Política
Gobernar es más difícil que hacer oposición: estos son los planes de la campaña de Petro que se están estrellando contra la realidad
Varias propuestas que el presidente Petro defendió fervorosamente se han caído por su inconveniencia. Gobernar es más difícil que hacer oposición.
El presidente Gustavo Petro, en cerca de tres meses de mandato, ha sido ágil en señalar cuáles son sus prioridades en materia de reformas. Pero también ha visto que algunas de sus propuestas de campaña no son tan fáciles como se pensaba y las ha tenido que moderar o descartar.
El entonces candidato presidencial, por ejemplo, aseguró que su primera decisión sería frenar la exploración petrolera en Colombia. Y propuso que el país dependiera de una economía productiva lejos del extractivismo, a pesar de que esta industria aporta hasta el 15 por ciento de los ingresos de la nación.
Por eso, nombró a Irene Vélez, una activista ambiental, como ministra de Minas y Energía. Al llegar, la jefa de esa cartera aseguró que no se firmarían más contratos de exploración. En términos de gas, de no ser suficiente para el autoabastecimiento, se importaría de Venezuela. Pero, en poco tiempo, echó reversa.
En primer lugar, el presidente aseguró que no se debe depender de “ningún país” para garantizar el abastecimiento de Colombia. Luego, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, desmintió al Ministerio de Minas y Energía por la inconveniencia de esa propuesta. Después de una puja, con el dólar en ascenso, el presidente cedió: el Ministerio de Hacienda asegura que, de necesitarlo, se suscribirán más contratos y todo lo dirán las cifras y los estudios.
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Pero ese no ha sido el único golpe de realidad del Gobierno. Otra de sus banderas, que es la reforma agraria integral y la entrega masiva de títulos de tierra al campesinado colombiano, no será como la desea el presidente. Luego de acordar con Fedegán la compra de tres millones de hectáreas de tierra, Cecilia López, ministra de Agricultura, confesó que es imposible.
Según la jefa de la cartera, se espera, como máximo, adquirir millón y medio de hectáreas en los cuatro años de Gobierno. La razón es el costo. Esa cantidad de tierras tendría un precio de 60 billones de pesos, y luego de que el Ministerio de Hacienda dijera que no pueden ser pagadas con Títulos de Deuda Pública (TES), disminuyó la ambición del Gobierno en esta iniciativa.
También hay otras propuestas que han quedado en el aire. Por ejemplo, la educación gratuita universal y la condonación de las deudas en el Icetex. Incluso, la eliminación del impuesto del 4 x 1.000, que tanto piden los colombianos, se hizo de manera parcial por medio de la reforma tributaria. A su vez, a pesar de que la prioridad es la paz, el acuerdo con las Farc quedó, en varios aspectos, desfinanciado en el Presupuesto General de la Nación.
Incluso, después de criticar la iniciativa del Día sin IVA del expresidente Iván Duque, el Gobierno, luego de descartarla por completo, decidió darle su aval a una jornada de descuentos antes de que termine el año.
En redes sociales y en las calles, muchas personas se preguntan por aquellas propuestas de campaña que, en la práctica, no han podido hacerse efectivas por su inconveniencia. Por esta razón, van más de cinco manifestaciones en menos de tres meses de mandato, incluida una dura y violenta protesta indígena porque sus líderes reclaman la atención del Gobierno.
Por ahora, el presidente, junto a los más experimentados ministros, se entera de que gobernar es más difícil que prometer en campaña. La muestra es el aterrizaje sobre la marcha de varias de sus ambiciosas iniciativas.