PORTADA
Gustavo Petro nunca será presidente: la arremetida de Néstor Humberto Martínez
El ex fiscal general Néstor Humberto Martínez arremete contra Gustavo Petro, califica a Fajardo de “insípido”, revela por qué está dolido con Santos y advierte sobre los contratos en la Alcaldía de Claudia López.
VICKY DÁVILA: Doctor Néstor Humberto, recientemente, la Corte Suprema de Justicia anunció la prescripción de la investigación del Petrovideo. Gustavo Petro puso el siguiente trino: “Paloma Valencia y Néstor Humberto, la jugadita no salió bien, la justicia habló, soy inocente y ustedes afectaron con los medios mi honra y la de mi familia de manera grave y difamatoria”. Además, ha anunciado acciones judiciales. ¿Qué opina?
N.M.: Vicky, este no es un tema legal. La verdad es que Petro tiene un concepto de la ética muy relativo. Recuerde que en la Alcaldía, cuando era el burgomaestre y había tantos escándalos de corrupción, varios secretarios terminaron indagados y con problemas penales: la cúpula del Acueducto, de Aguas de Bogotá, la directora de Mantenimiento Vial, alcaldes menores, en fin. Agobiado por todos los escándalos de corrupción, por la máquina tapahuecos, Petro dijo que, si en la Alcaldía de él se robaba, era por las esquinitas. ¿Cómo así? El concepto de la integridad en la defensa del patrimonio público tiene que ser absoluto. Aquí pasa exactamente lo mismo. El Petrovideo es una imagen en la que un líder nacional en la penumbra, y con una cámara escondida, recibe unos fajos de dinero con cierto afán y los mete entre una chuspa, y la sentencia dice es que eso prescribió. Pero esa sentencia, que como abogado tengo que respetar, no es un certificado de buena conducta desde el punto de vista axiológico. Además, tengo la confianza de que sí se va a saber en Colombia el origen de esos dineros que entraron a esa chuspa. Mientras lo persiga esta realidad, que es un debate ético, Petro no podrá ser presidente de Colombia.
V.D.: ¿Y puede decir que fue declarado inocente?
N.M.: Es que la opinión pública sabe discernir, sabe distinguir, el problema no es que haya recibido una certificación que le ampare desde el punto de vista de la ética su comportamiento, Petro nunca ha dicho cuál es el origen de esos dineros.
Lo más leído
V.D.: ¿Y usted sabe cuál es el origen?
N.M.: No, pues, justamente, en eso tienen que ocuparse todas las autoridades. Ya la Corte se pronunció, vamos a ver qué dicen las restantes autoridades y el mayor protagonista de este hecho, el señor Juan Carlos Montes, quien entregó los dineros correspondientes.
V.D.: La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, aunque anunció la prescripción, prácticamente, absolvió a Petro.
N.M.: Habrá que conocer cuáles son las pruebas o las evidencias que existen en la materia. También habrá que conocer el salvamento de voto que se anuncia, que no se publicó, para poder adentrarse en la realidad de esas evidencias. Pero el punto aquí concreto es que un líder nacional no se camufla en la penumbra para recibir unos dineros en efectivo y participar en los procesos electorales. Ese es un tema que los colombianos tenemos muy bien sabido que es de naturaleza espuria desde el punto de vista de los valores de una sociedad, y es un tema que requiere aclaración y que hoy en día no la tiene.
V.D.: Y que, probablemente, no lo va a tener, por lo menos no en la Corte Suprema.
N.M.: Habrá que esperar, porque recuerde que, cuando hay pruebas sobrevinientes, pues, necesariamente, se pueden reabrir las investigaciones del caso.
V.D.: ¿Y usted sí tuvo que ver en la “jugadita”, como dice Petro?
N.M.: Pues estuve presente el día en que eso se conoció en el Congreso, y me hicieron entrega del Petrovideo para que se llevaran a cabo las investigaciones correspondientes. El país habrá de conocer también las pruebas que se recaudaron en la Fiscalía General de la Nación, que hablan mucho, y son pruebas que por la reserva no se pueden revelar. Pero hablan mucho de la opacidad de esta conducta y de esta entrega de dinero.
V.D.: Usted dice que una persona que recibe plata como se ve en ese video, y como le pasó a Petro, no puede ser presidente de Colombia, pero él va punteando en las encuestas...
