ANÁLISIS

Gustavo Bolívar: ¿su mensaje revela nerviosismo en el petrismo?

El Pacto Histórico da instrucciones a sus seguidores para ir a buscar votos en el abstencionismo y entre los que aún no creen en Gustavo Petro, para salvar su proyecto político.

28 de marzo de 2022
Gustavo Bolívar
Gustavo Bolívar

El nerviosismo se está apoderando de las filas de Gustavo Petro por el temor de que el candidato no pueda llegar a la Presidencia, tras la ruptura con el Partido Liberal.

Gustavo Bolívar, hombre del primer anillo del candidato y cabeza de la lista de senadores del Pacto Histórico, envió un mensaje desesperado a sus amigos para que busquen votos más allá de la izquierda.

“Si no ganamos en primera vuelta no habrá mañana, no habrá ese sol para todos”, añadió Bolívar, como tono de angustia.

Bolívar también ha dicho recientemente: “Solos no ganamos en primera vuelta ni tendremos mayorías en el Congreso”.

Esa es otra preocupación de fondo de los izquierdistas, pues la bancada del Pacto Histórico consiguió 51 bancas en Senado y Cámara, y aunque es de lejos la mayor votación jamás lograda por este sector político en el Congreso, no puede controlar todavía las decisiones del Legislativo.

Estas sucesivas confesiones de uno de los congresistas más cercanos a Petro deja ver la magnitud de la preocupación en la campaña de la izquierda.

El lenguaje de Bolívar es muy diferente al que había venido usando convencido de su triunfo en primera vuelta.

Lo sorprendente es que Bolívar deja planteada la hipótesis de que si Petro no gana en primera vuelta, no llegará a la Casa de Nariño. Eso es lo que quiere decir cuando advierte a sus seguidores sobre su temor de que “no habrá mañana”.

Hasta ahora a los petristas no se les había visto pesimistas. Por el contrario, su triunfo en las consultas, en las legislativas y las plazas llenas, los habían llenado de euforia.

Bolívar tiene razones de sobra para estar temeroso del triunfo de Petro, pues los liberales eran una carta fuerte que el Pacto Histórico tenía en sus cuentas para ganarle a la centroderecha.

Lo que no parece muy sensato es que Bolívar les diga a sus amigos que se apuren a buscar los votos de los abstencionistas, pues representan una franja de casi el 50 % de ciudadanos que han sido apáticos a las urnas históricamente. Los abstencionistas no votan porque no creen en nadie, son como los ateos que no creen en Dios.

El afán de Bolívar de recurrir con urgencia a los “abstencionistas” y a “los que todavía no están convencidos de Petro” les da la razón a quienes consideran que Petro definitivamente está llegando a su techo.

Petro sabe que los 4.495.831 votos que obtuvo en la consulta del Pacto Histórico -según el preconteo- representan menos del 25 % del total de ciudadanos que irá a las urnas a elegir presidente. Y que, inclusive, los 5.573.894 votos emitidos por todos los precandidatos del Pacto Histórico, están muy lejos de los 10,5 millones que tendrá que conseguir para asegurar la Presidencia en primera o segunda vuelta.

En votos contantes y sonantes, tomando como referencia el apoyo obtenido por todos los precandidatos del Pacto Histórico, a Petro todavía le faltan cinco millones de votos para ir seguro por la Presidencia y esa cantidad de apoyos no es posible conseguirla ni entre los abstencionistas ni entre los que no creen todavía en Petro, en menos de dos meses, cuando el candidato ha pasado más de 12 años en campaña presidencial.

El faltante liberal

La intempestiva ruptura entre Gustavo Petro y César Gaviria cambiaron los presupuestos electorales del Pacto Histórico. Y no había plan B.

El liberalismo, a pesar de no tener candidato presidencial propio, puede convertirse en el factor que incline la balanza en la elección presidencial.

Los liberales fueron el tercer partido en las elecciones legislativas, sacaron más de dos millones de votos y tienen la mayor bancada en Cámara y Senado.

Y aunque nadie apuesta que la mera voz de Gaviria endose la totalidad de esos votos a un candidato presidencial, la mayoría coincide en que sí podría arrastrar un poco más del 30 % de esa votación. Más de 700.000 votos.

Esos pueden ser los votos que le falten a Petro para ganar la Presidencia esta vez y ahora parecen difíciles de rescatar.

Algunos expertos vaticinan desde ya que la diferencia entre Fico y Petro, que seguramente serán los finalistas, no será muy abultada. Por eso la importancia del voto liberal que ahora parece inclinado a apoyar a Fico.

Aunque aliados de Petro como Roy Barreras están en busca de que César Gaviria vuelva a hablar con Petro, esta no parece una empresa posible.

Gaviria, en su declaración airada tras sentirse agredido por la candidata a la Vicepresidencia, Francia Márquez, aseguró que “mientras sea jefe del Partido Liberal” no volverá a tener diálogos políticos con el petrismo.

Gaviria, además, lamentó el “lenguaje incendiario” del Pacto Histórico y dijo que por esa vía el país sería empujado a una confrontación peligrosa.

Los liberales eran la única carta segura que le quedaba a Petro para ir más confiado por la Presidencia. Había luchado por meses enteros para ganárselos. Nunca faltaron los elogios para las ideas liberales, para los caudillos que guiaron al partido y para las reivindicaciones que lograron por décadas, cuando gobernaron a plenitud.

A Petro se le agotaron las posibilidades de alianzas con sectores políticos afines que garanticen amplios caudales de votos. Ya ha copado todo el espectro de la izquierda y se le acabaron los espacios para crecer.

Por eso el desespero de Bolívar cancelando las reuniones con sus “amigos” y pidiéndoles eso sí, de manera desesperada, que vayan a buscar a los abstencionistas.

Gaviria se reunirá el próximo martes con la bancada liberal del Congreso para tomar una decisión sobre a quién apoyar para la Presidencia. Parece que toman fuerza dos posibilidades: la de dejar a las bases en libertad o de respaldar la candidatura de Fico. De Petro poco se habla.