GUERRA OTRA VEZ?

LA MUERTE DE ARIEL OTERO PARECE INDICAR QUE SE REANUDO LA GUERRA ENTRE LOS CARTELES DE LA DROGA

10 de febrero de 1992

CUANDO PABLO ESCOBAR GAVIRIA SE ENtregó a las autoridades, el 19 de junio del año pasado en la cárcel de Envigado, el país tuvo la certeza de que se le estaba poniendo punto final a una de las guerras más sangrientas que haya vivido Colombia en su historia contemporánea. Con Escobar tras las rejas, acompañado de sus principales lugartenientes, y con parte de su organización militar desmontada, también se llegó a pensar que la guerra entre los carteles de Medellín y Cali había cesado.

Sin embargo, apenas comenzaba el año cuando los colombianos fueron sorprendidos por una serie de noticias que empezaban a dar la impresión de que las cosas podrían ser distintas. Nuevos episodios de sangre y acusaciones de un bando al otro dejaron al descubierto que si bien los dos grandes ejes de Pablo Escobar y Gilberto Rodríguez Orejuela no emitían abiertamente una declaración de guerra, el enfrentamiento entre las dos organizaciones parecía estar más caliente que nunca.

Desde finales del año pasado se registraron en el Valle una serie de asesinatos y de atentados fallidos, cuyo común denominador era el de tratarse de personas poco conocidas, pero que las autoridades tenían ubicadas como vinculadas al tráfico de drogas. En un principio fueron interpretados como ajustes de cuentas entre bandas de traficantes, pero a medida que la oleada de violencia aumentó empezó a surgir la sospecha de que se podía tratar del antiguo enfrentamiento entre los carteles de Cali y Medellín.

El primer campanazo del año sonó el pasado seis de de enero. A los medios de comunicación llegó un comunicado con el membrete de Los Extraditables" en que se anunciaba la reactivación de su aparato militar para contrarrestar las acciones emprendidas por el cartel de Cali. En el mensaje se acusaba directamente a Gilberto Rodríguez de haber entregado a la DEA información sobre el paradero de Dandenys Muñoz, alias. "La Quica", que terminó con su captura el 25 de septiembre del año pasado en una calle de Nueva York, También señalaban a Rodríguez Orejuela de haberle dado protección a Ariel Otero, a cambio de llevar a cabo un plan para atentar contra los miembros del cartel de Medellín y sus familiares. De igual manera el comunicado señalaba que Jorge Enrique Velásquez González, "EI Navegante", quien pertenece al grupo de Cali, fue la persona que entregó información a las autoridades para dar con el paradero de Gonzalo Rodríguez Gacha, "EI Mexicano", abatido en un operativo por el Cuerpo Elite de la Policía en Coveñas el 15 de diciembre de 1989. Era la primera vez que el llamado grupo de "Los Extraditables" se pronunciaba desde la entrega de Pablo Escobar y desde el anuncio de la desmovilización de su aparato militar. La caída de la extradición y el juzgamiento de narcotraficantes en Colombia parecían ser razones de suficiente peso como para dar por terminada la organización que sembró el terror en Colombia durante los últimos cinco años.

Por eso las mismas autoridades y los cuerpos de seguridad del Estado tenían serias dudas sobre la autenticidad del comunicado. A eso se sumó que 24 horas después eI propio Pablo Escobar, en una carta con su firma, huella digital y con el sello de la dirección de la cárcel de máxima seguridad de Envigado, negó tener cualquier relación con el mensaje aparecido el día anterior. Y afirmó que mantenía una firme voluntad de respeto por la paz, por la justicia y por la democracia en Colombia".

La respuesta del jefe del cartel de Medellín dejó en el aire una serie de interrogantes que se han convertido en un rompecabezas para las autoridades. En primer lugar, si Escobar no conocía la elaboración y distribución del comunicado y éste a su vez es auténtico echo que no se ha descartado para los organismos de seguridad existe la posibilidad de que se haya presentado una disidencia en la organización de Medellín y que muchos de sus antiguos socios hayan decidido montar toldo aparte.

Esta hipótesis se basa en que muchos de los miembros del cartel de Medellín sufrieron en carne propia los rigores de la guerra que libró Pablo Escobar contra el Estado. Ellos pagaron millonarias "vacunas" en dólares para financiar el aparato militar de Escobar.

