ENTREVISTA
Habla el ‘contra hacker’
El polémico y muy cuestionado Carlos Escobar, uno de los protagonistas del escándalo de los ‘hacker’ habla por primera vez.
El nombre de Carlos Escobar salió a la luz pública pocos días después de que fuera capturado el hacker Andrés Sepúlveda a comienzos de mayo pasado y estallara un escándalo al ser señalado de espionaje, chuzadas a correos electrónicos y haber recibido por parte de militares información clasificada.
Escobar quedó en la picota pública porque fue relacionado con Sepúlveda como socio y amigo de este. En cuestión de días historias non sanctas de Escobar comenzaron a aparecer en diferentes medios. Fue calificado como un farsante que por medio de su empresa engañaba a famosos de la farándula a quienes les administraba el contenido de sus cuentas de Twitter. Se conoció que estuvo preso en Estados Unidos por delitos informáticos.
Autoridades venezolanas lo señalaron de prácticamente haber realizado actividades de espionaje y saboteo informático en ese país. En Colombia se le han cuestionado sus vínculos sombríos con inteligencia militar. También como una de las piezas en la ofensiva y guerra sucia que caracterizó la pasada campaña presidencial.
Hace pocos días su abogado solicitó a la Fiscalía que Escobar fuera escuchado para tratar de aclarar estas y otros delicados interrogantes que ameritan claridad, entre los que está sus relaciones con el expresidente Álvaro Uribe.
En su primera entrevista con un medio de comunicación, Escobar reveló a SEMANA varios secretos como, por ejemplo, que es primo del extraditado paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias Macaco. También cuenta sus vínculos con militares, con el general retirado Rito Alejo del Río y detalles desconocidos de las campañas.
SEMANA: ¿Usted es el verdadero ‘hacker’ como se ha dicho en los medios?
CARLOS ESCOBAR: Ojalá poder tener las destrezas de un hacker. Yo creo que tienen que redefinir qué es eso. Yo soy un tipo que me apasioné por las redes sociales y me dediqué a eso en un momento de mi vida luego de un problema que tuve en Estados Unidos.
SEMANA: ¿Ese problema en Estados Unidos fue cuando usted ‘hackeó’ una entidad bancaria en ese país?
C. E.: Con un grupo de conocidos trabajábamos en temas de seguridad. Hicimos una intromisión a la seguridad del Bank of America, sacamos las bases de datos de unas tarjetas de crédito, cuando nos dimos cuenta que habíamos cometido ese error. Pronto nos dimos cuenta que era un delito federal.
SEMANA: ¿Usted fue condenado por eso?
C. E.: Estuve más o menos 23 meses preso. En la acusación en mi contra tenía ocho cargos y finalmente me condenan por un único crimen que fue violar la seguridad de Estados Unidos. En julio de 2007 me deportan.
SEMANA: ¿Cuándo llega a Colombia deportado qué hace?
C. E.: Uno llega más desubicado que un verraco porque de informática ya uno no sabe nada. Me empiezo a meter en el cuento de las redes y se me da la oportunidad de ayudar con unos temas de traducción a la gente que estaba en Justicia y Paz.
SEMANA: ¿En ese trabajo con gente de Justicia y Paz usted le trabajó especialmente a alias Macaco?
C. E.: Sí. Macaco es un familiar lejano. Yo compartí con él cuando era pequeño. Cuando estuve en la cárcel en Estados Unidos me empiezan a llegar las revistas y yo leía cosas de él y no lo podía creer, que él fuera un jefe paramilitar. A mí me empezó a interesar eso. Cuando yo llego a Colombia solicité verlo y le dije que yo sabía cómo funcionaba el sistema federal. Yo le ayudaba a traducir documentos porque los abogados le decían muchas mentiras. Conocí a todos los que estaban en Justicia y Paz y los visitaba para hacer diligencias y les hacía las presentaciones que ellos usaban en las audiencias de justicia.
SEMANA: ¿Macaco le pagaba por esos servicios?
