contraloría
Ganó Petro: esta es la película completa sobre cómo fue elegido Carlos Hernán Rodríguez como nuevo contralor
El Gobierno de Gustavo Petro logró imponer como contralor a un candidato que no estaba en las cuentas de nadie. Estos son los detalles de cómo se cocinó esta elección.
Con la elección de contralor, Gustavo Petro dio un golpe de autoridad. En apenas 15 días, impuso un candidato por el que nadie apostaba y demostró que tiene a su coalición marchando.
Esta elección pasó, en menos de una semana, de un reñido pulso entre María Fernanda Rangel y Carlos Hernán Rodríguez a una proclamación por abrumadora mayoría de este último candidato. Rangel, el día de la elección, declinó su aspiración.
Inicialmente, Rodríguez no estaba en las cuentas de nadie, pero su candidatura creció como espuma tras recibir la bendición del Gobierno y el apoyo del Pacto Histórico. Logró sumar el respaldo del Partido Liberal, el Partido Conservador, La U y Cambio Radical, colectividades que inicialmente le habían mostrado los dientes al presidente Petro al firmar un documento de apoyo a la candidata Rangel –quien nunca cayó bien en la Casa de Nariño–. Pero al final se echaron para atrás y terminaron cediendo ante un Gobierno que supo endulzarles el oído.
El nuevo contralor no solo volteó una elección que tenía embolatada, sino que alcanzó una hazaña: unir alrededor de su candidatura al Pacto Histórico y al Centro Democrático, es decir, al Gobierno y a la oposición.
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Este giro en la elección no resulta para nada sorpresivo, pues, generalmente, las bancadas buscan siempre estar con el caballo ganador.
Hace cuatro años, 24 horas antes de la elección de contralor, el ganador era el hoy presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie. Sin embargo, luego de un encuentro entre los expresidentes Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y César Gaviria en el Hotel de la Ópera, el Centro Democrático, los conservadores y los liberales se fueron con Carlos Felipe Córdoba. Ante su inminente victoria, los demás partidos, a excepción de la oposición, también se alinearon con él y terminó ganando con 203 votos de 270 posibles.
La operación Rodríguez
La victoria de Rodríguez fue producto de una milimétrica operación en la que confluyeron los astros, en medio del proceso en el que hubo que construir tres veces la lista, el miedo de los partidos a no estar con el ganador y la habilidad política del nuevo Gobierno.
El primer elemento que contribuyó a la victoria de Rodríguez fue una carambola. Los presidentes del Senado, Roy Barreras, y de la Cámara, David Racero, decidieron revocar la lista de diez candidatos elegibles, que ya había dejado conformada el anterior Congreso, para armar un nuevo listado.
Esta decisión, al parecer pedida directamente desde la Casa de Nariño, fue vista como un nuevo intento por meter al exvicecontralor Julio César Cárdenas, un hombre cercano al presidente Petro. Sin embargo, ante la resistencia que generaba este nombre y el bajo puntaje que había obtenido en las pruebas de conocimiento, los sectores del Gobierno le dieron la bendición a Rodríguez.
Aprovechando la coyuntura de la recomposición de la lista, el petrismo logró que su candidato, que inicialmente no había ocupado los primeros puestos, obtuviera al final el puntaje más alto entre todos los aspirantes, según el promedio ponderado revelado por el Congreso.
Para conseguir este promedio, se tuvo en cuenta la prueba de conocimiento elaborada por la Universidad Industrial de Santander, la experiencia en la hoja de vida y se le dio valor a la entrevista que les aplicaron los congresistas a los candidatos, un elemento subjetivo que terminó por ser decisivo para poner a Rodríguez como el primero de la lista.
SEMANA revisó la grabación de la sesión pública del 4 de agosto, en la que se recompuso la lista, y encontró que algunos congresistas entregaron unos puntajes bastante desfasados. Por ejemplo, un senador le otorgó 100 puntos a Rodríguez y cero a Rangel, y un representante a la Cámara los puso 90 contra 15.
Luego de esta movida, entró en operación el Gobierno, que hasta hoy insiste en que no participó en esta elección, a pesar de que, como aseveró Carlos Abraham Jiménez, senador de Cambio Radical, fueron “sistemáticas las movidas del Gobierno contra Rangel”.
