Judicial
Garavito no quiere salir de la cárcel, según el exdirector de La Tramacúa
El exfuncionario aseguró que alias La Bestia no quiere salir de la cárcel a pesar de ese beneficio legal y pese a que, además, sufre de una enfermedad.
En medio de la polémica sobre las posibilidad de que Luis Alfredo Garavito recupere su libertad luego de cumplir las tres quintas partes de la pena, el exdirector de la cárcel Tramacúa en Valledupar, el mayor César Fernando Caraballo Quiroga, se refirió al trámite que se adelantó por parte del Inpec con ese propósito.
El exfuncionario aseguró que alias La Bestia, quien se encuentra detenido en ese penal condenado por la violación y muerte de al menos 200 menores de edad en el país, no quiere salir de la cárcel a pesar de ese beneficio legal y aunque sufre de cáncer.
El mayor Caraballo Quiroga dijo en Blu Radio que Garavito se encuentra delicado de salud y no tiene proyectado salir de la cárcel.
“La salud de Garavito está bastante deteriorada. Yo lo vi a él antes de abril, la salud de él estaba deteriorada. Tiene cáncer de piel y otro que en este momento no me acuerdo. Nosotros lo teníamos desde el año pasado en enfermería”, indicó, el exdirector del penal donde se encuentra recluido.
Señaló que Garavito está pendiente de que se le acumulen otros procesos, por lo que aún no ha recibido condena por parte de la justicia, por lo cual su intención es permanecer en el centro penitenciario.
El exfuncionario justificó la solicitud de libertad de Garavito a los trámites normales en los casos en que una persona haya cumplido las tres quintas parte de la pena de acuerdo con lo establecido por las normas penitenciarias.
Señaló que prácticamente esta petición se hizo a regañadientes, no solo porque la ley prevé este procedimiento, sino que en caso de no hacerlo, el funcionario queda expuesto a que se le impongan sanciones legales por desacato a las normas vigentes.
El mayor Caraballo Quiroga recordó que todos los presos en Colombia tienen el derecho a que se considere su libertad condicional una vez vean cumplidas las tres quintas partes de la pena: “Nos opusimos, pero son cosas del sistema. Son procedimientos del sistema”, insistió.
El exdirector de la cárcel La Tramacúa indicó que desconoce la razón por la cual fue declarado insubsistente y si la decisión tiene relación con el caso de Garavito.
La posibilidad de que Garavito retornara a las calles fue revelada por el programa Los informantes, de Caracol Televisión, al dar a conocer un documento del Inpec en el que se oficializaba esta solicitud que fue rechazada por diferentes sectores de la sociedad incluyendo al presidente Iván Duque.
El mandatario señaló desde Glasgow (Escocia, Reino Unido), donde participa la cumbre mundial medio ambiental COP26, que está en desacuerdo con la solicitud tras indicar que se encontraba “profundamente indignado” y calificó a Garavito como “un bandido, delincuente y rata apestosa”.
“No ha hecho sino producirles daño a niños en nuestro país y el destino de ese delincuente es seguir en la cárcel. El Gobierno nacional ni auspicia ni respalda eso. Y que le quede muy claro al señor Garavito que en la cárcel se tendrá que quedar”, puntualizó.
Por su parte, Yohana Jiménez, hija de la fallecida exsenadora Gilma Jiménez y quien ha luchado por la cadena perpetua para violadores de menores en el país, manifestó su enérgico rechazo tras conocerse la revelación.
En diálogo con SEMANA, Jiménez calificó de absurda la solicitud realizada por el exdirector de la cárcel de máxima seguridad de Valledupar, donde se encuentra recluido el denominado monstruo.
“A mí me parece absurdo esto que está pasando. No me cabe en la cabeza que haya interesados, aparte del hampón y su apoderado, que quieran que quede en libertad un hombre como Luis Alfredo Garavito. Estamos hablando de un asqueroso hampón que secuestró, torturó y asesinó a más de 150 niños”, dijo.
Aseguró que “si Garavito queda en libertad y vuelve a cometer un delito contra un niño, el culpable sería ese señor que se interesó para que quedara en libertad”.
También manifestó que esta solicitud podría ser un precedente para que se realizaran pedidos similares para otros presos en esa cárcel, como Rafael Uribe Noguera.
“Esto es supremamente equivocado y peligroso. Me preocupa muchísimo que quede un antecedente tan peligroso para los otros detenidos en esa cárcel, hampones como Rafael Uribe Noguera, Adolfo Arrieta, todos los que están allá que cometieron delitos contra menores, como secuestro, tortura y asesinato”, subrayó.
Jiménez señaló que este hecho demuestra la necesidad de la cadena perpetua para violadores. “La cadena perpetua tiene que ser un hecho en Colombia. Ya la habíamos logrado, pero la Corte Constitucional consideró que estaban por encima los derechos de los hampones de los derechos de los niños que son prevalentes, según la Constitución”, sostuvo.
“Si nosotros los encerramos para siempre, eso va a ser lo único que va a garantizar que estos asquerosos hampones no vuelvan a salir a las calles y no puedan volverse a acercar a hacer daño a algún niño en Colombia. Cómo es posible que el mayor violador y asesino de niños pueda llegar a quedar en libertad. No se puede entender”, agregó.
Garavito fue capturado el 22 de abril de 1999 y cumple su condena en ese centro penitenciario de Valledupar. En ese penal también han estado delincuentes reconocidos por la opinión pública como Rafael Uribe noguera, asesino y violador de Yuliana Samboní o el fallecido John Jairo Velásquez, alias ‘Popeye’, el jefe de sicarios de Pablo Escobar.
Sus crímenes los cometió en distintas zonas de Colombia e incluso en otros países como Venezuela y Ecuador, según la Fiscalía General de la Nación, que lo describe como el “segundo homicida en serie del mundo”.
Todos los crímenes los cometió en menos de siete años, según la confesión que dio en 1999. Según Garavito, el primer crimen de ese tipo que cometió, fue en 1992, en el municipio de Jamundí, Valle del Cauca, cuando se acercó a un niño, lo acarició y luego lo asesinó. Según su propia confesión, asesinó a más de 200 personas entre niños y adultos durante esos años.