GUERRA PARA RATO
Agotado por ahora el diálogo, hay que prepararse para una larga guerra con la subversión.
LA HISTORIA HABIA COMENZADO CASI TRES meses atrás. Una pareja de desertores de las Farc le había revelado a principios de marzo al Ejército instalado en el área de Urabá, que se estaba dando una inusual concentración de por lo menos cuatro frentes de esa organización guerrillera. Desde ese momento el Comando Operativo #1, con sede en Carepa, resolvió activar sus redes de inteligencia en la región en busca de mayores informes.
Los datos recolectados produjeron a los pocos días cierta explicable preocupación. Aparte de la concentración de los frentes, los números V, XVIII, XXXIV y XXXV, los informes coincidían en hablar de una fecha importante para la culminación de una serie de acciones de gran envergadura: el 28 de mayo.
Para quienes llevan algún tiempo combatiendo a las Farc, no se trata de una fecha cualquiera. En efecto, un 28 de mayo hace 30 años, la sigla FARC fue estrenada para la historia de la violencia en Colombia, con una acción de la que todavía se sigue hablando: la toma de Marquetalia.
Muy pronto los informes de inteligencia comenzaron a ser confirmados con hechos. El 13 de mayo la guerrilla montó retenes entre Taparales y La Llorona, en cercanías de Dabeiba, municipio cuyo puesto de Policía fue hostigado al amanecer del día 20. Un guerrillero que resultó herido, fue capturado e interrogado. Ese mismo día, el ministro de Defensa Rafael Pardo llegó a la región para una inspección prevista semanas atrás, y tuvo oportunidad de analizar algunos de los datos recolectados.
Para entonces, el Comando Operativo ya sabía bastante: el objetivo de la concentración de frentes de las Farc era realizar una toma de gran impacto y proporciones al municipio de Dabeiba uno de los pocos de la región gobernado por un alcalde liberal y no por uno de la Unión Patriótica. Los planes incluían la voladura de tres puentes, de algunas torres de energía y antenas de telecomunicaciones. Todo parecía indicar que las Farc buscaban celebrar su aniversario con un acto que demostrara que, en contra de lo que muchos podían pensar, la paz no había llegado al Urabá a pesar del exitoso proceso con el EPL, antiguo amo y señor de la zona.
Se trataba no sólo de realizar una toma sangrienta de Dabeiba, que alcanzara los mismos niveles de destrozo que tuvo que soportar Saiza, en Córdoba, en 1988. El objetivo era también el de suspender por tiempo indefinido el servicio de energía eléctrica, el transporte y las telecomunicaciones de Dabeiba y de todo el Urabá con el resto del país.
"Controlar Dabeiba es mucho más que simplemente tomarse un municipio: es adueñarse de la puerta de entrada al Urabá", le dijo a SEMANA una alta fuente del comando de las Fuerzas Militares. (Ver mapa).
LA BATALLA DE DABEIBA
Cuando el ministro llegó a la zona ese miércoles, encontró a la cabeza del Comando Operativo, al avezado y fornido coronel de artillería Julio Eduardo Charry Solano, de 41 años. El coronel Charry, quien en el pasado se desempeñó como asesor de Pardo cuando éste se encontraba al frente de la Consejería de Seguridad, ya había ordenado las primeras acciones de respuesta a los movimientos de la guerrilla. Para empezar, infiltró en las altas montañas que encañonan a Dabeiba, dos pelotones de soldados profesionales contraguerrilla. El viernes 22, al presentarse nuevos retenes guerrilleros en la carretera, el Comando ordenó reforzar a los dos pelotones con un grupo blindado. Al caer el día, era ya evidente que para evitar nuevos ataques de los alzados en armas, los pelotones debían penetrar la zona y empezar a acosar al enemigo.
Así se decidió, a pesar de que para hacerlo, el sábado 23 en la mañana, los soldados debían atravesar a pie el profundo y peligroso cañón del sitio de La Llorona, uno de los muchos que caracterizan las escarpadas estribaciones de la cordillera Occidental al sur del Urabá antioqueño. El calor, también característico del área, se hizo insoportable con el avance del día. Era un bochorno de invierno, al que contribuía el cielo encapotado de nubes bajas y oscuras.
