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| Foto: Blu radio / Archivo SEMANA

INVESTIGACIÓN

Las cuentas de Guido Nule no cuadran

SEMANA accedió a los registros que tiene el Inpec de las horas de trabajo, estudio y enseñanza que cursó el condenado por el carrusel de la contratación y que ahora está en libertad condicional por estos beneficios.

8 de julio de 2019

La aparición de Guido Nule en las playas de Barú a inicios de 2019, responsable —según las pesquisas de la Fiscalía, Procuraduría y Contraloría— de detrimento de recursos públicos por 2,2 billones de pesos, fue objeto de indignación y suspicacias. El condenado a 21 años por sonados casos de corrupción como el carrusel de contratos de Bogotá, pagó poco menos de ocho años de privación de la libertad.

Ello, sin ahondar en los lujos y comodidades a los que accedieron en sus sitios de reclusión él, su hermano Manuel y su cuñado Mauricio Galofre, otrora estrellas de la contratación pública, quienes han vivido una experiencia bastante diferente de la de cualquier recluso regular. Además Guido adujo quebrantos de salud, una osteoartritis en una de sus piernas, por lo que un juez le concedió el beneficio de prisión domiciliaria en su casa del acomodado barrio El Golf, en el norte de Barranquilla.

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¿Cómo obtuvo Nule su libertad condicional? Según las cuentas que en su momento validó el juzgado Cuarto de Ejecución de penas de Barranquilla,  Guido estuvo privado de la libertad efectivamente desde el 11 de abril de 2011 hasta el 28 de diciembre de 2018, lo que representa en tiempo 7 años, 8 meses y 17 días.

Guido adujo quebrantos de salud, una osteoartritis en una de sus piernas, por los que un juez le concedió el beneficio de prisión domiciliaria en su casa del acomodado barrio El Golf, en el norte de Barranquilla.

A ello se le suma el tiempo que Nule Marino redimió en actividades de trabajo, estudio y enseñanza, con lo que totalizó 12 años, 10 meses y 14 días. En su caso, podía optar por la libertad condicional al cumplir las tres quintas partes de su condena, es decir 12 años y 7 meses y 24 días.

El procedimiento, avalado por el juez Jaime Mastrodoménico, quien en ese momento hacía un reemplazo de vacaciones, causó tanta dudas que en los primeros del 2019 el CTI de la Fiscalía inspeccionó el juzgado Cuarto, revisaron la documentación e interrogaron al togado en la búsqueda de eventuales irregularidades, mientras que la Procuraduría condenó la decisión y procedió a apelarla.

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Un interno aplicado

Las horas de pena redimidas fueron contabilizadas en 10 autos diferentes, con fechas desde julio de 2016 hasta diciembre de 2018, mes en  que el penado recibió el beneficio, gracias a ello decidió pasar el Año Nuevo en las paradisíacas playas de Barú.

Al realizar inversamente el cálculo del tiempo de redención puede encontrarse que se validaron por parte del director del penal y luego por el juez 11.729 horas de trabajo, 11.718 horas de educación y 1.302 horas de enseñanza, para un gran total de 24.749 horas.

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Por dar un ejemplo, el Inpec calcula en sus guías que, sin descansos, un interno puede redimir un máximo de 240 horas al mes por trabajo, es decir 15 días de pena. El cómputo por el tiempo que estuvo preso Nule da 23.040 horas. SEMANA intentó consultar los certificados de redención otorgados por el Inpec en la carpeta del expediente, pero funcionarios del juzgado Cuarto de Ejecución de Penas se negaron el acceso, pese a tratarse de una decisión pública.

En concepto de dos penalistas consultados por separado, que prefirieron el anonimato, ese número de horas es “humanamente imposible” porque implicaría que el recluso no tomó descansos en casi ocho años, algo que se dificulta aún más si se tiene en cuenta su estado de salud y que en varias ocasiones debió ser internado por dolencias físicas.

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El sistema tiene sus particularidades. Cada día solo puede tenerse en cuenta determinado número de horas por cada actividad y se necesita permiso para poder, por ejemplo, trabajar y estudiar al mismo tiempo, o para hacerlo los sábados, domingos y días feriados —hay evidencia de que Nule los solicitó—.

Así, por trabajo al día se redimen ocho horas, por estudio seis horas y por enseñanza cuatro. En cada caso, al completarse las horas, se considera que es un día de la actividad correspondiente. Por ejemplo, 16 horas de trabajo equivalen a dos días, o 24 de estudio son cuatro días.

Sin cuadre

A las dudas sobre las probabilidades para alcanzar tan numerosas horas, se suma un conteo que difiere en mucho del certificado por la dirección de la penitenciaría barranquillera de El Bosque, en cabeza de Yolanda Fonseca Beleño, y su asesor jurídico Alcibiades Mejía Durán, aceptado por el juez Mastrodoménico.

Se trata del documento denominado cartilla biográfica del interno, correspondiente a Guido Nule Marino, en donde consta la boleta de libertad condicional 6618799 con fecha del 28 de diciembre de 2018. Allí, el Inpec da cuenta de calificaciones de conducta que oscilan entre “ejemplar” y “buena” desde abril de 2011 hasta septiembre de 2014. Es esencial que tenga buena calificación porque, en caso contrario las horas redimidas no serían contadas. También consigna las 41 visitas al recluso en su domicilio, a partir de septiembre de 2015 hasta diciembre del 2018.

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El documento consigna también el número de horas certificadas por trabajo, estudio y enseñanza por el centro penitenciario. Según puede apreciarse, Nule Marino empieza a redimir horas desde septiembre de 2011 hasta diciembre de 2018, según 23 certificaciones TEE que suman en total 12.055 horas, sin especificar la actividad. Si correspondieran solo a trabajo serían dos años y un mes de redención de pena. Si fueran solamente de estudio serían dos años y nueve meses.

Nule Marino empieza a redimir horas desde septiembre de 2011 hasta diciembre de 2018, según 23 certificaciones TEE que suman en total 12.055 horas, sin especificar la actividad

Ambas cifras son insuficientes para que, sumado al tiempo efectivo de pena de 7 años y ocho meses, alcance los 12 años y 7 meses que le daría luz verde a su libertad condicional. Así las cosas, Nule habría ganado más de dos años sin estar privado de la libertad. Su abogado, Diego Muñetón, defiende que “hay horas adicionales por producción de obras literarias o artísticas”, que, sin embargo, no constan en la cartilla y también son certificaciones TEE.

La Fiscalía, por su parte, basa su investigación en si Nule antes de salir a disfrutar su beneficio verdaderamente reparó a las víctimas de sus actos, algo que todavía no esta claro. Para la defensa la duda está saldada con las incautaciones, bienes entregados y el pago de las aseguradoras. El caso sigue en indagación y el despacho del fiscal encargado está por tomar algunas determinaciones. Sin embargo, en el ambiente se mantiene la sensación de que, en este caso, la cuentas no cuadran.