durante el Gobierno del presidente Gustavo Petro

Cuando SEMANA reveló que un grupo de criminales autodenominado como el Mago - Muerte a Guardianes Opresores, sentenció de muerte a los funcionarios del Inpec, no hubo pronunciamiento del Gobierno Nacional, los guardianes amenazados por hacer su trabajo quedaron desamparados y la amenaza se cumplió. La masacre comenzó y los funcionarios fueron asesinados.

El triste balance de guardianes del Inpec, según los mismos funcionarios, en dos años del Gobierno del presidente Gustavo Petro, deja 37 funcionarios asesinados, solo “por hacer su trabajo”. La vergonzosa cifra de guardianes asesinados en un momento donde se supone los grupos criminales están sentados en mesas de negociaciones promoviendo un proceso de paz urbana.

“Lamentamos el cruel asesinato de nuestro compañero Richard Hernández en la ciudad de Montería, nuevamente las balas criminales silencian un guardián de INPEC. Van 37 en el gobierno del presidente Gustavo Petro, por realizar bien nuestro trabajo”, dijo Oscar Robayo, líder sindical del Inpec.

La asonada criminal contra los guardianes estaba cantada. SEMANA reveló detalles de ese plan asesino al mando de un conocido delincuente al servicio de grupos de narcotraficantes y bandas criminales. Se trata de alias Pipe Tuluá, que curiosamente se convirtió en el vocero de los delincuentes en el proceso de paz urbana promovido por el Gobierno Nacional.

“A sus amigos delatores les he sostenido este calificativo. De todas formas hágale, que nosotros sabemos que usted tiene milicia, nosotros tenemos malicia, y nos enfocaremos en objetivos de alto valor, ya que eso es lo que sabemos hacer, somos cazadores y donde menos esperen actuaremos”, señala un comunicado que descaradamente firmó alias Pipe Tuluá.

Este delincuente se lanzó, con nombre propio, contra los funcionarios del Inpec. Los amenazó y se adjudicó los asesinatos, pero en lugar de judicializarlo, le ofrecieron una celda más cómoda y una digna posición en la mesa de diálogo o de acercamientos con el Gobierno Nacional. Mientras advierte, bajo amenaza, que todo debe salir como él mismo lo ordena.

“No lograrán nada enlodando mi nombre, llevo más de 18 años en las cárceles y la población carcelaria me conoce bien, nunca he denunciado a nadie y nadie tiene que decir nada de mí, siempre actuando con los códigos del bandidaje, solo con la excepción del hurto realizado por los que dicen ser la autoridad y ejemplo social”, señala un comunicado que descaradamente firmó alias Pipe Tuluá.

Mientras la Fiscalía avanza con las investigaciones y la Unidad Nacional de Protección, hace eternos estudios de seguridad, que apenas dejan pito y números de emergencia, como única forma de garantizar la vida de los amenazados, los funcionarios asesinados se siguen sumando en una perturbadora lista de víctimas.