Pero lo que llovió no fue agua sino bala. En poco menos de 12 minutos, un oficial, un suboficial y 13 soldados resultaron heridos de muerte. Un segundo suboficial y cuatro soldados más fueron heridos de cierta gravedad. Otros cinco soldados desaparecieron, y al cierre de esta edición se presumía que estaban en manos de la guerrilla. El pelotón blindado, que seguía de cerca a los soldados, también fue atacado y uno de los tanques Cascavel fue rozado por un rocket.
El domingo los refuerzos llegaron a la zona. Se trataba del batallón contra guerrilla de la Brigada XI, que penetró el área, comenzó a recoger los cadáveres de sus compañeros y recuperó un valioso material militar. Gracias a la concentración de las fuerzas de los cuatro frentes guerrilleros y a que el cielo por fin se destapó el lunes 25, resultó fácil ubicar desde el aire los movimientos de los sediciosos. Le llegó entonces la hora a dos aviones A7 y a cuatro helicópteros artillados que barrieron las faldas y filos de las montañas, y el fondo de los cañones. Los sobrevuelos eran seguidos por el ingreso de los soldados.
Los campesinos, las fuentes de mayor credibilidad en la región, aseguran que entre el lunes y el martes y como consecuencia de los bombardeos y el acoso de las tropas, fue posible contar unos 35 guerrilleros muertos. Pero como en las Farc es costumbre retirarse con los compañeros muertos al hombro, en esas 48 horas el Ejército sólo completó 19 levantamientos de cadáveres. Al cierre de esta edición, sin embargo, todo indicaba que los levantamientos prerrequisito para que las autoridades contabilicen de manera oficial las bajas guerrilleras iban en aumento.
EL BALANCE
El costo inicial de la operación fue indiscutiblemente alto.
Pero el balance no puede parar ahí. Ni siquiera debe limitarse a cruzar las 15 bajas del Ejército con las 19 o más de las Farc. Como dijera hace pocos días en una sesión del Congreso el ministro de Defensa, "me niego a hacer los balances contando litros de sangre".
Lo que debe analizarse en este caso es un conjunto de situaciones novedosas que significan una ruptura con lo que tradicionalmente sucedía en el pasado. Para empezar, hay que decir que, ante la inminencia de una importante y seguramente sangrienta toma guerrillera de un municipio de cierto valor estratégico, por primera vez el Ejército llegó antes y no después. Y no sólo llegó antes, sino que logró evitar que la toma se llevara a cabo y que, con ella, se presentara la secuela de voladuras de puentes, torres y antenas, que tenían por objeto incomunicar a la región y hacerse al control de la puerta de entrada del rico Urabá antioqueño.
La realidad es que ni hubo toma, ni las Fare pudieron celebrar con sangre el cumpleaños del 28 de mayo. Es más, la concentración de sus cuatro frentes les resultó y posiblemente les seguirá resultando costosa, a juzgar por el número de bajas contabilizadas en sus filas, y por el hecho de que al terminar la semana, la persecución a los cuatro frentes concentrados cerca de Dabeiba continuaba. La solicitud desesperada de la Coordinadora Guerrillera para que se hicieran presentes en el área representantes de la Cruz Roja es un hecho sin precedentes que demostraba el grado de acoso militar a que está siendo sometida la guerrilla. Y como para rematar, la prueba de que el Ejército se había hecho al control de la zona la dio el propio presidente Gaviria al trasladarse el viernes a Dabeiba para felicitar personalmente a oficiales y soldados por haber evitado lo que un alto funcionario de la Casa de Nariño calificó como "la más grave tentativa de adquirir control regional, hecha por las Farc en lo que va de este año".
Pero quizá lo más importante es que los avances de las Fuerzas Militares en su lucha contra la guerrilla, no se limitan al caso de Dabeiba. Este sin duda fue el episodio de mayor impacto a nivel de medios de comunicación, y esto se debe curiosamente a los titulares que registraron las primeras bajas en las filas del Ejército. Menos primeras páginas pero similar significado militar tuvieron los enfrentamientos de Cocorná y Padilla.
En Cocorná, en el departamento de Córdoba, el 19 de mayo y después de una labor de varias semanas de recibir informaciones de un grupo de infiltrados en el IX frente de las Farc, la tropa detectó la ubicación de un importante campamento guerrillero, lo atacó sorpresivamente, mató a 19 alzados en armas e incautó importante material de guerra y comunicaciones.