C. E: Sí, claro. Quinientos mil o 1 millón o 2 millones pero no era plata seria para uno hacer algo.
SEMANA: ¿Por cuánto tiempo fue ese trabajo con los paras?
C. E.: Pudo haber sido unos cinco o seis meses. Después me fui para Buenos Aires a trabajar con unos amigos en desarrollo de software y andábamos metidos en temas de redes. Yo iba y venía y luego un amigo nos sacó un contrato para montar unas mallas de Wi-Fi en Venezuela.
SEMANA: Precisamente las autoridades venezolanas afirman que cuando usted estuvo en ese país cometió varios delitos, entre esos ‘hackear’ las cuentas de Pdvsa, e incluso la del propio Hugo Chávez, entre otros. ¿Por qué hizo eso?
C. E.: No. Yo antes les ayudaba a ellos. Yo manejaba las páginas de ellos, de Chávez…
SEMANA: ¿Cuántas veces vio a Chávez, cómo era la relación con él?
C. E.: Lo vi varias veces. Yo iba al Palacio de Miraflores e iba sin problema allá. Tenía relación con todos a nivel de tecnología. Era muy amigo del ministro de Comunicaciones.
SEMANA: ¿Tuvo relaciones con militares venezolanos?
C. E.: Sí. Conocí a generales de la guardia venezolana. Pero más que todo era a nivel de tecnología…Nosotros sabíamos hacer como triangulaciones con teléfonos. Si nos daban un número sabíamos qué se conversaba…
SEMANA: ¿Ese tipo de trabajos lo hacían para las autoridades venezolanas?
C. E.: Sí. El trabajo era directamente con el Cicpc (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas)
SEMANA: ¿Y si usted supuestamente trabajaba para el gobierno venezolano por qué lo acusan de hacer piratería informática en ese país?
C. E.: A raíz de este problema de los hacker en Colombia pues obviamente allá hay un revuelto y siempre quieren salpicar a un colombiano y más si medio conoce a (Álvaro) Uribe.
SEMANA: ¿Cuál fue su relación con el expresidente Uribe?
C. E.: Yo empecé a ir a los talleres democráticos porque me gustaba. Él tuvo un problema con su Twitter y yo conocía a alguien que lo conocía. Le mandé decir al presidente qué tenía que hacer para solucionar el problema. Desde eso me cogieron en la buena.
SEMANA: ¿Desde cuándo lo conoce?
C. E.: 2012, 2013 y este año.
SEMANA: ¿Cuál fue el motivo de su última conversación con Uribe?
C. E.: Pues es que el más sorprendido con este escándalo es él porque él no conocía a Andrés Sepúlveda. Y todas esas cosas que han dicho de mí, él no las sabía. Él me dijo: “Están diciendo que usted conoce a ese señor”. Y yo le respondí que no. “Que usted trabajó con él”. Y también le respondí que no.
SEMANA: ¿Usted trabajó en la pasada campaña del Centro Democrático?
C. E.: No porque yo trabajé contratado por Pacho Santos antes de que ellos eligieran candidato. Y como no quedó Pacho entonces quedé de enemigo de todos los del Centro Democrático. Le monté las páginas y le hice una asesoría.
SEMANA: El ‘hacker’ Andrés Sepúlveda dijo recientemente en una entrevista a SEMANA que usted desde esa campaña de Pacho Santos hizo guerra sucia y ‘hackeó’ a Óscar Iván Zuluaga. ¿Es cierto?
C. E.: No es cierto. En redes no había que hacer guerra sucia.
SEMANA: ¿Usted trabajó con Andrés Sepúlveda?
C. E.: Nunca. Yo conocía al hermano de él, a Lucho. Lo conocí en una agencia de publicidad. Me presentó a Andrés y no le caí bien por temas de egos. Lucho me dijo: “La esposa de mi hermano (Lina Luna) es la mano derecha de Óscar Iván. Venga y trabaja con ellos”. Yo les dije que a mí no me querían allá. Un día fui a la casa de Óscar Iván y me vio David Zuluaga y de inmediato dio la orden para que me sacaran.
