ESCÁNDALO
Gustavo Petro, herido pero no muerto
A lo largo de la semana el senador y excandidato presidencial entregó explicaciones en torno al polémico video en el que aparece recibiendo fajos de billetes. ¿Qué quedó claro y qué no?
Gustavo Petro tiene una cosa en común con Néstor Humberto Martínez: a los dos los graban los ‘mejores amigos’ y esas grabaciones los ponen a dar explicaciones. Petro se equivocó al dejar pasar varios días en los que el petrovideo se hizo viral en redes sociales y se convirtió en la comidilla del país político. Por improvisar sobre la marcha acabó dando versiones contradictorias.
Primero reaccionó con una ráfaga de trinos sobre aspectos puntuales de lo que el propio Petro llamó un “feo” video. Durante el fin de semana se dedicó a preparar un texto escrito que leyó en un video casero de 40 minutos, divulgado desde su cuenta en Facebook. En tono contrito comenzó por pedir perdón a sus 8 millones de seguidores. Pero, eso sí, aclaró que lo hizo por “dar papaya” y no por haber cometido un delito.
Petro señala que conoció al ingeniero Juan Carlos Montes en Sincelejo cuando ambos eran jóvenes, y que se hicieron muy cercanos por cuenta de los avatares de la política. “En casa de Juan Carlos nació de nuevo mi matrimonio y mi vida política”, sostuvo Petro. Así mismo, anotó que su amigo gerenció su fracasada campaña al Congreso en 1994, y afirmó que este siempre había tenido una obsesión por registrar y archivar cada evento de la vida.
Según Petro, en 2005 Montes asumió la gerencia de la campaña para la elección de los directivos nacionales del Polo Democrático, resultado de la fusión del Polo y Alternativa Democrática. “El cometido de conseguir algunos recursos se lo di a (él), quien busco a sus amigos ingenieros, arquitectos y a nuestro amigo común, Simón Vélez. Y lo logró. 20 millones de pesos, que fue lo único que conseguí en billetes de 5.000 de los tarros de la cocina de Simón Vélez”, quien según él guarda los billetes así porque es un personaje excéntrico que no cree en el sistema financiero.
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En efecto, en el video Montes y Petro cuentan rápidamente la plata. Este último se queja de la baja denominación de los billetes, a lo cual Montes responde que eso fue lo que le dieron. También el video registra que Petro recibe una llamada y acuerda una cita “en mi apartamento”, para lo cual dicta una dirección. El senador enseñó el certificado de libertad y tradición que muestra que fue propietario de ese apartamento desde 2002 y que en mayo de 2007 lo vendió. Esa evidencia le da sustento a que la escena ocurrió en 2005 y dejaría sin piso la afirmación del abogado Abelardo de la Espriella, quien insiste en que el petrovideo data de 2009 y registra una donación del loco Barrera.
Pero la versión de Petro quedó en entredicho cuando Simón Vélez salió a negar haberle enviado el dinero. El arquitecto rompió su silencio en una entrevista concedida a Gustavo Gómez en Caracol Radio. Allí aseguró categóricamente que “no es que yo me acuerde de todo, ¡pero de eso sí me acordaría!”, dijo. Sin embargo, Vélez aceptó haberle hecho propaganda a Petro y abrió espacio para otra posibilidad: “Colaboré diciéndoles a los amigos que le aportaran a su campaña. No le puedo decir cuánto, porque no soy tesorero de campañas. He tenido amigos oligarcas de todas las condiciones y en elecciones les recuerdo la necesidad de apoyar también a la oposición, como garantía de una democracia fuerte”, dijo. No precisó si esta ‘colaboración’ se concretó y por cuál monto.
Simón Vélez, más que mentiroso, resulta ambiguo. Presta y no presta. pide pero no recauda
En este punto, Petro tiene a su favor que en el video se oye mencionar varias veces, sin mayor detalle, a un “Simón”; y también la entrevista en Gatopardo en 2015, en la cual Vélez describe su ideología como “neoportunismo” y reconoce haber recaudado fondos tanto para Vargas Lleras como para Petro. Contradijo al senador al decir que nunca en su vida había guardado billetes en tarros de galletas.
Juan Carlos Montes, quien sabe la verdad de todo este enredo, no se ha pronunciado para respaldar a Petro ni para hundirlo. ¿Por qué no lo ha hecho? El excandidato presidencial contó que el domingo pasado se comunicó con Montes y que este le aseguró que no vendió el video, sino que alguien lo había hackeado. Petro posteriormente culpó de esto a la Fiscalía.
