PLANEACIÓN
Golpe contra el POT
SEMANA conoció un informe del Consejo Territorial de Planeación Distrital que concluye que “no se justifica la expansión urbana” contemplada para construir 834.000 viviendas en Bogotá. ¿Podría esa idea afectar la aprobación del POT?
Hace poco, la Secretaría de Planeación presentó ante el Concejo de Bogotá el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial. Se trata de la hoja de ruta que trazará el futuro de la ciudad para los próximos 12 años. El documento contempla proyectos tan importantes como el metro elevado, la construcción de vivienda y, en general, el uso del suelo de la capital.
El Consejo Territorial de Planeación Distrital (CTPD), la máxima instancia de planeación participativa de Bogotá, se acaba de manifestar de forma preliminar frente al POT: “Es un acto administrativo que carece de validez por presentar una disconformidad entre la realidad fáctica y los fundamentos consignados como los elementos que motivaron la decisión de concertar”, dice el comunicado.
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Carlos Roberto Pombo, presidente de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá y miembro del Consejo Territorial de Planeación, le explicó a SEMANA que consideran muy grave que las proyecciones no tengan en cuenta las cifras definitivas del censo. “El director del Dane ha dicho que solo hasta septiembre de este año se sabrá la cifra exacta de cuántos habitantes habrá en Bogotá. Teniendo en cuenta que el POT se hace cada 12 años y requiere rigor, ¿por qué no esperar hasta esta fecha?”.
En la misma línea, otros miembros de ese Consejo argumentan que el aval que dio la CAR para presentar el POT ante el Concejo contenía cuantías basadas en el censo de 2005, que estimaban que Bogotá tendría 8,1 millones de habitantes. “Al tener esta cifra, que no es, la proyección de viviendas supera lo que realmente requiere la ciudad. Está hecha sobre un supuesto falso”, dijo Pombo. Explicó también que, según el análisis de varios urbanistas en Ornato, no serían necesarios más de 245.000 hogares, una cifra muy alejada de lo que ha planteado la administración de Enrique Peñalosa. Por eso, Pombo insiste, de forma respetuosa, en que el Distrito considere la nueva realidad del censo y que espere hasta que estén las cifras definitivas.
La administración Peñalosa ha insistido en que al elaborar el POT analizó cuidadosamente las cifras de la ciudad. Presentó al Concejo el plan hace pocos días.
La Secretaría de Planeación ha explicado en varias oportunidades que sí tuvieron en cuenta los resultados del Dane en 2018, y que, por eso, la administración ajustó la meta de viviendas de más de un millón a 834.000. También afirma que para el plan de vivienda no contaron únicamente con la cantidad de población, sino con la cifra de crecimiento de la ciudad. Según Planeación, entre 2005 y 2017 hubo 1.487.183 nacimientos en Bogotá. A ese número le suman la migración neta (los que entran menos los que salen) que fueron 273.000, y le restan la cifra de personas que murieron, 394.068. “Eso nos mostró que Bogotá en esos años creció 1.366.115 habitantes”, dijo Andrés Ortiz, secretario de Planeación, a SEMANA.
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No obstante, para el Consejo Territorial de Planeación lo más sensato sería esperar hasta septiembre. Con las nuevas cifras, la capital tendría que enfocarse en mejorar lo que ya existe en vez de construir nuevas viviendas. Esa afirmación se sustenta en que cada vez hay menos personas por hogar, y, por lo tanto, las construcciones en el futuro tendrían que ocupar menos espacio, en vez de estar pensando en la ampliación urbana.
El CTPD se pronunciará de forma definitiva el 31 de julio y, seguramente, argumentará lo mismo que en esta oportunidad. Aunque su postura no implica que se hunda el POT, sí podría tener mucho peso en la decisión que tome al respecto el Concejo Distrital, instancia encargada de darle la aprobación final. De lo que suceda con este debate dependerán, entre otros, obras como la primera línea del metro y proyectos inmobiliarios como el de Lagos de Torca, Ciudad Norte y los cercanos a la reserva Thomas van der Hammen. De nuevo, la historia de los planes de ordenamiento territorial en Bogotá parece de nunca acabar.