En Padilla, en el Cauca, el 22 de mayo a las 4:45 de la madrugada se presentó un ataque guerrillero a la población. Como el Ejército había detectado ciertos movimientos sospechosos, se encontraba alerta y eso permitió responder el ataque y golpear duramente a la guerrilla durante su repliegue. El resultado fue de 13 guerrilleros muertos a las pocas horas de producido el intento de asalto.
UN NUEVO ESCENARIO
Dabeiba, Cocorná Y Padilla, Al igual que otros episodios como los sucedidos en los últimos días en Corinto, en el Cauca, y Peque y Frontino en Antioquia, y en los que en términos generales las Fuerzas Militares han demostrado una mayor capacidad de infiltración, planeación, prevención y respuesta, son el resultado de las nuevas circunstancias que rodean la actividad contraguerrillera y que responden al profundo proceso de rediseño y reestructuración del aparato militar, iniciado por el Gobierno el año pasado, después de la sangrienta y destructiva ofensiva terrorista con la que la Coordinadora Guerrillera respondió a la toma del baluarte de La Uribe.
En términos generales, esta nueva estrategia se podría resumir en los siguientes puntos:
.Inteligencia: Hay hoy una mayor capacidad económica para comprar información, evidenciada en el hecho de que los nuevos presupuestos militares ya no asignan la ridícula cifra de 30 mil pesos mensuales por brigada para estos efectos sino de un millón de pesos, que aunque es insuficiente ya es una cifra significativa.
.Programa de desertores: En las regiones más calientes, los comandos militares están en capacidad de pagar hasta 500 mil pesos a los desertores que se entreguen y ofrezcan información sobre el frente al que pertenecían; si se entregan con un fusil, reciben 100 mil pesos adicionales, y si sus informes conducen a la captura del comandante del frente, el premio se eleva a un millón de pesos. Más de 600 desertores se han acogido a estos beneficios en todo el territorio nacional desde cuando, a mediados del año pasado, este programa cobró vida.
.Brgadas móviles: Esta novedad, introducida a fines de 1989 y con la cual fue posible golpear al EPL con suficiente dureza como para obligarlo a acogerse al proceso de paz, se consolidó y amplió el año pasado, gracias al impuesto de guerra. Hoy hay dos brigadas móviles operando, con la ventaja que les significa no depender de ningún mando regional y poder pasar de los territorios de una brigada a otra en persecución de un determinado frente guerrillero, sin pedirle permiso a ningún superior. Ventaja adicional significa la continuidad que garantiza aprovechar la experiencia acumulada por meses por una brigada móvil en la persecución de un mismo frente o grupo de frentes guerrilleros.
.Soldados profesionales: Son escogidos entre los mejores soldados regulares que, al terminar su servicio militar, se presentan como candidatos a este rango.
Ganan cerca de dos salarios mínimos que pueden, en términos generales, ahorrar, pues sus gastos de alimentación y vestuario están cubiertos. Reciben previamente y después de prestar el servicio, dos meses de entrenamiento especializado en lucha contraguerrilla. Pueden ser asignados a una brigada móvil o al batallón contraguerrilla de cualquier otra brigrada.
.Tropa regular para control de área: Como labor complementaria a la de las brigadas móviles y los batallones contraguerrilla, las tropas regulares se ocupan del control de las áreas sobre las cuales los soldados profesionales han cumplido previamente una labor,de destrucción del aparato guerrillero. Se trata de que éste no se reactive cuando los contra guerrilla se retiren, con el objetivo de evitar que los guerrilleros se infiltren y mimeticen en la población campesina una vez pasada la ofensiva represiva.
.Apoyo blindado y aéreo: Tanques Urutú y Cascavel, así como aviones A37 y helicópteros artillados apoyan de manera permanente a la tropa cuando ésta hace contacto con la guerrilla. En este caso también el tema presupuestal es importante, pues buena parte de los recaudos del impuesto de guerra se han podido dirigir ya no a la compra de K-fires o al arreglo de submarinos, sino al mantenimiento y gastos de operación de estos equipos, de tal manera que hoy se presentan mucho menos los casos de inmovilización de estos aparatos por falta de combustible o repuestos.
