NACIÓN
Gobierno refuerza medidas de protección a obispo de Buenaventura por amenazas de muerte
El Ministerio del Interior advirtió que el caso del monseñor Rubén Darío Jaramillo está en manos de la Policía nacional.
El Gobierno nacional reveló que fue reforzada la seguridad del obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, quien fue víctima de amenazas de muerte, en medio de la creciente ola de violencia que se registra en esa región del país.
En ese sentido, el ministro del Interior, Daniel Palacios, por medio de su cuenta oficial de Twitter indicó que se tomaron medidas especiales de protección del monseñor Rubén Darío Jaramillo, al conocer sobre su situación por recibir mensajes intimidatorios que podrían poner en riesgo su vida.
Palacios en ese mensaje aseguró que el caso de las amenazas de muerte en contra del obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, está en poder de la Policía nacional, institución que, según el funcionario, inició las acciones pertinentes para dar con el paradero de los responsables.
“¡No dejaremos que sigan amedrentando a la comunidad, ni a sus líderes! Rechazamos las amenazas contra Monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de #Buenaventura. La @PoliciaColombia está al frente de la situación. El Gobierno Nacional ha reforzado sus medidas de protección”, escribió Palacios.
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De acuerdo con las primeras hipótesis de las autoridades, las amenazas en contra del Obispo de Buenaventura se registraron por levantar su voz en contra de los violentos.
“Todo lo que se diga para denunciar lo que está pasando les incómoda a quienes les interesa mantener el desorden y el caos”, señaló el obispo.
Los habitantes de Buenaventura han alertado que la ciudad ha quintuplicado las cifras de homicidios por cuenta de una violenta guerra entre reductos de la temible banda narcotraficante La Local.
Trascendió que las amenazas son a través de WhatsApp en las que le dicen que le van a poner una bomba. “No es la vida de monseñor Jaramillo, es la vida de toda la comunidad en Buenaventura la que está amenazada”, subraya el obispo. “No tenemos temor porque estamos de la mano de Dios y porque estamos cumpliendo una misión en una ciudad que necesita voz”, finaliza.
No obstante, el obispo Jaramillo ha puesto en conocimiento en múltiples ocasiones de lo que viene ocurriendo en Buenaventura. Incluso, reveló que en muchos sectores aún desaparecen personas como en los peores tiempos de la guerra entre las Farc y paramilitares o el lamentable suceso de las casas de pique.
También, el obispo ha acompañado a los líderes juveniles que organizan las manifestaciones contra la violencia en Buenaventura, ha visitado los barrios más afectados y desde su púlpito nunca ha callado ante las injusticias. Todo eso molesta a quienes empuñan las armas y quieren tener el control ilegal de la ciudad.
Asimismo, en el sector Juan XXIII, donde resultaron los jóvenes heridos por el artefacto explosivo, han salido desplazadas más de cuarenta familias que no aguantan más los enfrentamientos nocturnos que se prolongan hasta el amanecer. En los primeros 44 días del 2021, Buenaventura registró igual número de confrontaciones armadas urbanas en diferentes sectores.
Paralelo a las amenazas en contra de la vida del monseñor Jaramillo, en la zona rural de Buenaventura se viene registrando un desplazamiento masivo de varias familias por presión de la guerrilla del ELN.
Finalmente, medios locales en compañía de miembros de la comunidad de la vereda San Antoñito del río Yurumanguí estuvieron confinados por más de dos días, y cuando pudieron salir se desplazaron alrededor de 115 personas hacia las veredas San José y El Águila.