Pero si hay interés de los socios de Escobar por reactivar una guerra a cambio de saldar viejas cuentas, también hay muchos enemigos suyos que no perderían la ocasión de buscar justicia por sus propios medios y cobrarle al jefe del cartel de Medellín las deudas pendientes en distintos campos. Por eso las autoridades tampoco descartan la posibilidad que detrás de todo esto estén las manos de personas que no pertenecen a ninguno de los dos bandos, pero que conocen a fondo la estructura de los carteles, y tienen los elementos para producir un comunicado como el que salió el pasado seis de enero. Para las autoridades, el comunicado de "Los Extraditables" tiene muchos elementos ciertos, pero no concuerda con la forma tradicional de sacarlos a la luz pública. "Al denunciar que eI cartel de Cali entregó a "La Quica" y a Rodríguez Gacha se contradice la forma en que opera la organización militar del cartel de Medellín. Durante todos estos años de guerra demostraron queprimero han realizado sus acciones y despues dicen las razones por las cuales las lIevaron a cabo. En este caso se pretendió denunciar un secreto a voces para buscar una desestabilización y prender la chispa que lIevara de nuevo a la guerra", señaló a SEMANA uno de los investigadores.

Pero independientemente de la autoría real de ese comunicado, y aunque los dos grandes capos de los carteles no están en primera línea de combate, lo cierto es que hay una reactivación de la violencia en las últimas semanas, la cual ha dejado un reguero de muertos pertenecientes a ambos bandos. Según estadísticas de los organismos de seguridad, en los últimos seis meses cerca de 50 personas vinculadas a las organizaciones del narcotráfico han sido asesinadas.

¿Pero cuáles son las razones que hay en el fondo para reactivar una guerra entre los dos carteles? Muchas son las teorías que se han manejado al respecto. Para los organismos de seguridad existen tres hipótesis sobre las causas del recrudeeimiento de esa batalla campal.

La primera tiene que ver con la detención de Dandenys Muñoz en Nueva York. SEMANA estableció con fuentes de los organismos de seguridad que la detención del jefe de sicarios del Cartel de Medellín fue posible gracias a una información concedida por una persona que se identificó como miembro del cartel de Cali. "El informante sólo se limitó a decir que 'La Quica' estaba en Los Angeles y que teníamos que apresurarnos o si no perdíamos su rastro", indicó una fuente de los organismos de seguridad.

De acuerdo con información oficial, "La Quica" estuvo en cuatro oportunidades en Estados Unidos. La segunda de ellas fue llevado por un hombre que se conoce como "El Piloto", quien hoy se encuentra detenido en una cárcel estadounidense. En esa oportunidad, Dandenys Muñoz hizo contacto con miembros del cartel de Cali y se ofreció para trabajar con su organización. La propuesta de "La Quica", al parecer, debió no ser tan descabellada a pesar de que la gente de Cali sabía de su cercanía y amistad con Escobar. Pero Dandenys Muñoz ofreció algo que ninguna otra persona del narcotráfico podía ofrecerle a la gente de Cali: llevarse a esas filas a los agentes distribuidores de Medellín en Nueva York y manejar el 100 por ciento del negocio. Lo cual podría significar una cifra cercana a los 20 mil millones de dólares anuales.

A pesar del atractivo ofrecimiento, la decisión no se podía tomar de inmediato. No dejaba de ser sospechoso que uno de los hombres que más dolores de cabeza le había causado al cartel de Cali les estuviera pidiendo trabajo, aun a pesar de todos los episodios ocurridos en los últimos meses, entre ellos la entrega del número uno de su organización. Por eso le comunicaron que tenía que esperar algunos días para recibir una respuesta. "La Quica" regreso a Colombia, y después de permanecer unas semanas en Medellín fue contactado por la gente de Cali que le llevó el mensaje de que que había la posibilidad de llegar a un acuerdo. Para que eso ocurriera era necesario viajar a Cali y finiquitar allí la negociación. Después de su visita a la capital del Valle, Dandenys Muñoz se alistó para viajar a Nueva York y emprender su nuevo trabajo.

Sin embargo, según las autoridades, "La Quica" tenía en mente un plan distinto. "Sabemos de información de primera mano que Dandenys Muñoz se reunió con Pablo Escobar en la cárcel de Envigado días antes de salir para Estados Unidos. Estuvo en compañía de su hermano Tayson. Cuando viajó a Los Angeles, la organización del cartel de Cali ya sabía de esa visita y por ese motivo se produjo su entrega", señaló a SEMANA una fuente oficial.

