CICLISMO
Giro de Italia 2021: el regreso de Egan
La gesta del ciclista zipaquireño en carreteras italianas fue un respiro para un país que necesita motivos para unirse. La imagen con la maglia rosa y los brazos en alto ha sido un bálsamo para Colombia este año.
En agosto del año pasado, Egan Bernal se ubicaba en la primera casilla de todas las casas de apuestas como favorito a ganar el Tour de Francia, el primero que se iba a hacer sin público en más de cien años de historia de la competición más importante del ciclismo mundial. La pandemia no solo había golpeado al planeta, sino que el calendario deportivo se alteró. La vuelta, que tradicionalmente se desarrollaba en julio y con una de sus etapas que siempre ha coincidido con el día de Independencia de Colombia, esta vez tuvo que ser aplazada y los pedalistas participantes vieron afectada su preparación.
Los apostadores que se la jugaron por Egan, ganarían tres veces lo apostado. Primoz Roglic y Tom Dumoulin lo seguían en la lista, con una cuota de 3,25 y 6 veces lo apostado. Con 23 años, el ciclista de Zipaquirá era señalado para volver a subir a lo más alto del podio en los Campos Elíseos, venía de ganar la edición de 2019 de la ronda gala, y la crítica especializada coincidía en que el primer colombiano en consagrarse con la camiseta amarilla, tenía todas las condiciones para ganar cinco tours seguidos, como Chris Froome, el gran rival de Nairo Quintana, o el español Miguel Induraín. “Egan Bernal, tanto por la juventud como por la veteranía que muestra, por las ganas y la ambición que se le ve, creo que es el máximo favorito unido a Chris Froome”, dijo Alberto Contador a Antena 2 de Colombia en junio de 2020.
Egan se mantenía en la primera fila del pelotón, hasta que llegó la novena etapa, con cuatro puertos de montaña y final en la cuesta de la Col de Marie Blanque. El colombiano se batió como fiera y ascendió al segundo lugar de la general, pero Primoz Roglic, que ese día se puso de líder, ya le había sacado 21 segundos de diferencia. Bernal, el niño maravilla al que un año atrás se le veía con una sonrisa pedaleando y trepando paredes francesas, ahora sufría como quien padece una auténtica tortura. El 13 de septiembre, en la decimoquinta etapa, la primera de los principales duelos de montaña y que se libró en el Grand Colombier, Colombia sufrió una enorme decepción cuando el zipaquireño cruzó la meta siete minutos después del líder.
Dos días después, el 15 de septiembre, entregó el título de campeón que fue a defender, tras haber perdido 27 minutos en la etapa que culminó en Villard Lans. “Tenía todo jodido”, fueron las palabras de Bernal cuando terminó su suplicio. Egan se quejó de arrastrar dolores en la espalda, y fueron muchos los colombianos que lo tomaron como una excusa, a la vez que cuestionaban las verdaderas capacidades del pedalista. No es la primera vez en el país del Sagrado Corazón, que disfruta con levantar ídolos para luego derribarlos. Nairo Quintana, el primero en ilusionar a Colombia con el título del Tour de Francia en la década pasada, lo padeció.
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El turno era para quien consiguió el primer título de la vuelta ciclística más importante del mundo para el país. La dolorida espalda de Bernal tuvo que soportar el peso de las críticas, y pasó factura el 16 de septiembre, día en que el vigente campeón no pudo subirse a la bicicleta, y optó por abandonar la carrera. Tadej Pogacar se quedó con la corona, demostrando que tiene todo para ostentarla durante más de un lustro. El colombiano, incluso para algunos de sus rivales, no pasaba de ser flor de un día. “No es fácil volver y defender un título del Tour de Francia. No todos los corredores pueden hacerlo. Era joven cuando ganó y es el rey de Colombia, pero no es tan sencillo repetir tu éxito cuando eres joven y hay mucha presión sobre tus hombros. La gloria es grande y te empuja hacia adelante de muchas maneras, pero también pagas un precio por ello, y estoy completamente seguro de que no está a la altura para lograrlo de nuevo”, aseguró a Cycling News Andy Schleck, ganador del Tour de Francia en 2010.
