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Aquí está el gabinete del presidente Gustavo Petro: petristas “pura sangre” y cancheros santistas y samperistas
El nuevo jefe de Estado tendrá en su anillo presidencial a fichas del santismo y del samperismo, pero entregó el manejo de la línea social y ambiental a soldados de su causa. Les concedió poca representación a los partidos.
El presidente Gustavo Petro se la jugó, para el arranque de su gobierno, por un gabinete de contrastes. Por un lado, estarán los soldados de su causa: el ‘petrismo pura sangre’, conformado por ministros provenientes de la izquierda, los sindicatos y los sectores sociales; pero del otro lado, en su anillo cercano, los que le hablarán al oído, estarán funcionarios ‘cancheros’ que saben lo que es estar en el ejecutivo, provenientes del santismo y del samperismo.
En el anillo presidencial, aquellos funcionarios a los que el primer mandatario debe acudir en tiempos de crisis, Petro se la jugó por el pragmatismo, por ministros alejados de la izquierda pero con pergaminos para controvertirlo o aterrizarlo, personas que ya saben lo que es gobernar y que no llegaron para aplaudirlo.
Uno de los ‘generales’ de este círculo cercano será el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien ocupó este mismo cargo durante el gobierno de Ernesto Samper y tiene en sus hombros uno de los mayores retos de la nueva administración: sacar adelante la reforma tributaria, que es la que ayudará a financiar el ambicioso paquete social con el que llega Petro.
Desde el mismo momento de su designación, Ocampo mostró su talante y se distanció de Petro en uno de los temas centrales de su campaña: la suspensión de la exploración petrolera.
“Hay una necesidad de encontrar más gas; Colombia es muy deficitario en gas y sus reservas alcanzan para muy pocos años. Pero en el caso del petróleo necesitamos seguir siendo exportadores por un tiempo, mientras diversificamos la estructura exportadora, que es un objetivo básico del próximo gobierno. Diversificar el 40 % de las exportaciones colombianas no es un tema de corto plazo”, señaló el ministro en una entrevista en SEMANA.
En este cerrado círculo también estará el ministro del Interior, Alfonso Prada, uno de los alfiles más importantes del expresidente Juan Manuel Santos.
Con la designación de Prada, Petro dejó a cargo del manejo del Congreso a un hombre curtido en asuntos políticos, con la capacidad de generar consensos, pero también con la templanza de saber manejar a los parlamentarios, quienes muchas veces se mueven más por cuotas burocráticas en el gabinete y las entidades del Estado que por afinidad con el programa del gobierno de turno.
Los partidos ya empezaron a mostrar los dientes por las ‘pocas atenciones’ que ha tenido del nuevo jefe de Estado. Prada tendrá que llegar a apagar el incendio.
Con la elección de Álvaro Leyva, exconstituyente y ministro durante el gobierno de Belisario Betancur, como canciller, Petro pone la búsqueda de la paz en el centro de su mandato.
Conservador, negociador en diferentes procesos de paz, Leyva ha sido claro en que su prioridad será la “paz total” y se ha reunido con la Iglesia católica para avanzar en posibles acercamientos con el ELN, la última guerrilla activa en Colombia. Sin haberse posesionado, ya ha salido a buscar apoyo internacional, en medio de una clara estrategia de diplomacia de paz.
El ministro de Defensa, prácticamente la primera persona con la que todo presidente habla apenas se levanta, será el exmagistrado Iván Velásquez, considerado implacable en materia de lucha contra la corrupción.
Durante su paso por la Corte Suprema de Justicia como magistrado auxiliar, fue investigador de la llamada parapolítica. Este es un nombramiento que representa más a Petro que al petrismo.
En este círculo de no petristas en el Gobierno está también Cecilia López, ministra durante el gobierno de Ernesto Samper, quien se considera liberal ―aunque no pertenece al Partido Liberal― y llega al Ministerio de Agricultura para sacar adelante la reforma rural integral.
Otro de línea liberal del nuevo gabinete es el exrector de la Universidad de los Andes y exministro del gobierno Santos, Alejandro Gaviria, quien participó en la contienda presidencial como precandidato de la Coalición Centro Esperanza, pero para la segunda vuelta aterrizó en la campaña de Petro y fue recompensado con el Ministerio de Educación.
