Germán Londoño, amigo de Nicolás Petro, quien según los chats movía dinero y hacía lobby, tocó las puertas de la CIDH y no asistirá al interrogatorio

En una carta enviada al fiscal Mario Burgos, la defensa del empresario Germán Darío Londoño Montalvo, mencionado varias veces en la investigación que se adelanta contra Nicolás Petro Burgos, anunció que no asistirá al interrogatorio fijado para este jueves 12 de octubre. En la misiva se anunció que “es su deseo de no comparecer con la finalidad de preservar sus garantías judiciales”.

En otro de los apartes se señala que, hasta el momento Londoño, “desconoce los hechos por los cuales se encuentra en calidad de indiciado” dentro del mencionado expediente, por lo que le reiteró al fiscal Burgos que le envíe una copia de la denuncia o el acto que “dio origen a la vinculación” del empresario. Este documento -se reseña- será enviado al organismo internacional.

“La respuesta a l petición puede ser enviada de forma virtual (...) además que se aportará a la solicitud MC-852-23 que cursa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, resalta el último acápite de la solicitud al hacer referencia directa al trámite que se está adelantando ante la CIDH para pedir protección y vigilancia en este expediente.

Londoño Montalvo es una de las piezas clave en el proceso que se adelanta contra el hijo del presidente de la República por los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos, pues, según los chats revelados por Day Vásquez, expareja de Nicolás Petro, movían grandes sumas de dinero en efectivo.

En la entrevista exclusiva de Day Vásquez con la directora de SEMANA, Vicky Dávila, publicada en marzo pasado, la exesposa de Nicolás Petro contó detalladamente que una vez vio cómo Londoño hablaba abiertamente de plata con Nicolás a través de un chat de Telegram. “La conversación decía: ya nos va a entregar 300″, reveló Day. “Yo quedé… ¿Cómo así 300? ¿Ya va a entregar 300? Entonces, Nicolás le decía (a Germán): ‘Coge 100 para ti, cogemos para una oficina y el resto me lo entregan a mí’”, afirmó ella. En ese momento, Day le reclamó a Nicolás por no contarle sobre ese tema.

Hay más episodios en los que el rol de Londoño queda en evidencia. Por ejemplo, el 17 de junio del año pasado, dos días antes de la segunda vuelta presidencial, Nicolás le pidió a Day “sacar” un dinero “urgentemente” e incluso planteó que la plata la movieran en un carro del papá de Day. Ella, angustiada y ante el temor de que fueran sorprendidos en un retén, le dijo a Nicolás que acudiera a Germán, su amigo y hombre a la sombra. “Dile a Germán”, le pidió. La otra opción, en medio de la angustia, fue Camilo Burgos, primo de Nicolás, también cercano a Londoño. Este último, de hecho, tiene fotografías en su Facebook con Burgos y distintas personalidades.

Cuando Vicky Dávila le preguntó a Day sobre quién era Germán, ella respondió: “Su amigo, él es el que le está manejando absolutamente todo a Nicolás ahora (...). Él está manejando toda la plata que le entra a Nicolás”.

Según varias fuentes consultadas por SEMANA, Londoño era, además, la punta de lanza del lobby de Nicolás en distintas entidades. Ayudaba a conseguir citas y las fotos así lo comprueban. El mismo Londoño compartía imágenes de sus encuentros en sus redes sociales. Hay registros con la exministra de Salud Carolina Corcho, con el canciller Álvaro Leyva, con el exministro de Educación Alejandro Gaviria, con la exministra de Deporte María Isabel Urrutia, con la ministra de Agricultura, Cecilia López, y con la exministra de Minas y Energía Irene Vélez. También tiene fotos con el presidente de Chile, Gabriel Boric; con el abogado Miguel Ángel del Río, con el exalcalde de Medellín Daniel Quintero, y hasta con el cantante vallenato Poncho Zuleta, acompañado de Nicolás.

SEMANA conoció que Londoño se metió de frente en la campaña. En un momento, su lobby era tan intenso que convocó a reuniones sobre las cuales, al parecer, Nicolás no estaba enterado. En una época, Day le advirtió a su entonces esposo que eso le parecía “extraño e inconveniente”. Pese a eso, Londoño manejaba todo tras bambalinas.