N.M.: Sí, con una mayoría relativa del 25 por ciento. Esa mayoría no da para ser presidente de la república. Pero, además, tengo presente lo que ha venido pasando con el paro nacional que él instigó, y en el que tuvo un protagonismo inicial muy grande convocando a las marchas. Recordará el país que Petro convocó a la marcha más grande de la historia de Colombia. Su gente es la dueña y financiadora de la primera línea, es decir, de la confrontación con el Esmad. O sea, forman parte no solamente de las marchas pacíficas, sino de los actos de violencia frente a la autoridad. Ahora en estos días conocimos a un tercer Petro. En un nuevo video, en el cual hace su “alocución”, dice: yo soy un gestor de paz, estoy en contra de estas marchas violentas. Es todo lo contrario a lo que hemos venido viendo los colombianos en los últimos días. De tal manera que se muestra con una doble cara, sibilina, porque termina desdiciéndose de lo que ha hecho, y se muestra y se fotografía como un verdadero anarquista; y eso le va a pesar mucho en las encuestas, porque el fastidio de la opinión pública en general, pero, sobre todo, de la gente más pobre de Colombia, que es la más afectada con estas movilizaciones violentas, le va a pasar una gran cuenta de cobro desde el punto de vista de las encuestas. Veremos en julio.
V.D.: Petro se demoró 40 días en decir que rechaza los bloqueos y la violencia, venga de donde venga. ¿Eso es lo que le va a pasar factura?
N.M.: Sí, pero, adicionalmente, le va a pasar factura que él sí fue el gestor de estas marchas, él las convocaba, decía que iban a ser las más grandes, y su gente ha estado recogiendo dinero para montar lo que se llama el Esmad de los marchantes para ir a confrontar contra la autoridad. Es absolutamente inaudito lo que está pasando con el movimiento político de Petro como para que ahora venga a decir que él no tiene nada que ver con los actos de violencia. Claro, está muy preocupado, porque esto se salió de curso, y sabe que en las encuestas le está pegando, entre otras cosas, porque son los sectores más débiles los que terminan pagando los platos rotos de esto. Y eso lo identifican definitivamente con el señor Petro, y ahí es donde está la factura política.
V.D.: O sea, en últimas, ¿para usted Petro sí tiene que ver con el paro?
N.M.: Definitivamente, sí tiene que ver.
V.D.: ¿Quién puede ganarle a Petro?
N.M.: Yo creo que le va a ganar una persona que logre interpretar la ira popular contra la izquierda en Colombia. El paro ha servido para eso, y mucho, porque los colombianos han logrado saber de lo que es capaz de hacer la izquierda. Hemos visto en estos días que han afectado la infraestructura, el funcionamiento de la economía, y los paganinis de eso son los trabajadores. Han intentado quemar agentes humildes de la Policía Nacional. Lo hemos visto en los medios de comunicación. Es la barbarie, y el país no está dispuesto a que esas expresiones de gestión que afectan la vida ciudadana puedan llegar al Palacio de Nariño. Este vandalismo organizado es realmente una asonada que tiene características de concierto para delinquir.
V.D.: Desde el principio se sabía que había intereses políticos detrás del paro...
N.M.: Hay que distinguir. Digamos que hay un malestar social, producto de la pandemia, el desempleo, la desesperanza que ha causado el covid-19, de los anhelos que tiene la juventud y que no ve oportunidades; y todo eso, ese reclamo colectivo, ha caído en manos de unos anarquistas que venían organizando unos paros con fines de desestabilización de las instituciones democráticas, y que, de alguna manera, terminaron siendo como víctimas o borregos de ese propósito desestabilizador. Por ejemplo, había más gente, y aquí hay que decirlo así, en los portales de TransMilenio que en la toma de Bogotá. Entonces, eso se ha ido desinflando, porque la gente terminó viendo quiénes son los señores que están convocando este paro y qué propósito político tienen, que no es el de la representación de esas causas. El Comité del Paro son agitadores profesionales de la política, que intentan desinstitucionalizar el país y afectar la democracia.
V.D.: ¿Quieren tumbar a Duque o no?
