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El Senado sesionó este domingo 16 de diciembre en la noche | Foto: Prensa SENADO

POLÍTICA

De aguinaldo para el gobierno; noche negra según la oposición: la plenaria del domingo a las 7:00 p.m.

El gobierno salvó tres proyectos, entre ellos la reforma política, y gracias a los liberales no tuvo mayores problemas para conseguir los votos. El Polo y los Verdes denunciaron trampa en la aprobación de dos de ellos. Demandarán.

17 de diciembre de 2018

Ver para creer. El Senado sesionó en la noche de este domingo 16 de diciembre y el hecho de por sí es noticia. Un total de 98 senadores contestaron lista en la plenaria que comenzó a las 7:00 p.m. y que se levantó faltando 4 minutos para las 12:00 de la medianoche. En casi 5 horas se aprobaron cuatro reformas constitucionales y el último debate de un proyecto que se convirtió en ley. Un rendimiento poco conocido para quienes, entre otros pecados, cargan con el inri del ausentismo. Trabajan en el Capitolio los martes y miércoles, por lo general; cuatro horas en la mañana en las comisiones, y cuatro horas en la tarde en plenaria, es decir 16 horas de trabajo a la semana. Aún así, es común ver sesiones plenarias y comisiones que se tienen que levantar por la falta de quorum. Nadie creía que un domingo, en la noche, y en plena época navideña, los senadores irían a trabajar. No es 28 de diciembre: los senadores colombianos trabajaron un domingo por la noche. 

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Habían tenido que ser citados porque la plenaria del pasado viernes se levantó cuando se intentaba aprobar la reforma política. La oposición consiguió deshacer el quorum y el gobierno y el uribismo se quedaron sin votos. Por eso les tocó citar en horario tan atípico, para que en las últimas 5 horas que le restaban a las sesiones ordinarias, pudieran cumplir con los deberes pendientes. Y para sorpresa de propios y extraños, las calles del centro histórico de Bogotá se vieron invadidas por caravanas de camionetas blindadas, como si fuera martes, y las curules del recinto del Senado se vieron casi completas. Y mientras los colombianos estaban de novena de aguinaldos, o viendo el reinado de Miss Universo, se creó un nuevo ministerio, se aprobó la segunda vuelta para la alcaldía de Bogotá desde 2019, se excluyó el narcotráfico y el secuestro de los delitos conexos al político, y se salvó una de las reformas anticorrupción.

A las 7:00 de la noche, como estaba previsto, se abrió el registro. Los primeros en llegar fueron dos senadores de La U, Roosevelt Rodríguez y Ritter López. El registro se extendió por más de 40 minutos. La circunvalar y otras vías que comunican con el centro habían colpasado, trancón a la altura de Monserrate y en los alrededores de la plaza de Bolívar donde había un concierto de villancicos. 

La bancada del Centro Democrático llenó todas sus curules, como era previsible. Sorprendieron por su gran asistencia los del Partido Liberal y Cambio Radical, incluso, el senador Alex Char llegó contra todo pronóstico, se esperaba que estuviera de carnaval y celebrando la octava estrella del Junior de Barranquilla, del que es accionista. Solo la mitad de los conservadores se hicieron presentes, y la oposición que había puesto contra las cuerdas al gobierno también cumplió con su deber.

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Muchos llegaron en jean, en tenis, chaquetas, blazers o sacos de lana, como si fuera un día de descanso. El único que lució traje y corbata fue Álvaro Uribe. “Desde mi juventud siempre oí que al Senado se viene en corbata”, dijo después.

La comitiva enviada por el gobierno fue numerosa. La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, se jugaba un auténtico examen final. Y al Capitolio llegaron a respaldarla Guillermo Botero, de Defensa; Gloría María Borerro, de Justicia; Ricardo Lozano, de Ambiente;  Carmen Vásquez, de Cultura; Ángela María Orozco, de Transporte; José Manuel Restrepo, de Comercio; y Juan Pablo Uribe, de Salud.

A estos ocho ministros se sumaron tres altos consejeros, Jaime Amín (política), Miguel Ceballos (alto comisionado para la paz) y Karen Abudinen (consejera para las regiones). Como quien dice, el gobierno puso la carne en el asador.

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El primer pulso de la noche se libró por el orden del día. El presidente del Senado, Ernesto Macías, pidió continuar con la votación de la reforma política, que había quedado suspendida el día viernes. Los liberales reclamaban que primero se debatiera el proyecto que convertía a Colciencias en el Ministerio de la Ciencia. Por su parte, Cambio Radical quería que primero se votara la reforma que establece una segunda vuelta en las elecciones de alcaldía de Bogotá desde 2019.