EL DIALOGO MARCHITO
Las anteriores condiciones resultan hoy más necesarias que nunca, cuando la vía del diálogo y de una solución negociada al conflicto guerrillero se encuentra en su peor momento, tras el fracaso de la ronda de conversaciones de Tlaxcala. La realidad es que son pocos los conocedores del tema que le otorgan hoy alguna posibilidad de éxito a corto o mediano plazo a una negociación con la Coordinadora.
El ministro de Gobierno, Humberto de la Calle, ha pasado del "optimismo moderado" de que hablaba el año pasado, a una visión mucho más pesimista del asunto: "Todo indica le dijo a SEMANA que será necesario que pasen muchos meses, de pronto hasta años, antes de que la guerrilla, quizá bajo una fuerte presión militar, replantee sus objetivos y se le mida en serio al diálogo".
Y no es el único. Tanto en el Gobierno como en amplios sectores de opinión ha hecho carrera la idea de que las posibilidades del diálogo, hoy más que escasas, son casi nulas. El Presidente ha yuelto a endurecer su lenguaje, como lo demostró el jueves en un discurso en el que no rebajó a los guerrilleros de sicarios, narcotraficantes, amapoleros, bandoleros, cínicos y campeones en la violación de los derechos humanos.
La realidad es que esta convicción ha ganado cada día más adeptos debido principalmente a que un número créciente de colombianos considera que la guerrilla dejó hace tiempos de ser una organización con objetivos políticos, para convertirse en una mera empresa del crimen, como lo demuestran las más recientes revelaciones sobre sus fuentes de financiación (ver recuadro).
"No hay programa de reinserción que pueda resultarle atractivo a un guerrillero de las Farc o el ELN, que maneja los generosos fondos producto de la extorsión, el secuestro, el cobro del gramaje a los narcotraficantes y el uso de dineros públicos provenientes de los departamentos ricos en regalías del petróleo y el carbón", manifestó en tono decepcionado un funcionario de la Consejería de Paz, que participó en los diálogos de Caracas y Tlaxcala. "Una curul en el Congreso puede ser interesante horizonte para Alfonso Cano, pero no para los jefes de finanzas de los frentes", agregó.
MOMENTOS DE DECISION
Lo que parece entonces quedar en claro es que tendremos guerra para rato. Teniendo en cuenta que poco o nada se puede entrar a negociar con una guerrilla con las motivaciones de lucro antes mencionadas, la única salida es la de fortalecer los instrumentos de lucha militar para golpear suficientemente duro a los alzados en armas, como para convencerlos de que una salida negociada es mejor opción que los negocios a que se dedican actualmente.
Pero que la opinión se esté convenciendo de lo anterior no equivale a decir que esté igualmente convencida de que es posible ganar esta guerra.
Aunque la confianza en la efectiva del Ejército parece ir en aumento (ver encuesta), se necesita mucho más que los últimos operativos para que la sociedad colombiana se decida a librar y ganar las batallas que hacen falta. Baste recordar la experiencia de la guerra contra el narcotráfico bajo la administración Barco, y lo cambiante que resultó la opinión de entonces. A los pocos días del asesinato contra Luis Carlos Galán, en agosto de 1989 el país rodeaba al Gobierno y a los organismos de seguridad, pero después de atentados como el del edificio del DAS a principios de diciembre, los colombianos, presas del miedo, se fueron ablandando.
Sin duda, la solidaridad de la opinión se conquista con nuevos y mayores éxitos en el campo militar. Para que esto sea posible se requiere de una continuidad tanto en el campo de las decisiones políticas como de las presupuestales, para que la maquinaria militar no se vea obligada, por ninguna de esas razones, a detenerse.
En cuanto a lo presupuestal, el Ministerio de Defensa se ha dedicado en los últimos meses a demostrarle a Planeación Nacional y al Ministerio de Hacienda que en este campo las partidas no son aplazables, pues cualquier demora en el pago a un informante on los giros para la gasolina puede derivar en un desastre militar.
"Para consolidar una red de inleligencia en una región le dijo a SEMANA el ministro de Defensa hacen falta meses y meses de trabajo. Pero basta que un día no se alimente la red, para que todo se venga abajo como un castillo de naipes". En cuanto a los gastos de mantenimiento y operación, si al detectarse un movimiento guerrillero en una zona determinada, los helicópteros no están listos para despegar, pueden pasar muchos días antes de que se repita la oportunidad de golpear a la guerrilla.