Pero es posible que el enfrentamiento no se esté dando en los términos en que se ha manifestado en el pasado. Podría haber, según los investigadores, una nueva fuerza que aún no se ha dejado ver con total claridad. Se trata de la aparición de un nuevo cartel del narcotráfico que se ha dedicado en forma intensa al manejo de los cultivos de la amapola. Para las autoridades, este es un grupo particularmente violento, lo cual es una afirmación contundente si se tienen en cuenta los antecedentes de los narcos en esta materia.

Sus miembros son antiguos militantes de los dos principales carteles de la droga, quienes encontraron en el procesamiento de la heroína un negocio mucho más lucrativo y rentable que el de la coca. Su interés es poder penetrar los mercados internacionales que hoy están en manos de Cali y Medellín, y que por su fortalecimiento son muy difíciles de desplazar. Para este sector, un enfrentamiento armado entre ambos bandos. y en unas dimensiones tales que logre producir prácticamente el exterminio de sus jefes. sería la mejor alternativa en las actuales circunstancias. Según las autoridades, el nuevo cartel no sólo pretende manejar el trafico de heroína sino que también busca abastecer la demanda de cocaína, especialmente en Estados Unidos. Por esta razón, los organismos de seguridad creen que detrás de los asesinatos y de las revelaciones del comunicado aparecido el seis de enero, bien pueden estar los miembros del nuevo cartel de la amapola. Su trayectoria como socios de Cali y Medellín les permitió conocer en detalle las cuentas pendientes que había entre una y otra organización, y qué mejor que sacar los trapos al sol en un momento en que la situación sería más que favorable para los nuevos hombres del negocio de los narcóticos.

"El cartel de la amapola es una organización conformada por narcotraficantes de los dos sectores Cali y Medellín que representaron en su momento las posiciones más violentas y radicales. Ellos han tenido como método para saldar cuentas el del terrorismo, saben de las debilidades de uno y otro bando, y saben además que si logran sacar provecho de ello, están ante la perspectiva de convertirse en los líderes mundiales en eI mercado de la droga. Eso no se puede desconocer y no sería nada raro que ellos fueran los primeros interesados en que Cali y Medellín reanuden su guerra", dijo a SEMANA uno de los investigadores de los organismos de inteligencia del Estado. Lo que no está claro para los investigadores es si la violencia que se está registrando por estos días significa que los carteles cayeron en la celada y se están enfrentando, o si los nuevos sectores están actuando solos.

La tercera hipótesis que barajan los investigadores es la de que buena parte de los episodios de violencia vividos en las últimas semanas en Cali y Medellín giran alrededor del jefe de las autodefensas del Magdalena Medio, Ariel Otero, cuyo cadáver apareció el viernes de la semana pasada en un paraje cercano a Puerto Boyacá. Otero fue encontrado en la glorieta de la carretera central que conduce de Bogotá a Medellín, a 15 kilómetros de Puerto Boyacá. Un campesino de la región encontró el cuerpo del hombre que durante cinco meses dirigió a las autodefensas y que un mes antes había entregado parte de sus armas. Otero había sido asesinado dos días antes, posiblemente en Cali, y su cuerpo apareció con señales de tortura y con un letrero pintado a la altura de su pecho que decía: "Ariel Otero: por asesino, ladrón y traidor ".

Este ex teniente del ejército, que llegó hace 12 años al Magdalena Medio con el fin de combatir a la guerrilla, se convirtió en los dos últimos meses en el hombre más amenazado del país. Después del asesinato de Henry de Jesús Pérez, el 20 de julio del año pasado, asumió la dirección de una organización dedicada fundamentalmente a combatir a la guerrilla, pero que en su relativamente corta trayectoria había estado vinculada al narcotráfico y, posteriormente, enfrentada a muerte con el cartel de Medellín. A comienzos del año pasado las autodefensas le declararon la guerra a Pablo Escobar y en esa guerra no fueron pocos los muertos de bando y bando. En medio de ese enfrentamiento, y durante un acto religioso en la catedral de Puerto Boyacá, fue asesinado Henry Pérez por un sicario que le disparó a quemarropa ante la mirada de los 27 guardaespladas que tenían la responsabilidad de su seguridad. Minutos después del crimen, Otero señaló a Escobar como el autor intelectual de la muerte de Pérez, a pesar de que el jefe del cartel de Medellín ya se había entregado a las autoridades en Envigado.

