En su momento el mandatario no reconoció que esta había sido una mala decisión. | Foto: SEMANA

BOGOTÁ

La plata que perdió Transmilenio por la hora valle de Petro

El concejal liberal Miguel Uribe señaló que hubo un “desangre financiero” por valor de 1,6 billones de pesos.

25 de noviembre de 2015

Mientras este miércoles el alcalde Gustavo Petro realizaba el recorrido inaugural por el carril exclusivo para el SITP en la Avenida de las Américas, en el Concejo de Bogotá se daban a conocer las cifras por las pérdidas financieras por la hora valle en Transmilenio.
 
El “desangre financiero en Transmilenio”, como fue calificado por el cabildante Miguel Uribe, tiene que ver con las malas decisiones del alcalde al implementar la reducción de la tarifa diferencial.
 
En resumen, según los cálculos del cabildante, basados en cifras entregadas por Transmilenio S. A., este sistema perdió 1,6 billones de pesos en tres años, desde julio del 2012 hasta agosto del 2015.
 
Con el Decreto 356 del 2012, el Distrito implementó este subsidio para intentar que los usuarios pasaran de la hora pico a la hora valle. Una idea que en principio se consideró buena, pero que hoy se sabe que tuvo un costo financiero alto.
 
Tal fue la inconveniencia de la medida, que tras 38 meses, el alcalde Petro tuvo que desmontarlo luego de las advertencias de la Contraloría Distrital.  
 
En otras palabras, la hora valle le costó a la ciudad cerca de 44.000 millones de pesos mensuales, lo que generó un desgaste a las finanzas de la ciudad.
 
Para los críticos, el subsidio entregado por Gustavo Petro fue “indiscriminado” ya que a este accedían todos los estratos socioeconómicos y no sólo los más necesitados.
 
“Este subsidio terminó siendo poco efectivo y muy costoso, como lo advertimos desde agosto del 2012. Desde el Concejo manifestamos que era mejor tener subsidios focalizados atendiendo variables socioeconómicas y poblacionales específicas”, dijo el concejal liberal.
 
A esta cifra se suman los 1.214 millones de pesos que pagó la ciudad por la multa impuesta por la Superintendencia de Puertos y Transportes por la demora en la unificación de las tarjetas de fases I y II con la fase III.
 
Al cierre de la administración Petro los concejales le siguen haciendo corte de cuentas que no lo dejan bien librado.