Nación
Gobernador de Sucre pidió perdón a las familias de los tres jóvenes asesinados en Chochó, Sucre
Héctor Olimpo Espinosa Oliver pidió que se esclarezcan los hechos y exigió justicia con prontitud.
Luego de conocerse el testimonio de los tres policías, quienes confiesan la presunta participación de la institución en el asesinato de los jóvenes perpetrado en Chochó, Sucre, el gobernador de ese departamento exigió justicia con prontitud.
Héctor Olimpo Espinosa Oliver indicó que “tuve la oportunidad de visitar a las familias de estos muchachos y presentar mis excusas por las afirmaciones que hicimos en su momento”. Cabe resaltar que el mandatario de los sucreños también replicó la versión presentada por la fuerza pública el pasado 25 de julio.
En aquel entonces, el comandante de la policía departamental informó que posterior al atentado sicarial que cobró la vida de un patrullero en el municipio de Sampués, se desató una respuesta por parte de los uniformados que terminó en un enfrentamiento con supuestos integrantes del Clan del Golfo.
“Ante el ataque a los uniformados, hubo una rápida reacción policial que permitió la activación del plan candado, logrando interceptar a los presuntos delincuentes a la altura del sector conocido como La Garita y Chochó”, se lee en el comunicado.
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Según Espinosa Oliver, “la noche de los hechos, hicimos un consejo de seguridad en el que aseguraron que estos jóvenes pertenecían al Clan del Golfo y habían hecho parte del asesinato del patrullero de la Policía en Sampués. En la medida en que han ido surgiendo testimonios de que no es así, nos hemos venido pronunciando exigiendo claridad y justicia”.
De acuerdo con los testimonios registrados en videos, el entonces comandante operativo de la Policía en Sucre, el teniente coronel Benjamín Núñez, fue quien presuntamente les disparó a las víctimas en medio de un trayecto hacia la clínica María Reina en Sincelejo.
Según el relato, luego de ser agredidos física y verbalmente, en un cordón de seguridad que se instaló en la intersección de la troncal de oriente (vía Chochó-Sincelejo), los tres muchachos fueron embarcados en un vehículo con platón, es decir, los que en su parte posterior tiene una zona de carga al descubierto donde sientan a los capturados.
En la camioneta se encontraban el teniente coronel Benjamín Darío Núñez, la subteniente Camila Biriticá Valencia y los patrulleros Bernardo Pontón, Jesús Bolaños, Huber Mieles y Álvaro Álvarez.
“Cuando íbamos por una parte del camino, el señor coronel le dio el primer disparo a uno de los sujetos que estaba herido (Jesús David Díaz). Al momento quedamos atónitos, no sabíamos qué hacer ni qué decir. Él cogió y les dio otros dos tiros a los otros dos que estaban ahí. Y nosotros, sin decir nada en el momento, y callados, con miedo por alguna represalia del mando, de pronto de cualquiera, ya que somos los más nuevos”, contó un uniformado.
La historia clínica de las víctimas registra que Carlos Ibáñez tuvo lesiones en el tórax, que Jesús David recibió impactos de bala en muslo, rodilla y tabique, y que José Carlos, con lesiones en la región occipital, también recibió impactos de bala en el tórax.
Los tres llegaron sin vida a la clínica María Reina en Sincelejo y por más de media hora tuvieron los cadáveres en reserva. “Yo llegué a la clínica y pregunté por mi hermano. El vigilante me dijo que no era posible verlo porque estaba bajo custodia policial”, contó Yésica Paola Sierra, hermana de Jesús.