Nación
Gobierno advierte graves impactos ambientales de la demanda mundial de drogas
El pronunciamiento lo hizo el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, ante la Comisión de Estupefacientes (CND) de las Naciones Unidas.
Luego de que se conociera el decreto con el que se vuelve a abrir la puerta para la reanudación de la aspersión aérea con glifosato, durante su intervención virtual en uno de los eventos paralelos correspondiente al 64° periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) de las Naciones Unidas, el Ministro de Justicia y del Derecho, Wilson Ruiz Orejuela, reiteró el firme compromiso del Gobierno Nacional con la protección de los activos ambientales del país, amenazados por los profundos impactos que generan los cultivos ilícitos y la producción de drogas.
El ministro habló en el panel ‘Estrategias de reducción de cultivos ilícitos frente a la protección del agua, la biodiversidad y el medio ambiente’, y manifestó la preocupación que le generan al Gobierno del Presidente Iván Duque Márquez los efectos nefastos que los cultivos ilícitos y la producción de drogas tienen en el medio ambiente, el cual, aseguró, tardaría hasta más de tres generaciones en recuperarse.
Al recordar que de las 154.000 hectáreas sembradas con coca, el 47% se encuentra en zonas de manejo especial, el alto funcionario señaló que por cada hectárea cultivada de coca se generan vertimientos derivados de residuos de sustancias químicas de mínimo 3,5 toneladas por año, que afectan los suelos y las fuentes hídricas y generan una contaminación irreversible.
“Además, en los territorios en los que se han asentado los cultivos y la producción de drogas confluyen con otras economías ilegales a cargo de grupos criminales, como la minería ilegal o la explotación irregular de madera, lo cual aumenta los daños en el patrimonio ambiental”, expresó el ministro.
Lo cierto es que el glifosato es uno de los herbicidas más utilizados a nivel mundial en la agricultura. En Estados Unidos lo utilizan hasta para matar la hierba mala de los andenes en las calles; se consigue en grandes superficies como Walmart, Home Depot, y por internet.
El consenso en el mundo entre las agencias de protección del medioambiente y las instituciones científicas es que el glifosato no es cancerígeno ni genotóxico. La European Commission, la Canadian Pest Management Regulatory Agency, la Australian Pesticides and Veterinary Medicines Authority y la German Federal Institute for Risk Assessment han concluido que el glifosato no es dañino para la salud humana. La EPA (Agencia de Protección del Medio Ambiente, por sus siglas en inglés) también califica como improbable que sea carcinogénico. Lo mismo concluyo el European Food Safety Authority en 2015. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud ha dicho que hay una posibilidad de que pueda generar dichos riesgos.
El Ministro Ruiz destacó ante la comunidad internacional -la CND se desarrolla en Viena (Austria)- que la política de defensa y seguridad de Colombia reconoce el agua, la biodiversidad y el medio ambiente como activos estratégicos ambientales de interés nacional principal y prevalente. “Es la primera vez que se reconocen tales recursos como activos estratégicos de la Nación, por lo que se implementan acciones específicas para su protección y defensa, articulando la política ambiental, de drogas y de seguridad”, confirmó. En Colombia, el glifosato se permite bajo las condiciones que fijó la Corte Constitucional.
Primero, es necesario diferenciar entre los eslabones de la cadena de producción y distribución de drogas, es decir, entre empresarios criminales y campesinos cultivadores; segundo, la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos debe primar sobre la erradicación forzada; tercero, se debe establecer que esta medida solo aplicará cuando fracase la forma voluntaria, y cuarto, solo en el caso de que la sustitución voluntaria falle, y luego del fracaso de la erradicación manual, se podrá acudir a la aspersión aérea con glifosato puntualmente.