La resurrección de la reforma política

Aunque la Cámara de Representantes la había dejado sin corazón, al no aprobar las listas cerradas, el gobierno necesitaba mantener con vida la reforma política para insistir en la eliminación del voto preferente el próximo año. Si el proyecto se moría este 16 de diciembre, Duque sumaría un estruendoso fracaso, pues era uno de sus proyectos anticorrupción.

La reforma política se salvaba con 54 votos, por eso la primera victoria para el gobierno fue la presencia de 98 senadores. La tarea del gobierno y del propio Uribe, que hasta el último día intentó construir una coalición de partidos, tuvo sus efectos en las postrimerías del tiempo reglamentario.

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El senador Iván Marulanda, de la Alianza Verde, leyó una constancia firmada por los senadores de su partido en la que anunciaron que se  saldrían del recinto para no votar pues en su criterio la reforma política había perdido su razón de ser y porque las modificaciones que había tenido iban en contra de los principios del partido. Gustavo Petro, Jorge Robledo y los senadores del Polo, los 4 congresistas de las Farc, los de decentes, todos los partidos de oposición siguieron el mismo camino.

Los senadores de Cambio Radical, que se declararon en independencia frente al gobierno, y que habían sido señalados de torpedear la reforma porque no les favorecía las listas cerradas, también abandonaron la plenaria. Solo se quedó uno, el senador Carlos Motoa que votó en contra.

No importó. Eran las 8:25 cuando llegaron Eduardo Pulgar y Armando Benedetti, ambos de La U. Con ellos el gobierno consiguió los votos, y por eso los del Centro Democrático los recibieron con aplausos, pese a que en el recinto no se pueden dar ese tipo de manifestaciones.

La reforma política se salvó con 59 votos, casi a ras, y en buena parte gracias a que el Partido Liberal y La U votaron con el uribismo. “Funcionó la grasa”, dijo un senador de la oposición al final de la plenaria.

Ministerio de la ciencia

Quizás como contraprestación al voto de la reforma política, los liberales hicieron aprobar el proyecto que transforma a Colciencias en el Ministerio de la Ciencia. No hubo mayor controversia y los partidos políticos lo avalaron, aunque hubo interrogantes como los de David Barguil (P. Conservador) quien pidió que no sirviera para crear nueva burocracia, pues señaló que muchas altas consejerías coinciden en funciones con algunos ministerios.

“En enero esperamos que el gobierno presente su plan de austeridad, de la que tanto habló el Centro Democrático en campaña”, dijo Barguil.

Álvaro Uribe explicó que el proyecto de los liberales establece un término de un año para crear el nuevo ministerio de la Ciencia, y que se enmarcará en la “gran reforma” administrativa y autoridad que presentará el presidente Duque. El senador del Centro Democrático dijo que cuando él abandonó la Casa de Nariño en el 2010 la nómina del Estado era 5,6 puntos del producto interno bruto (PIB), y que Duque la encontró en el 6,3% del PIB.

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Segunda vuelta en Bogotá

El tercer turno fue para la reforma que crea una segunda vuelta en las elecciones para alcalde de Bogotá, con la propuesta de implementarla el próximo año. El proyecto es impulsado por el Partido Liberal, le gusta a Cambio Radical, y al uribismo también le suena. Tiene como antecedente las recientes tres elecciones, donde alcaldes como Samuel Moreno, Gustavo Petro y el propio Enrique Peñalosa, han resultado elegidos con menos del 30 por ciento de la votación. Los promotores defienden la idea en que esas votaciones no le dan plena legitimidad a los alcaldes.

La oposición rechazó el proyecto. Angélica Lozano consideró que era una reforma en caliente y en beneficio propio, pues cambiaba las reglas de juego de las elecciones. El senador Ciro Ramírez (Centro Democrático) le dijo que ella tenía conflicto de interés porque su pareja (refiriéndose a Claudia López) no ha descartado ser candidata a la alcaldía.

Antonio Sanguino dijo que era una reforma para impedir que los sectores alternativos lleguen a la alcaldía: “Los debe tener asustados la imagen de Duque y Peñalosa”. Jorge Robledo también la llamó como reforma “sastre” porque estaba hecha a la medida de las conveniencias del “frente nacional duquista”, que es la unión del uribismo y el antiguo santismo. Gustavo Petro se sorprendió porque la propuesta la presentaran cuando “ha hecho agua” la alcaldía de Peñalosa, y vaticinó que ni con segunda vuelta “la alcaldía de Bogotá va a volver a la politiquería”.

