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La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, la organización a la cual el hermano de Petro se encuentra vinculado.
La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, la organización a la cual el hermano de Petro se encuentra vinculado. | Foto: SEMANA, Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

Política

“Guerrillas nacieron por convicciones éticas y políticas”: ONG que fue a La Picota junto al hermano de Petro

En su razón de ser, la organización muestra afinidad con los grupos armados al margen de la ley y justifica su acción armada.

17 de abril de 2022

Gustavo Petro, candidato presidencial del Pacto Histórico, se encuentra envuelto en un escándalo por la visita de Juan Fernando Petro a La Picota. En medio de su explicación de los hechos, el hermano del líder progresista señaló que el encuentro con condenados por corrupción se dio en el marco de sus funciones en la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, organización con más de 29 años de funcionamiento que asegura promover derechos humanos.

Según la ONG, la visita fue tramitada a través del abogado Pedro Niño y por petición de los presos. De acuerdo con el comunicado oficial de la organización, la reunión se llevó a cabo “como parte del proceso de acercamiento y diálogo con distintos actores de nuestro país en la construcción de garantías de no repetición”.

En nombre de ellos, los asistentes a la reunión fueron Juan Fernando Petro, hermano del candidato, y el defensor Danilo Rueda. Con Petro, según cuentan, vienen trabajando temas relacionados con derechos de los niños y jóvenes.

Son muchos temas los que la comisión dice abarcar y en su “razón de ser” nombra varios. Sin embargo, un aparte resulta alarmante por su aparente apología a las guerrillas y grupos armados similares. En medio de un discurso de paz, la organización nombra un supuesto “derecho” a la guerra.

“Comprendemos que las expresiones de rebelión armada a través de las guerrillas existentes en Colombia han nacido en convicciones éticas y políticas de transformación de una sociedad estructuralmente injusta, excluyente, antidemocrática”, se lee en la quinta razón de ser de la organización.

Dice que el conflicto político-militar en Colombia está relacionado con el social. Al tiempo, asegura que la existencia de las organizaciones armadas guerrilleras “son la expresión del ejercicio del derecho a la guerra, a la rebelión armada reconocida en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y en los Derechos de los Pueblos, en tratados de humanistas y de iglesias en el mundo”.

El Derecho Internacional Humanitario puede entenderse como leyes de la guerra. Estas son normas regulatorias del conflicto armado que habilitan algunas acciones y a otras les pone límites. Existe una noción lejana del derecho a la guerra, pero según la literatura reciente en el tema este ahora está prohibido por uso de la fuerza.

En efecto, a pesar de que en la ley colombiana exista espacio para amnistía por crímenes relacionados con la rebelión, esta última tampoco es permitida.

“En su historia, los grupos guerrilleros en Colombia, por los imperativos éticos que los inspiran, han construido modos y mecanismos de exigencia interna y externa de su actuación con la población, que le son obligantes y les han diferenciado del Estado al que pretenden transformar”, continúa el aparte.

Habla, finalmente, sobre la construcción que no niega el marco de Derecho Internacional Humanitario, “pero sí indica unas especificidades propias que podrían ser discutidas en condiciones de equidad entre los actores sociales y políticos (Estado-guerrilla), comprometidos en el conflicto armado interno y en las salidas negociadas al mismo, tanto como por diversos sectores sociales y de derechos humanos”.

A pesar de estas aseveraciones, en el octavo punto aseguran que “la búsqueda de la paz será un anhelo y una utopía permanente, aún en condiciones donde no exista un alzamiento armado”.

Frente a lograr este objetivo, creen en un “proceso de negociación política para que sea novedoso, auténtico y logre modificar estructuralmente las causas de la violencia”.

La ONG, de la cual forma parte el hermano de Petro, cuenta con financiadores como Amnistía Internacional, el Fondo Noruego para los Derechos Humanos, la Obra Episcopal de la Iglesia Católica alemana y la Federación Luterana Mundial, entre otros.