N.M.: No, yo creo que no, y ese es el principal temor de Petro cuando dice: “No se les vaya la mano que esto puede terminar en una ruptura institucional, y ¿qué va a pasar con las elecciones del 2022?”. Usted recordará, y lo hemos sabido los colombianos, que el propio Petro, en medio de su angustia, tramitando toda su conflictividad interna, le pidió una cita al registrador nacional del Estado Civil para preguntarle si era cierto que alguien le había ido a pedir que suspendieran o se aplazaran las elecciones. O sea, el propio Petro sabe que se les está yendo la mano, y lo que menos quieren, para el propósito electoral que están persiguiendo ellos, es que haya una afectación de la continuidad y la vida democrática de la nación.
V.D.: ¿Qué piensa de la actuación de algunos congresistas de la oposición durante el paro?
N.M.: Que ellos lo que representan es la anarquía, son agitadores profesionales y no cumplen el papel del congresista, desdicen de su función.
V.D.: Usted dijo en una de sus columnas que “Fajardo es incompetente”, pero las encuestas demuestran que, en todo caso, él podría darle la pelea a Petro en la segunda vuelta.
N.M.: Creo que Fajardo ya entregó sus huestes. En los trinos que conocemos de estos días, dice que Petro se fajardizó y celebra que Petro esté pasando a la segunda vuelta. Yo creo que ya está tratando de hacer méritos para estar en la fórmula presidencial de Gustavo Petro.
V.D.: ¿Fajardo, fórmula presidencial de Petro? ¿Cómo así?
N.M.: Cuando uno dice que Petro se fajardizó y que celebra que ya esté en la segunda vuelta, pues está pensando, de alguna manera, en entrar en esas coaliciones. La verdad es que la Coalición de la Esperanza ha terminado siendo una verdadera desesperanza, y eso lo ve uno con lo que está pasando. Fajardo está muy dedicado a tramitar sus problemas ante las autoridades; De la Calle, que es un profesor reconocido, un intelectual, está organizando maletas para viajar a España; Juan Manuel Galán está dedicado a tramitar la obtención de la personería jurídica del Nuevo Liberalismo, y se postularía por ese movimiento y no a través de esta coalición; y los verdes están reventados por dentro. Camilo Romero no asiste e hizo trizas a esa coalición. Por eso, pensar que ahí hay una realidad política para las próximas elecciones, realmente, es llamarse a engaños.
V.D.: ¿Por qué los llama coalición de la desesperanza?
N.M.: Porque allí hay muchos lunares metidos, personas que tienen muchos compromisos con el manejo de la cosa pública.
V.D.: ¿Quiénes?
N.M.: Bueno, Antonio Sanguino, por ejemplo, ha sido presuntamente llamado ante la Corte Suprema de Justicia por indagaciones en el carrusel de la contratación de Bogotá. Allá se tramita una indagación y habrá que esperar el resultado, pero esos son temas que se han estado estudiando allá. El propio Fajardo está siendo imputado ante la Corte por parte de la Fiscalía. Esa es una realidad procesal inobjetable. De tal manera que ahí hay mucho más de desesperanza.
V.D.: ¿Por qué no le gusta Fajardo?
N.M.: Porque me parece que es bastante insípido políticamente. Es el representante del sí y del no, no tiene una personalidad política propia. Uno puede estar en desacuerdo con Petro, pero sabe qué piensa Petro. Uno no sabe qué piensa Fajardo.
V.D.: ¿Quién es el gallo en la centroderecha y la derecha para enfrentar a Petro en las urnas?
N.M.: Bueno, se están mencionando muchas personas que podrían llegar a serlo. Fico Gutiérrez, por ejemplo, tiene ese perfil; habrá que ver Germán Vargas Lleras qué decisión finalmente toma; Enrique Peñalosa, sin lugar a dudas, es una persona de mucho carácter para enfrentar las dificultades que está teniendo el país en este momento; Juan Carlos Echeverry es también una persona de ese talante, que viene del Partido Conservador. Habrá que ver, realmente, cuál va a ser la actitud de ellos en el proceso electoral, porque digámoslo de una manera muy franca: tibios están todos, muy tibios, y eso no es lo que quiere el país en este momento. Lo que se necesita es reciedumbre, posiciones y confrontación ideológica para que el electorado pueda entender y diferenciar entre una propuesta política y otra.
V.D.: Vargas Lleras, si se lanza, ¿tendría chance?
N.M.: Si él logra interpretar ese contra que le he venido expresando a usted, pues tendría que ganar, y, seguramente, hay mucho chance. Todo depende de la voluntad de ánimo que tenga. En el 2010 personalmente acompañé a Germán Vargas Lleras en su postulación presidencial con mucho entusiasmo. En el 2014 ocurrió algo que voy a revelar aquí.