SEMANA: ¿Por qué Sepúlveda dice que usted es clave y sabe muchos secretos de todo este escándalo y debería estar preso como él?
C. E.: No sé. Me da pesar de él. No sé por qué tiene tanto odio contra mí. Él no tiene prueba de alguna relación conmigo. Ni estuve en las cosas por las que a él lo acusan. Yo no sé si es verdad que él hizo todas las cosas que dice que hizo. Una persona para hacer todo eso tiene que tener una capacidad ni la verraca. A mí me da vergüenza que digan que él es un hacker pues da pena con las personas que sí saben hacer cosas.
SEMANA: ¿Pero usted sí fue a la cárcel a visitar al general Rito Alejo del Río, como afirmó Sepúlveda?
C. E.: Un amigo mío que es del mismo pueblo de Rito me invitó un día a visitarlo. Un día los hermanos y él me invitaron allá a desayunar con él tamal, y desde eso me volví amigo de él.
SEMANA: ¿Y de qué hablaba con el general Del Río?
C. E.: Ese man es lo más chistoso del mundo. Contándonos historias de él, del hermano, hablaba de cosas del país, de lo que estaba pasando. Todavía si pudiera voy y lo visito. Es un señor que me cae muy bien.
SEMANA: ¿Qué contratos tuvo usted o su empresa Maverick con la fuerza pública?
C. E.: Siempre dábamos asesorías. Con Maverick dimos dos o tres asesorías al Fudra y era pues más asesoría de seguridad en redes.
SEMANA: ¿En qué instalaciones militares estuvo?
C.E.: En la escuela de comunicaciones del Ejército en Facatativá.
SEMANA: El senador Armando Benedetti hace pocos días reveló el diario del ‘hacker’ Sepúlveda en donde estaban correos y cuentas chuzadas, etcétera? ¿Qué sabe de ese diario?
C. E.: No es el diario del hacker. Era una agenda mía con correos de mi oficina. Estaban las claves de clientes míos como el senador Jimmy Chamorro. No sé cómo llegó eso a manos de Benedetti. Yo tengo muchos exempleados enemigos y Benedetti me ha dado varias versiones de cómo la obtuvo. La letra no sé de quién es.
SEMANA: Usted tiene fama de engañar a sus clientes inflando las cuentas que asesora y de hacer un manejo poco ético de la información. ¿Qué tiene que decir al respecto?
C.E.: Claro. Todo el mundo crea cuentas falsas para insultar, pero eso es normal para decir lo que uno cree que es malo.
SEMANA: Normal no es. Es una forma de injuriar, difamar y hacer guerra sucia. Prueba de ello son los ataques suyos con calumnias y mentiras contra Daniel Coronell. ¿Por qué lo atacó? ¿Por orden de quién?
C. E.: Lo que yo hacía con Coronell es que me metía a Google, le buscaba cualquier cosa y ‘le tiro eso’. Yo lo hacía a motu proprio. A mí nadie me pagó. Ese man (Coronell) a mí no me ha hecho nada.
SEMANA: ¿Ese matoneo lo hace con otras personas?
C. E.: Pues sí, claro.
SEMANA: ¿A quiénes?
C. E.: Al principio al que me jodiera. Ahora eso ya no es efectivo.
SEMANA: ¿Cuántos políticos y famosos asesora actualmente?
C. E.: Más de 20.
SEMANA: ¿Y políticos ya no?
C. E.: No. El último fue Benedetti. Ya canceló el contrato.
SEMANA: Su abogado ha pedido cita para ser escuchado en la Fiscalía. ¿Qué es lo que va a contar?
C. E.: La verdad, lo que me pregunten lo puedo contestar.
SEMANA: ¿Va a aceptar que cometió algún delito?
C. E.: Nunca he cometido un ilícito. Si algo aprendí cuando estuve preso en Estados Unidos es que ya estoy muy viejo para cometer más errores.