NACIÓN
Golpe al tráfico de migrantes: capturan a 11 personas en Nariño
Las autoridades identificaron una poderosa red que logró amasar una millonaria fortuna a costa de la necesidad de extranjeros que buscaban llegar a EE. UU.
En las últimas horas, en un operativo de la Dirección de Investigación Criminal, Dijín, las autoridades capturaron a varias personas que, supuestamente, conformaban toda una organización que se dedicaba al tráfico de migrantes en zona de frontera entre Colombia y Ecuador.
“Con la alerta temprana de la Agencia de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos, los investigadores de la Dijín lograron individualizar e identificar a los integrantes de un grupo de delincuencia organizada, liderados por José Trejo, alias “Fernando”, Frangil Díaz, alias “Atún” y Cristian Moncayo, alias “Cristian”, dedicados al tráfico de migrantes”, señaló la Dijín.
De acuerdo con la investigación, fueron detenidas 11 personas que habrían diseñado toda una estrategia para cobrarle fuertes montos de dinero para ayudarlos supuestamente en su travesía a los emigrantes de países como Cuba, China, Somalia, Nigeria, Angola, Pakistán, India y Bangladesh, que buscaban llegar a los Estados Unidos pasando por Colombia.
El director de Dijín, el general Fernando Murillo, señaló que los 11 capturados fueron puestos a disposición de las autoridades competentes y se les imputó por parte de la Fiscalía General de la Nación los delitos de concierto para delinquir, tráfico de migrantes y enriquecimiento ilícito de particulares, siendo todos cobijados con medida de aseguramiento domiciliaria privativa de la libertad en Pasto.
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“Estos individuos, quienes tenían su centro de operaciones en la ciudad de Pasto – Nariño, se encargaban de establecer reuniones en diferentes centros ilegales de acopio de migrantes, ubicados en las afueras de las instalaciones de la terminal de transporte de Pasto, como en hoteles y parqueaderos de esta misma ciudad, donde recibían el dinero de sus víctimas, que oscilaba entre 150 a 350 dólares por persona, con el fin de embarcarlas en buses de transporte público y buses piratas, con destino a Medellín o Necoclí (Antioquia)”, agregó el oficial.
Añadió que “del recaudo del dinero se encargaba alias “Fernando”, quien se valía de casas de cambio clandestinas para monetizar en pesos colombianos el dinero que después era repartido entre los miembros de la organización y enviado también por empresas de giros o consignado en algunos casos a cuentas bancarias de otros integrantes”.
Así mismo indicó el alto mando que “en ocasiones, el grupo criminal, como garantía del negocio, cobraba la mitad del dinero a los migrantes, con la condición de que cuando estos llegaran al punto de destino se entregara la otra parte por el servicio de coyotes, garantizándoles así el viaje a sus víctimas”; el traslado de los migrantes lo realizaban desde las ciudades de Ipiales o Pasto en buses de transporte público o particular, para luego ser entregados a otros integrantes de la organización delincuencial, quienes cobrarían otra suma de dinero para que los llevaran desde Necoclí “por vías fluviales en lanchas o botes, hasta Acandí o Capurganá, en donde eran entregados a otros coyotes, quienes cobrarían otra parte del dinero, para iniciar su desplazamiento a pie o a lomo de mula para cruzar la selva con destino a panamá”.
Por su parte, un agente que participó en la investigación señaló que estas personas “tenían diseñada toda una estrategia, todo un engranaje, el cual le ofrecía al migrante la opción de poder ingresar al país de manera regular, sin ser detectados por las autoridades. Igualmente, ofrecían el servicio de alojamiento, alimentación y obviamente el transporte en vehículos que eran utilizados como instrumento para la actividad delictiva”.
Añadió que “los integrantes de esta organización los dejaban a su suerte (migrantes) en la ciudad de Pasto, no les interesaba en qué circunstancia o cómo iban a poder descansar en las noches, en un buen hotel, en lugares donde se les ofreciera garantías mínimas de salubridad y comodidad. Igualmente sucedía con la comida, eran asaltados en su buena fe y les quitaban todo el dinero que traían y a pesar de los reclamos, del clamor de estas personas, ya que venían mujeres embarazadas y niños de brazos, estos integrantes de la organización simplemente los dejaban abandonados”