V.D.: Cuénteme, por favor...
N.M.: En el apartamento de Germán, yo le propuse que se lanzara a la presidencia de la república y no aceptara la vicepresidencia. Esa era una de las alternativas, yo creo que era el gran momento de Germán Vargas Lleras para llegar a la presidencia.
V.D.: ¿Y qué pasó?
N.M.: No, Germán es un hombre de muchas lealtades, lo que es un valor también en la política muy importante, y consideró que después de todo el apoyo que le había brindado el Gobierno, que tramitaba su reelección, pues él, de alguna manera, estaba comprometido con esa reelección, y terminó formando parte de esa fórmula vicepresidencial.
V.D.: Si se hubiera lanzado en 2014, ¿le habría ganado a Juan Manuel Santos?
N.M.: Sí, no tengo ninguna duda.
V.D.: Entonces, ese era su momento...
N.M.: Definitivamente.
V.D.: Se equivocó en la decisión...
N.M.: Bueno, cumplió una labor fundamental en el ámbito de la vicepresidencia. Habrá que reconocerle siempre lo que él hizo, por ejemplo, en el campo de la infraestructura. Él llevó a cabo una revolución propia de su talante.
V.D.: Pero nos habría salvado de cuatro años más de Santos. ¿No le parece que hubiese sido mucho mejor?
N.M.: Un kilómetro, hacer un kilómetro cuadrado de vía en Colombia requiere del talante de un hombre público como Vargas Lleras. Personalidad y carácter muy recio.
V.D.: ¿Está de acuerdo conmigo o no?
N.M.: (risas) Siguiente.
V.D.: ¿Siguiente pregunta, hijita?
N.M.: Siguiente, siguiente.
V.D.: Lo saco un momento de lo electoral. ¿Cómo ve al presidente Iván Duque?
N.M.: Al presidente hay que abonarle muchas cosas. Rompió con el estatus político y le va a entregar al país una nueva generación en el poder. Eso es muy importante para un país que tiene que madurar mucho más y demostrar muchos más liderazgos que empiezan a escasear. Lo hizo César Gaviria en su momento. Duque sentó las bases para crecer en la economía; mire, si no le hubiera ocurrido la tragedia de la pandemia y de estos paros organizados con las vísceras políticas con que lo han hecho, estaríamos creciendo a más del 5 por ciento del producto interno bruto. Íbamos por el camino correcto; yo creo que esta adversidad sanitaria y de orden público alteró todo el curso del Gobierno. Parece que, definitivamente, ha debido ser más oportuna la intervención de la fuerza pública en el manejo del orden público del país para recuperarlo en ciudades como Cali. Pero, si el paro empieza a dejar de ser el protagonista en la vía pública, el presidente debería tomar la iniciativa en este momento de hacer un gran acuerdo político nacional por encima de la mesa. Yo creo que hay tres puntos en los cuales el presidente debería lograr un acuerdo. Uno, unidad en la política internacional, eso tiene que ver con el tema de Venezuela, Cuba y Nicaragua. En segundo lugar, cómo manejar la coyuntura fiscal, fíjese que no ha sido fácil tramitar el tema. Las finanzas públicas requieren de unos ingresos fiscales. Y, en tercer lugar, responder a los desafíos económicos y sociales de la pandemia. Esto implica acciones de política concertadas en las que todo el país se mueva en un mismo sentido.
V.D.: ¿La reforma tributaria anunciada por el Gobierno fue una excusa para generar toda esta agitación social o fue el detonante?
N.M.: Más que una excusa, la reforma fue una provocación.
V.D.: ¿Eso quiere decir que el Gobierno se equivocó?
N.M.: Sí, me parece que faltó un cálculo político.
V.D.: ¿El uribismo va a volver al poder en 2022?
N.M.: Definitivamente, el presidente del 2022 tiene que dejar esa polarización entre uribistas y santistas. El candidato que caiga en esa trampa no será elegido por los colombianos; por eso, hay que dejar esas reyertas en el pasado. Ese candidato tendrá que apostar a un nuevo diseño del Estado.
V.D.: ¿Usted me está hablando de una constituyente?
N.M.: Sin lugar a dudas, Vicky.
V.D.: ¿En serio?