Sus compañeros del equipo Ineos, como Brandon Rivera, sus colegas de pelotón, y parte de sus seguidores arroparon al ciclista colombiano, aunque en su tierra muchos trataban de escudriñar en su vida privada para encontrar respuestas al que sin duda fue un estruendoso fracaso en la carrera del deportista zipaquireño. Egan Bernal comenzó 2021 sin soportar el peso de los reflectores. Su escuadra decidió marginarlo del grupo de corredores que disputarían el Tour de Francia, decisión que aunque tenía sus argumentos técnicos, también fue un baldado de agua fría para los aficionados al ciclismo. Así, sin generar mayores expectativas, el caballito de acero Pinarello de Egan, avaluado en 64 millones de pesos, empezó a rodar por las carreteras en el Giro de Italia.
Fue la primera en cruzar la meta el 16 de mayo, en la novena etapa, tras un recorrido de 158 kilómetros entre Castel di Sangro y Campo Felice. Además del triunfo de la etapa, se puso la maglia rosa de líder y con la que llegó a la etapa 16, el pasado lunes, cuando volvió a levantar los brazos tras ser el primero en el tramo entre Sacile y Cortina d’ Ampezzo. Y, al cierre de esta edición, a falta de dos duras etapas, Egan se batía como un león para defender su liderato.
El país volvió a ver la tímida sonrisa y la concentración de su mirada en la primera fila del pelotón. Aunque cómo no, los más papistas subrayaron que las máximas figuras del pedal estaban viendo el Giro por televisión, mientras se preparan para la champions del ciclismo. Y volvió a ver al Egan que, en 2019, conmovió a muchos, pero sobre todo a muchas, cuando corría a besar a Xiomara, la que el país conoció como su novia de entonces. Ahora es María Fernanda, su actual pareja, la depositaria de sus triunfos.
Colombia no tenía noticia de una gesta semejante desde el 25 de julio de 2019, cuando, precisamente en el Tour de Francia, Nairo fue el primero en poner a circular la palabra ‘tapa bocas’, al dejar sin palabras a sus críticos tras ganar la etapa 18, al coronar la cima de Valloire. Un día importante en la historia del ciclismo colombiano, pues Egan Bernal ya se ubicaba en el segundo lugar de la general a un minuto del entonces líder Julian Alaphilippe, a quien luego despojaría del primer lugar.
La gesta del zipaquireño, que destronó a la Catedral de Sal como la imagen del municipio, fue todo un bálsamo para Colombia en los días más convulsos de los que hay noticia en los últimos 30 años. Egan consiguió desplazar de los titulares las imágenes de un país envuelto en llamas, y por lo menos provocó que en medio de las divisiones y enfrentamientos en las calles, la gente se uniera al verlo subido en lo más alto del podio, como a Lucho Herrera en la Vuelta a España del 87, a Nairo en el Giro 2014 y la Vuelta de 2016, y al propio Bernal en el Tour de 2019.
“Los corredores que nos encontramos acá (Europa) estamos pedaleando y llevando con orgullo la bandera de Colombia, sobre todo en estos momentos tan complicados. Queremos mandarles algo de felicidad”, dijo Egan tras ganar su segunda etapa en el presente Giro de Italia.
Egan Bernal ha vuelto, y librando de forma silenciosa, en cada pedalazo, una batalla contra la escoliosis que padece, enfermedad que afecta la columna vertebral y que se desarrolló en razón a que el ciclista tiene una pierna más larga que la otra. No hay cirugía para corregirlo. Pero Egan no se detiene ni mira para atrás. Tiene la posibilidad de representar a Colombia en los Juegos Olímpicos de Tokio, y la Vuelta a España que siempre estará entre sus objetivos: darle el pasaporte al privilegiado salón de la fama de ciclistas que han conquistado las tres grandes vueltas del mundo.
“Quiero conquistar las tres grandes vueltas. En 2021 apuntaré al Giro de Italia. Es una carrera que llevo en mi corazón y cuando compita en ella, será para ganar. Y luego, haré lo mismo en la Vuelta a España. Me encantaría ganar las tres y formar parte de la historia de mi deporte”, dijo en su momento a Eurosport.
Y por supuesto, el Tour de Francia. Porque quien lo ha ganado una vez no se conforma con el recuerdo, sino que quiere volver a vivir las sensaciones de ser el rey del ciclismo mundial. Egan quiere volver a serlo. Que lo tengan en cuenta las casas de apuestas.