Pero quizá lo más importante de todo sea la continuidad en cuanto a las decisiones políticas. Detrás de la reestructuración del gasto militar, que tantas discusiones produjo el año pasado, estuvo la actitud del propio presidente Gaviria, quien siempre les ha dicho a los funcionarios de Planeación y de Hacienda, y al país todo, que "es necesario invertir más en seguridad".
Si dicha actitud llega a cambiar por una presión de determinados sectores que, al igual que sucedió esta semana con el presidente del Congreso, Carlos Espinosa, se empeñan en resucitar un diálogo por ahora absolutamente infructuoso, el efecto entre los coroneles que se encuentran al mando de las tropas puede ser funesto. Muchos de estos oficiales están dispuestos, como pocas veces en el pasado, a jugarse el pellejo y con él, el de sus soldados. Pero si en la mitad de esas labores, los desarrollos de una nueva ronda de conversaciones implican cualquier tipo de alto en el camino, va a resultar casi imposible volver a alcanzar el nivel de ánimo y de moral que hoy parece reinar en algunos batallones.
Una última duda puede poner en riesgo la continuidad de las actuales acciones. ¿Tiene el Gobiemo de Gaviria, que pasa en la actualidad por su peor momento de opinión, la suficiente capacidad de convocatoria que se requiere para afrontar y ganar las batallas que se avecinan? Lo que parece más obvio es decir que no, y que por eso mismo quizá no se arriesgue a quemar las naves de la negociación. Pero también se puede pensar que justamente lo que el Presidente está necesitando para recuperar el liderazgo que lo había caracterizado desde sus tiempos como ministro de Gobierno de Virgilio Barco, es encabezar y sostenerse en esta ofensiva. Claro que una reanudación pronta de las negociaciones, que la guerrilla parece ya dispuesta a pedir, puede permitirle por unos meses al Gobierno capotear esta situación y, a falta de paz, lograr algo de apaciguamiento. Pero es posible que lo que se requiera de parte del Presidente en estos momentos frente a la actitud de la guerrilla, si el objetivo, más que apaciguar, es el de crear las condiciones para una paz duradera, no sea tanto un capote como una muleta y una espada.
GUERRILLA S.A.
LAS MAS RECIENTES INVESTIGAciones de los organismos de seguridad, basadas entre otras cosas en la incautación hace algunas semanas en Norte de Santander de un disco de computador con importantes cifras sobre los negocios de extorsión y secuestro del ELN, permiten hacerse a una idea de las dirnensiones de estos criminales negocios.
El disco contiene, entre otros, datos sobre los más importantes secuestros realizados en el año 91 por el ELN. Se concluye que el promedio de cobro por este tipo de secuestro es de 380 millones de pesos, y que secuestros de este nivel, la organización logra hacer 32 al año. Esto implica que por este solo rubro, el ELN se hizo en el último año a unos 12 mil millones de pesos. Según el disco de computador, en extorsiones a las empresas que trabajan en la región el ELN recaudó en el 91 mil 500 millones de pesos más 6.2 millones de dólares, para un total de más de cinco mil 30 millones de pesos.
En documentos incautados como parte del Plan Estratégico de las Farc, se pudo establecer que para 1992 se le ha exigido a cada uno de los 16 frentes más activos de esa organización, recaudar un promedio de 1.5 millones de dólares, osea más de 900 millones de pesos para un total de 14 mil 400 millones de pesos.
Otras investigaciones han permitido confirmar que, de un total de; 18 mil millones de pesos de los presupuestos de departamentos como Arauca, Casanare y Huila, por medio de mecanismos como los auxilios a juntas de acción comunal y fundaciones ficticias, las Farc y el ELN se quedaron con cerca de un 35 por ciento de esos recursos en el 91, osea unos seis mil 300 millones de pesos. Este nuevo rubro muestra indicios de alto crecimiento para este año, a menos que el control sobre el uso de estos recursos en los departamentos petroleros se agilice de manera considerable.
Estas cifras son apenas una muestra de las dimensiones de la empresa guerrillera, y no incluyen los fondos que tanto las Farc como el ELN rrcaudan por el cobro del 20 por ciento del valor de sus ventas, a sembradores y procesadores de coca en diferentes regiones del país, en un negocio que, cálculos conservadores, tasan en unos 15 mil millones de pesos más.