N.M.: Yo creo que, más temprano que tarde, Colombia necesita que los colombianos nos sentemos a discutir en una mesa sobre cuál debe ser la arquitectura institucional del país. O vamos a una constituyente en medio de una democracia, o vamos a terminar en una constituyente en un sistema totalitarista como ocurrió con el Gobierno de Chávez o como puede ocurrir con el Gobierno de Perú recientemente, porque, si gana el candidato de izquierda Castillo, lo que ha propuesto en primer lugar es una constituyente, y es para empezar prorrogándose los periodos constitucionales, restringir la libertad de prensa y todo lo que hemos visto que ha pasado en Venezuela, en Nicaragua. Entonces, yo sí quiero llamar la atención: o lo hacemos ahora, o mañana puede ser muy tarde.
V.D.: Es inevitable preguntarle que Gustavo Petro también quiere una constituyente.
N.M.: Claro, pero las finalidades son muy distintas. Por eso digo: o hacemos una constituyente para la democracia, los valores de la libertad de empresa, o hacemos una constituyente para el totalitarismo, que sería la propuesta a la cual nos confrontaría Gustavo Petro, porque el país de sus sueños es Venezuela.
V.D.: Usted contó en su columna que vio a Chávez reunido con Petro durante un almuerzo convocado por Pastrana. ¿De qué hablaban?
N.M.: Bueno, pues Chávez estaba con Petro hablando de cómo era que iban a montar un Estado socialista tanto en Venezuela como en Colombia, y cómo iban a tener el soporte para eso, y cómo tenían alianzas estructuradas inclusive por el hecho del conocimiento personal de que Petro había ayudado a Chávez en Colombia después del primer golpe de Estado, y lo había mantenido en Santa Marta, pagándole incluso una residencia, como me lo comentó Chávez delante de Petro. Al final, juraron cumplir con su revolución bolivariana, que Chávez cumplió y llevó a Venezuela a la postración que todos conocemos, y que es en lo que está Petro. Él quiere cumplirle a Chávez y llevarnos a una Venezuela en pleno siglo XXI.
V.D.: A veces, hablar de eso es una caricatura en Colombia, pero ¿usted lo ve así, es decir, Petro volvería a Colombia una Venezuela?
N.M.: No me cabe ninguna duda.
V.D.: ¿Le gusta Twitter?
N.M.: No.
V.D.: ¿Por qué?
N.M.: No. Porque es un mundo de pasiones, porque lo gobiernan los hígados y no las neuronas. Es mejor llevar la opinión y el análisis fuera de esas contenciones que se generan en las redes sociales.
V.D.: ¿Se imagina cuántos hígados ha destrozado usted?
N.M.: Seguramente, pero tengo la fortuna de que no tengo cuenta en Twitter.
V.D.: El expresidente Juan Manuel Santos dijo que la solución al caos en Colombia está en el proceso de paz. ¿Está de acuerdo?
N.M.: El proceso de paz es una de las grandes conquistas de los últimos 200 años de Colombia definitivamente, pero el país llegó a 200.000 hectáreas de cultivos ilícitos. Eso no tiene antecedentes y lo dije en su momento: que, si no se hacía una política antinarcóticos fuerte, la droga iba a expropiarnos la paz, y eso terminó ocurriendo. Entonces, era muy importante confrontar el narcotráfico y asegurarnos de que los desmovilizados no tuvieran vínculos con la droga, que fue lo que dio lugar al episodio de Santrich y que estuvo, justamente, orientado a verificar que no hubiera ese tipo de relaciones promiscuas y perversas.
V.D.: ¿Por qué Santos no lo escuchó a pesar de que usted hasta le envió cartas?
N.M.: Él escuchaba mucho, la verdad, lo oía a uno, pero tomaba sus propias decisiones. Lamento mucho, y debo decirlo así, que hubiera perdido esa interlocución en el tema de la política antinarcóticos, que, además, llevábamos a cabo con mucho respeto. Eran posiciones diametralmente opuestas, por supuesto. Recuerdo que una noche me invitó a una cena con el secretario de la ONU, António Guterres, y empezó diciendo: mire, aquí está el fiscal que es el de la caverna de la vieja política en la lucha contra las drogas. Porque Guterres, cuando había sido primer ministro de Portugal, había medio legalizado el consumo de drogas, entonces, entramos en un debate allí muy interesante. ¿En la práctica qué pasó? Que yo tenía la razón, 200.000 hectáreas de coca, violencia en los territorios, se expropió la paz en todas esas zonas que queríamos que quedaran en una situación de reconciliación para buscar la prosperidad. Todo eso se esfumó, esa es la verdad, eso fue lo que terminó pasando.