Cinco meses después de la muerte de Pérez, Otero decidió llevar a cabo la desmovilización del movimiento. En esa ocasión señaló que lo hacía para evitar una guerra entre las mismas directivas de las autodefensas, pues había tantas armas y tantas envidias que no había razón para acabar con la paz de una zona que combatió durante tantos años a la guerrilla. Sus detractores, los mismos que combatieron al lado de él a los frente de las FARC, lo acusaron de " vendido y ladrón" y lo setenciaron a muerte. Cuando se llevó a cabo la desmovilización de las autodensas, que al final fue de apenas 400 hombres que entregaron 600 armas por un costo de dos mil millones de pesos, Otero desapareció del panorama y muchos pensaron que no se volvería a oír hablar de él.

Pero la historia habría de ser bien distinta. Una semanas después de la entrega se conoció que Otero había abandonado a Puerto Boyacá rumbo a Cali, donde recibió protección de un sector del cartel de (cali conocido como la "Organización del Norte del Valle". "Otero no tenía otra opción. O se aliaba con eI cartel de Cali o tenía que salir del país. Tenía demasiados enemigos. Por eso decidió unirse a la gente de Cali, posiblemente a cambio de organizar un plan para matar a Pablo Escobar en Envigado ", dijo a SEMANA una fuente de los organismos de seguridad.

Lo cierto es que el propio comandante dc las autodefensas sostenía que había comprado un terreno cerca a la cárcel de Envigado y que allí mantenía 35 hombres que vigilaban día y noche los movimientos de la cárcel de máxima seguridad donde se encuentra Pablo Escobar. Dos días después de la carta, en el que Escobar desmiente su participación en la elaboración del comunicado de " Los Extraditables ", Ariel Otero envió una nota a la prensa en la que afirmó que Escobar pretendía desinformar y confundir a la opinión pública para justificar atentados contra la ciudadanía. En esa misma carta dijo igualmente que no estaba bajo la protección de Rodríguez Orejuela, pero que sí se encontraba en Cali, donde había sido objeto de un atentado el 27 de diciembre en una zona conocida como Paso-Ancho. Las autoridades confirmaron a SEMANA que ese día se desactivaron tres bombas en ese sector, que estaban dirigidas contra Otero y "El Navegante", quienes se encontraban reunidos en una casa.

No se descarta, sin embargo, que los autores de la muerte de Otero se encuentren entre sus viejos compañeros de filas. De acuerdo con los informes oficiales, desde la muerte de Pérez comenzó una guerra interna por la comandancia del movimiento de autodefensas. El nombramiento de Otero creó serias discrepancias al interior de la organización y un sector culpó del asesinato de Pérez al propio Otero. Sólo dos meses después el nuevo comandante de las Autodefensas contó lo que había ocurrido con Pérez. En esa oportunidad no relacionó de manera directa a Escobar con el asesinato y dio nuevas pistas sobre lo ocurrido ese 20 de julio en Puerto Boyacá: "Miembros de la dirección de las Autodefensas vendieron a Pérez por 500 millones de pesos a la organización de Víctor Carranza. El quería apoderarse de esta zona para comenzar a manejar eI negocio del lavado de dólares con un grupo muy poderoso de narcotraficantes que opera en esta región. Por esa razon nos vimos en la obligación de llevar a cabo una limpieza al interior del movimiento y ejecutar a tres de sus miembros que participaron en esta acción", señaló Otero.

Los organismos de seguridad del Estado reflejan un cierto grado de confusión en medio de toda esta maraña de violencia sin origen inmediato conocido. Lo que sí es claro para ellos es que el país está ante episodios producidos por el narcotráfico, pero afirman que el esquema de amistades y enemistades de esos sectores de delincuentes ha llegado a tal grado de complejidad, que las manifestaciones de violencia se han vuelto igualmente oscuras. Para los investigadores es posible que esté sucediendo una de dos cosas: el inicio de una nueva etapa de la ya tradicional lucha entre los carteles de la droga, o el nacimiento de un tercero en discordia que podría hacer de este enfrentamiento un choque de colosos de una violencia sin precedentes.