El 5 de agosto, apenas 24 horas después de recomponerse la lista de elegibles, el presidente Petro, que para el momento no se había posesionado, se sentó a manteles con los líderes de los partidos para conversar sobre “la agenda legislativa” y la representación que tendrían en el gabinete. Por los conservadores, se reunió con el senador Carlos Trujillo, presidente de la colectividad, y por La U, con la directora, Dilian Francisca Toro. En el caso de los liberales, hubo un encuentro con el senador Lidio García, cercano al expresidente César Gaviria, y el representante Andrés Calle.
En medio de estas citas, en las que también participó el hoy ministro del Interior, Alfonso Prada, surgió el tema de la elección de contralor. El pedido del Gobierno fue hacer prevalecer la meritocracia, es decir, escoger entre “los primeros de la lista”.
Sin embargo, a pesar de estos encuentros, el panorama para la elección de contralor no había cambiado hasta la semana pasada y Rangel continuaba con las mayorías. Fue entonces cuando el Gobierno cambió la estrategia y pasó a negociar directamente con los congresistas. Lo propio hizo Rodríguez.
Durante el pasado fin de semana, según confirmaron en el Partido Liberal, el ministro Prada llamó a los congresistas para hablar de varios temas de la agenda y, cuando surgió el asunto del contralor, pidió “hacer valer la meritocracia”.
Las gestiones dieron resultado por los lados de la bancada de Cámara del Partido Conservador, que anunció su apoyo a Rodríguez después de haber sostenido un encuentro con el candidato en la tarde del martes.
El turno de la bancada de Senado de la colectividad vino el miércoles, luego de un encuentro presencial que tuvieron los congresistas con Prada. Si bien en la cita, según indicó el propio ministro, no se hizo ninguna alusión al tema del contralor, tan pronto terminó el encuentro los conservadores se reunieron nuevamente en el Hotel de la Ópera y emitieron un comunicado de apoyo pleno a Rodríguez.
Esta decisión estuvo precedida de la designación como viceministro de Transporte de Eduardo Enríquez Caicedo, hijo de la representante a la Cámara del Partido Conservador Ruth Caicedo y el fallecido exsenador Eduardo Enríquez Maya. Sin embargo, desde las toldas azules aseguran que lo uno no tiene que ver con lo otro.
Por los lados de los liberales, aunque no hubo una reunión de representantes del Gobierno con toda la bancada, sí se dieron encuentros individuales con congresistas claves. Una de las figuras que ayudó a empujar desde adentro a los rojos hacia Rodríguez fue el representante Andrés Calle, mientras desde afuera lo hizo el exsenador Julián Bedoya, quien desde semanas atrás venía impulsando el tema. Al final, los liberales petristas terminaron por llevarse a la línea oficialista del partido, afín al expresidente Gaviria.
Básicamente, según reconoció un representante por Antioquia, lo que pesó fue que se estaban arriesgando a quedarse sin “lo que se mueve en la Contraloría”.
Con la decisión de los conservadores y los liberales y el anuncio que previamente habían hecho en el Pacto Histórico, era cuestión de horas para que las demás fuerzas políticas aterrizaran también en la candidatura de Rodríguez.
Y así ocurrió. Sobre el mediodía del miércoles, el Partido de la U tuvo reunión de bancada y tomó la decisión en el mismo sentido para hacer prevalecer “la meritocracia”, aunque desde la colectividad reconocen que en realidad buscaban estar con el ganador.
Pocas horas después aterrizaron el Centro Democrático y las demás fuerzas políticas. La candidata María Fernanda Rangel bajó los brazos y minutos antes de la elección renunció a su aspiración.
En consecuencia, Rodríguez, quien fue auditor general, defensor regional del Pueblo y diputado en el Valle del Cauca, fue proclamado con 260 votos de 294 posibles.El nuevo contralor no es completamente de las entrañas del petrismo, pero, tal como aseguran en el Pacto Histórico, esta elección se había convertido en una “obsesión para Petro”.
El jefe de Estado quería dar un golpe de autoridad y lo logró, aunque traicionando las formas, pues él mismo criticó la cooptación de los organismos de control por parte del Gobierno anterior. “El que la filiación política del contralor sea la misma del gobierno acelerará los procesos de corrupción en el Estado”, trinó Petro en 2018. La política es dinámica.