V.D.: Le voy a leer un fragmento de una entrevista que Santos le dio a Yamid Amat en El Tiempo. Cuando le preguntó si estaba en peligro la paz, respondió: “La paz con las Farc no. Si resistió las mentiras y entrampamientos de Néstor Humberto y la DEA, aparentemente resiste todo, por fortuna. Hay que llegar al fondo de este sórdido asunto”. ¿Cómo le parece ese ‘viajao’ que le pegó Santos?
N.M.: Pues, mire, Vicky, realmente, causa perplejidad que, después de haber sido leal en la información, en el conocimiento que le brindé sobre lo que pasaba con el narcotráfico y la desmovilización en el periodo del posconflicto, se hable de mentiras. Cuando se ha planteado la tesis mamerta, mamertísima de que eso fue un entrampamiento, pues hay una verdad o una mentira, pero eso ya quedó resuelto recientemente en Colombia. La Corte Suprema de Justicia ha dicho que en el caso de Santrich había una investigación real sobre narcotráfico, había una investigación de una corte extranjera de Estados Unidos. Ahora no se vaya a decir que la corte de Nueva York hizo un montaje y que esto es mentira, y, por supuesto, se habló también de que estos hechos acontecieron entre junio de 2017 y febrero de 2018, o sea, todo lo que dijo en su momento el fiscal Martínez terminó siendo una verdad. De tal manera que la mentira está en otro lado.
V.D.: O sea, ¿está en Santos?
N.M.: Yo creo que lo que hicieron fue alimentar una posición contraria a la verdad.
V.D.: ¿Y eso le duele, doctor Néstor Humberto?
N.M.: Le respondo: profundamente, porque fuimos leales, pero, ante todo, fui leal al país, diciendo siempre la verdad de lo que iba a ocurrir, y así lo documenté en su momento para que quedara en los canales de la historia. Felizmente, todo eso lo conté en varias cartas.
V.D.: Si un caso le sacó canas fue el de Santrich. ¿Qué se le vino a la cabeza cuando la Corte Suprema autorizó esa extradición?
N.M.: Quedé muy satisfecho en el sentido de que cerré ese capítulo, porque la historia necesitaba que no quedara inconclusa, sino que quedara con un veredicto. Todo lo que en su momento se dijo, pero que, desafortunadamente, la JEP no vio ni en las curvas durante más de un año.
V.D.: ¡Qué daño le hizo eso al país, al proceso! Santrich terminó fugado...
N.M.: Sí, y a la justicia transicional, Vicky, porque, lamentablemente, eso afecta la visión que tiene la sociedad sobre la justicia de transición, y, si nosotros queremos consolidar la paz, tenemos que consolidar la justicia en el posconflicto. Ese es otro tema que se abre en las discusiones frente a Petro, porque, si él quiere ser gobernante, y en el próximo Gobierno habrán de consolidarse las primeras decisiones de la JEP, yo advierto que Petro no tiene la legitimidad moral, en cabeza del Estado, para llevar a cabo esas discusiones. Y no las tiene, porque Petro formó parte de una organización guerrillera que incurrió en delitos de lesa humanidad, los delitos de lesa humanidad no son amnistiables. Entonces, requieren una sanción. Petro no ha sido sancionado nunca por su actividad y por la eventual incursión en actividades que puedan ser no amnistiables, y ese es un tema que tiene que discernirse para que tenga una legitimidad suficiente para conducir estos temas en Colombia.
V.D.: ¿Usted cree que Santrich está muerto o no?
N.M.: Hay informaciones muy precarias. El registro civil sigue vigente, porque no hay evidencia de la muerte de Santrich.
V.D.: Es necesario que se conozca evidencia...
N.M.: Yo creo que el país debe tener esa evidencia en algún momento, y ojalá sea más pronto que tarde.
V.D.: Gustavo Petro dijo en SEMANA que el M-19 eran “jóvenes, políticos, rebeldes y revolucionarios”. ¿Está de acuerdo?