La cuota de representación de las fuerzas políticas tradicionales está a cargo de Guillermo Reyes, quien dirigirá la cartera de Transporte. Reyes fue magistrado del Consejo Nacional Electoral a nombre del Partido Conservador y es cercano al presidente de esta colectividad, el senador Carlos Andrés Trujillo.
Igualmente, se dice que Mery Gutiérrez, especialista en nuevas tecnologías de la información, quien será la cabeza del Ministerio de las TIC, fue acercada al nuevo gobierno por sectores del Partido de la U.
Académicos
En su equipo ministerial, Petro también se rodeó de académicos. Uno de ellos es el ministro de Justicia, Néstor Osuna, exmagistrado de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura y exconjuez de la Corte Constitucional, un hombre proveniente de la academia, que más que a un partido representa a Petro.
Lo mismo ocurre con Irene Vélez, que llegará al Ministerio de Minas y Energía y deberá liderar uno de los asuntos cruciales: la transición energética. Con su nombramiento, Petro deja claro que esta será una de sus prioridades.
Un perfil similar es el de Germán Umaña Mendoza, economista de la Universidad Nacional y especialista en planificación e industria, quien será el Ministro de Comercio e Industria. Además fue dirigió la Cámara de Comercio colombo-venezolana, conocimiento clave con la reactivación de las relaciones entre ambos países.
Los de la izquierda
En manos de la izquierda dura, el nuevo jefe de Estado dejó la línea social y ambiental de su gobierno, que serán, seguramente, los temas de mostrar de su administración en estos cuatro años.
Una de las que tendrá los ‘chicharrones’ más duros será la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, representante de la izquierda radical, miembro del Partido Comunista y exsenadora del Polo.
Ramírez no solo tendrá que concretar las reformas laboral y pensional, sino que desde el minuto uno del gobierno deberá empezar a concertar el aumento del salario mínimo para el próximo año.
Expertos coinciden en que un aumento desmedido del mínimo tendrá un impacto directo en la ya de por sí galopante inflación, lo que a la larga terminará afectando a todos los trabajadores por el aumento de precios.
Otra de las figuras del petrismo en el gabinete es la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, exconcejal y secretaria de Ambiente de la Alcaldía de Bogotá en la administración de Petro.
Ella ha sido enfática en que se debe poner freno al fracking, un tema central para la izquierda, pero que choca con la posición de algunos de sus colegas de gabinete.
Al Ministerio de Vivienda llega Catalina Velasco Campuzano, quien fue secretaria de Hábitat de la Alcaldía de Bogotá entre 2008 y 2009 y es especialista en derecho urbanístico. Es, además, la esposa de Eduardo Noriega, quien fue secretario general durante la alcaldía de Petro, entre 2012 y 2015, y es parte del reducido círculo que le habla al oído al jefe de Estado.
En el Ministerio de Salud, Petro escogió a la psiquiatra Carolina Corcho, una de las mayores críticas de las EPS. Fue vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana, uno de los sindicatos que denunció las malas condiciones de muchos trabajadores de la salud antes y durante la pandemia. Ahora deberá tomar medidas ante las quejas de los ciudadanos por los incumplimientos en materia de salud.
Junto a ella estará desde el Ministerio del Deporte la medallista olímpica María Isabel Urrutia quien, tras poner fin a su carrera atlética, ingresó a la política, primero como representante a la Cámara por las comunidades afro y luego como candidata a la Alcaldía de Cali por el Polo Democrático.
Cerrando el grupo de la izquierda dura, estará en Cultura la artista Patricia Ariza, sobreviviente del genocidio de la Unión Patriótica y quien salió a las calles durante el paro nacional.
En un hecho inédito, tras la posesión del presidente y al cierre de esta edición, no se conocía quién liderará el Ministerio de Ciencias ni el Departamento Nacional de Planeación. Por ahora, el equipo está conformado por nueve mujeres y ocho hombres.
Más allá de los simbolismos, este nuevo gabinete tendrá la responsabilidad de responder a un país que votó por el cambio. Sin importar su origen o color político, los colombianos esperan resultados.