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El senador dijo que conoció el video cuando era alcalde de Bogotá. Montes se lo enseñó, resentido, luego de que la administración distrital lo destituyó. Petro aclaró que no lo decidió él, sino la persona que había nombrado al frente de la Unidad de Mantenimiento Vial. Reconoció que la destitución había sido un evento dramático para la familia Montes y que en ese estado de ánimo lo grabaron sin su conocimiento. Cuando Montes, años después, le mostró la grabación, le dijo: “no entiendo por qué a un amigo se le graba”. Sin embargo, a pesar de esto, reitera una y otra vez que Montes nunca trató de extorsionarlo.
Sobre el interrogante de cómo llegó el video a manos uribistas, Petro ha dado bandazos. Inicialmente, dijo que alguien se lo había vendido a sus enemigos políticos y que lo peor era que iba acompañado de un falso testimonio en su contra. Luego culpó a la Fiscalía y habló de criminales cibernéticos. Y después de conocida la entrevista de Simón Vélez, en la que este asegura haber sido novio de la madre de Paloma Valencia, Petro trinó: “Bueno al final se saben las verdades. Paloma Valencia mostró un video donde recibo un dinero conseguido por el exnovio de su mamá”.
Ante tantas versiones contradictorias, queda claro que en este episodio todo el mundo ha dicho mentiras. Petro comenzó con que los 20 millones eran un préstamo de Simón Vélez salido de un tarro de galletas; de ahí pasó a que era un préstamo para Montes, y finalmente, que no tiene muy claro si era un préstamo o una contribución para su campaña. Habla en términos tan elogiosos y sentimentales de Montes cuando lo lógico sería que estuviera indignado. Eso hace pensar que se pueden estar haciendo pasito.
La versión de que alguien hackeó el video tampoco convence. Puede ser que esa haya sido una excusa de Montes para una traición de esas dimensiones o puede ser una versión cuadrada por los dos. Pero suena poco probable que el hasta ahora desconocido señor Montes sea un objetivo para un hacker. Si lo hackearon hace 14 años para hacerle daño a Petro, cualquier momento hubiera sido más oportuno para hacerlo público.
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Simón Vélez, más que mentiroso, resulta demasiado ambiguo. Presta y no presta. Pide pero no recauda. No tiene conocimiento del resultado de sus gestiones. En la entrevista de Gatopardo aclaró que no despreciaba a los guerrilleros, pero sí a los que se convertían en políticos. Sin embargo, en ese mismo documento puntualiza que ha recaudado plata tanto para Petro como para Germán Vargas. Él estuvo entre las tres personas que inscribieron la candidatura de Vargas ante la autoridad electoral. Como lo describió Petro, se trata de un “anarquista” obsesionado por defender la democracia. Se ha filtrado que el exalcalde y el arquitecto están distanciados desde hace algunos años.
Y Abelardo de la Espriella, uno de los penalistas más conocidos del país, parece haberse descachado. Mientras él o el Loco Barrera no presenten algún tipo de prueba sobre esa financiación, las explicaciones de Petro sobre la fecha de la venta de la casa parecen darle la razón de que los hechos tuvieron lugar en 2005 y no en 2009. Por otra parte, si alguien se va a untar con la plata del Loco Barrera, seguramente pedirá más de 20 millones de pesos, o sea, apenas unos 6.600 dólares.
En estos momentos la Fiscalía, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Nacional Electoral investigan las finanzas de las campañas de Petro. Surtirán etapas rutinarias del proceso, pero lo más probable es que de ahí no salga nada, pues si no aparecen otras donaciones impresentables, el tema pararía en los 20 millones de pesos. No es claro que eso sea delito, pues recibir dinero de origen legítimo en efectivo no implica ilegalidad alguna. Los libros de Petro registran aportes por 80 millones de pesos, que, por no estar desmenuzados, le sirven para justificar los 20 millones.
A pesar de sus contradicciones, la defensa de Petro le ha servido. El grueso de sus seguidores no siguen la minucia de cada frase, pero les gusta que haya pedido perdón y que él mismo haya ido a solicitarle a la Corte Suprema de Justicia que lo investigue. Por otra parte, en un país donde los serruchos alcanzan millones de dólares, una donación de 20 millones de pesos afecta una imagen, pero no acaba con una carrera. Aunque el hecho de que no haya consecuencias jurídicas o penales no significa que no lleguen consecuencias políticas considerables. Una buena parte del país ya no ve a Gustavo Petro con los mismos ojos. Este episodio no lo mata, pero sí lo deja herido.