Tras rechazar la reforma porque se implementaría el otro año, la oposición abandonó el recinto y el proyecto fue aprobado. 55 votos a favor, tres en contra.

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¿Contra los diálogos con el ELN?

 Mientras los senadores de la oposición estaban afuera, adentro se aprobaba en tiempo récord otra reforma, la que establecía que el narcotráfico y el secuestro no serían conexos al delito político. Se aprobó casi que a pupitrazo. El ponente nunca leyó su informe, nadie se pronunció frente al proyecto, y apenas el secretario leyó con rapidez el título: 64 votos a favor  y 3 en contra.

En un hecho extraño, como la misma sesión del domingo en la noche, el debate sobre esta reforma se produjo después de aprobada. Efraín Cepeda, Luis Fernando Velasco y Roy Barreras, a pesar de que lo aprobaron, coincidieron en la preocupación de que afectara los diálogos de paz con el ELN.

Velasco propuso dejar una constancia para que no se aplicara para los grupos armados ilegales que hubieran iniciado un diálogo de paz, y no afectara al ELN. Roy Barreras le pidió al gobierno que nombraran negociadores, y Richard Aguilar le pidió al propio Uribe que intercediera con el gobierno para reactivar los diálogos con esta guerrilla.

Eso fue lo que se encontraron los senadores de la oposición cuando regresaron al reciento. Gustavo Bolívar felicitó al Centro Democrático porque estaba cumpliendo su promesa de hacer trizas la paz. “Hoy mientras hay colombianos celebrando el campeonato del Junior o viendo Miss Universo se está acabando la esperanza del proceso de paz con el ELN”.

Alexánder López, senador del Polo, anunció que interpondría una demanda constitucional porque no se leyó el texto, el ponente no la explicó, y no hubo intervenciones de los partidos, como lo establece el artículo 97 de la Ley Quinta. “Esto es ilegal, el presidente del Senado prevaricó”.

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Macías respondió que el texto fue publicado en las gacetas y que cuando se abrió la discusión los senadores de la oposición no se encontraban en el recinto, y que como no estaban pues no les había dado la palabra.     

Cerca de 13 senadores querían intervenir y se acercaba la medianoche, por eso Álvaro Uribe, en una moción de orden, pidió continuar con el siguiente proyecto en fila, uno de las reformas anticorrupción.

‘Conejo’ a la consulta anticorrupción

Era la reforma que pretende levantar la reserva de la declaración de renta y bienes para los servidores públicos. La ministra del Interior pidió al Senado aprobarla porque es un reclamo de la opinión pública, pero Angélica Lozano, promotora de la consulta anticorrupción, pidió no votarla porque en su criterio le hacía conejo a lo que votaron cerca de 12 millones de colombianos.

Según Lozano, el punto 6 de la consulta pretendía obligar a los servidores públicos a publicar su declaración de renta y bienes, pero el texto defendido por la senadora Paloma Valencia establecía que la reserva solo se levantaría en casos de investigación fiscal o disciplinaria, por parte de la Contraloría o la Procuraduría. “Eso es un mico. Este proyecto lo presentó Iván Duque sin ese mico. Así es inocuo”.

La ministra del Interior pidió al Senado aprobarlo con la promesa de corregirlo el próximo año. Uribe le mostró el reloj al senador Macías. “11:26 presidente. Quedamos mal si no aprobamos el proyecto”.

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Los senadores de la oposición levantaban la mano pidiendo la palabra, intentando que llegaran las campanadas de las 12:00 y el proyecto no se aprobara. Aída Avella, Alexander López, José Polo (A. Verde) que volvió a hablar sobre el ELN, hicieron lo posible por extenderse, pero la plenaria declaró la suficiente ilustración.

López y Angélica Lozano protestaron y señalando el artículo 108 del reglamento advirtieron que la suficiente ilustración debe decretarse después de tres horas de haber iniciado la discusión. La discusión de Macías era que la plenaria ya había superado ese término, y abrió la votación. El proyecto anticorrupción se aprobó con 47 votos a favor y 9 en contra cuando faltaban 4 minutos para la medianoche.

Si el gobierno tuvo una noche de aguinaldo este 16 de diciembre, pues logró salvar tres reformas que parecían tener los santos óleos encima, para la oposición fue un “domingo negro” porque denunciaron que todo lo que se hizo en la última sesión ordinaria fue ilegal. Presentarán una demanda para que se anule todo cuanto pasó entre las 7:00 p.m. y la medianoche.