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Gobierno desmiente a alcaldes de Bogotá y Medellín; dice que no hay evidencia de la llegada de la nueva cepa

La alcaldesa aseguró que es probable que la carga viral alta de los pacientes en la capital se deba a la llegada de la cepa variante de covid-19 de Reino Unido, pero el Ministerio de Salud dice que no hay sustento científico para esas afirmaciones.

7 de enero de 2021

La alcaldesa de Bogotá dijo en una rueda de prensa que la situación de Bogotá es crítica, cuando las UCI se encuentran en más del 86 % de ocupación, pero que además cree que es probable que la nueva cepa de covid-19 ya esté rondando en el territorio nacional, si se considera la alta carga viral con la que están llegando los pacientes contagiados.

Sin embargo, pocos minutos después el Ministerio de Salud la desmintió. “No existe en este momento ninguna evidencia científica de que la aceleración de la transmisión de la covid-19 en Colombia se pueda atribuir a la nueva cepa británica”. Con esas palabras, el director de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud y Protección Social, Julián Fernández Niño, explicó la situación actual que vive el país y las investigaciones en genómica que se adelantan liderados por el Instituto Nacional de Salud.

En el mundo se ha demostrado que la cepa variante descubierta en Reino Unido es hasta un 70 % más contagiosa, pero no se ha encontrado que sea más letal o peligrosa que la ya conocida. “Y Colombia la está buscando con vigilancia genómica con laboratorios de universidades y el Instituto Nacional Salud. Hasta el momento no se ha encontrado”, añadió.

El funcionario manifestó que aunque existe la posibilidad de que la cepa se encuentre entre nosotros, no se ha comprobado que esté presente hasta el momento. “No se puede atribuir la aceleración observada en la transmisión de esta nueva cepa cuando tuvimos un incremento de los contactos para fin de año, así como de aglomeraciones, fiestas y relajamiento de las medidas de autocuidado”, sostuvo, apreciación que estaría dirigida a la mandataria.

En tercer lugar, dijo que la evidencia científica ha mostrado que el comportamiento de la cepa “no necesariamente es el mismo en todos los países”. De tal forma que afirmaciones realizadas en cuanto a que el aumento de casos se debe a este factor, “no tienen ninguna evidencia científica seria que la sustente y es una hipótesis que no se puede comprobar”.

Por su parte, el Instituto Nacional de Salud explicó que todos los países trabajan en este momento bajo la hipótesis de que hay nuevas cepas circulando, no solo la del Reino Unido, la cual no sea ha encontrado aún en el país.

“El INS está utilizando la capacidad total del país para hacer análisis genómicos. Como en PCR, no hay interés en centralizar. El objetivo es lograr la realización del mayor número de genomas, de muestras muy bien seleccionadas, para aumentar la sensibilidad de la vigilancia”.

Además, hace algunos días el INS desplegó una estrategia detallada de búsqueda, basada en secuenciación de muestras provenientes de las personas llegadas de Reino Unido en días recientes antes del cierre de los vuelos provenientes de allá, y también de otros países y población general de todos los departamentos.

A pesar de que estudios todavía no especifican qué tan fácil es que esta nueva mutación se propague entre personas o qué tan letal en comparación con el virus original, lo cierto es que ya se ha diseminado por varios países, a pesar de que presidentes y autoridades hayan sumado esfuerzos para evitar que la nueva cepa afectara a sus habitantes.

Por ahora se sabe que esta mutación circula en el Reino Unido, donde se originó, pero también en Italia, Suecia, Suiza, España, Francia, Alemania, Bélgica, China, Canadá, Dinamarca, Islandia, Corea del Sur, Estados Unidos y, ahora, América Latina en Chile, donde se registran sus primeros casos.

En este último, las autoridades sanitarias informaron que la primera persona contagiada con la cepa de Reino Unido era una mujer chilena.