N.M.: El M-19 no eran jóvenes jugando con pólvora de Navidad, de fin de año, sino que incurrieron en conductas delictivas, de lesa humanidad. El secuestro fue una forma de atropellar a la ciudadanía colombiana muy atroz. Los asesinatos de personalidades, como dirigentes gremiales o sindicales, la muerte de José Raquel Mercado, para mencionar alguna; de tal manera que sobre eso no podemos reescribir la historia.
V.D.: Cómo ve a Claudia López?
N.M.: Bueno, yo creo que a Claudia López, desafortunadamente, le han estado fallando sus convicciones con las que llegó a la Alcaldía. Se habla mucho de amiguismos, de contratación, inclusive se habla de contratación de parientes. Son temas que se han discutido ya en la prensa, y, claro, cuando se vuelven servidores públicos, tienen que estar en la mira de la prensa; y yo creo que, si es cierto, como al parecer lo es, que el presupuesto del Distrito se está utilizando para administrar la imagen de la Alcaldía y para vetar a algunos medios que ejercen una función crítica, pues se está utilizando de una manera corrupta el presupuesto del Distrito en estos casos, y sería absolutamente desapacible que volvamos a las épocas en las que se veten medios de comunicación en el manejo de la pauta publicitaria.
V.D.: ¿Y cómo ve a Daniel Quintero en Medellín?
N.M.: Va a tener que cuidar mucho sus actos. Cuando el río suena, piedras lleva, y es importante que él ajuste la transparencia de su administración en Medellín para que no haya cábalas ni especulaciones de ningún tipo. Es muy triste que estos alcaldes alternativos de Bogotá, Medellín y Cali no estén a la altura de las expectativas que tenía la ciudadanía, y, en ese sentido, pues se afecta la democracia.
V.D.: ¿Qué piensa de Jorge Iván Ospina?
N.M.: Bueno, ha hecho de Cali la capital de la resistencia.
V.D.: Y esa resistencia en qué sentido, ¿para bien o para mal?
N.M.: Para mal, metió a Cali en una confrontación de clases como lo hizo en su momento Petro en Bogotá. Se insubordinó con relación a las directivas presidenciales. Los puntos de bloqueo hoy son puntos de resistencia, en los cuales, inclusive, se ofrece asistencia médica, psicosocial, y se ofrecen, igualmente, alimentos; de tal manera que es un llamado a que la gente no trabaje, sino a que llegue a los puntos de bloqueo. Son bloqueos para impedir la libre movilización y el desarrollo de la ciudad.
V.D.: ¿Le suena Alejandro Gaviria como candidato presidencial?
N.M.: Alejandro tendría que asumir una posición mucho más firme frente a estos temas de las revueltas, y ahí es donde se va a empezar a notar el talante de cada uno de los aspirantes.
V.D.: ¿Pero a usted le gusta?
N.M.: Me gusta mucho, porque fuimos compañeros de gobierno. Conozco de su condición humana, profesional, pero también conozco que la política antinarcóticos se afectó mucho cuando él impidió que se siguiera fumigando con glifosato en Colombia a través de una resolución que él mismo promovió.
V.D.: Quiero hacerle una pregunta para ir terminando. ¿Qué saben los Rodríguez Orejuela sobre Petro? Así tituló usted una columna.
N.M.: Sí, se estaba especulando en aquel tiempo de algunas relaciones de Petro con los Rodríguez Orejuela, que estarían dispuestos a hablar ante las autoridades colombianas. Eso no se ha consolidado, hubo trinos por parte de las huestes petristas que hablaban del tema, entonces, por lo menos formulé la pregunta para que, si había alguna respuesta, Petro le contara al país qué hay alrededor de ese tema. Hasta ahora no ha respondido nada.
V.D.: ¿Cuál va a ser el papel que va a jugar Álvaro Uribe en las elecciones de 2022?
N.M.: Yo creo que el presidente Uribe es consciente de que no hay que llevar la campaña a la polarización. Él no está jugando a protagonismos, es muy respetuoso.
V.D.: ¿Qué está en juego en 2022?
N.M.: Lo que se está poniendo en juego son las libertades, los derechos, la libertad de prensa y la posibilidad de que nuestros hijos y nuestros nietos no vivan en medio de la desgracia del país hermano Venezuela.
V.D.: ¿Y usted a eso le pone nombre propio?
N.H.M.: Sí, claro. Yo creo que, definitivamente, Petro es esa extrema que quiere hacer de Colombia una segunda Venezuela.