Coronavirus

“Hacemos el esfuerzo para que la consola se asigne a quien tiene la mayor probabilidad de sobrevivir”: el duro relato de un médico de Santander

La terapia ECMO es una de las más apetecidas y escasas de Colombia. Con la tercera ola, son pocos los pacientes que alcanzan a recibirla. La Fundación Cardiovascular de Colombia, en Bucaramanga, amplió su capacidad, pero no es suficiente.

25 de abril de 2021
La ocupación de unidades de cuidados intensivos fue uno de los aspectos que llevó a definir las nuevas medidas en Santander.
La ocupación de unidades de cuidados intensivos fue uno de los aspectos que llevó a definir las nuevas medidas en Santander. | Foto: Uci en Santander

La pandemia de covid-19 ha vuelto a mostrar su lado más cruel en las últimas semanas, en una tercera ola que deja más de 400 muertos diarios y las unidades de cuidados intensivos por encima del 80 por ciento de ocupación a nivel nacional.

Uno de los dramas más grandes lo viven los trabajadores de la salud todos los días. Algunos de ellos, trabajan en centros que tienen la tecnología necesaria, pero no siempre es suficiente, como lo deja ver el relato del médico Leonardo Salazar Rojas, director del programa ECMO de la Fundación Cardiovascular de Colombia, quien recuerda la complejidad de la situación covid-19 en el país.

“Tenemos muchísimas personas necesitando ECMO y todas las consolas que están disponibles en diversos hospitales, ocupadas. Cada vez que se desocupa una consola, entre todos hacemos el esfuerzo para se asigne a la persona que tenga la mayor probabilidad de sobrevivir”, dice el médico, en un video difundido por usuarios de redes sociales.

Oxigenación por Membrana Extracorpórea o terapia ECMO, es una forma de ventilación que, en palabras sencillas, reemplaza la función del pulmón temporalmente para ayudar a la recuperación de los pacientes covid-19 que no responden a los ventiladores.

Esta terapia deja a los pulmones afectados en reposo, mientras la máquina realiza de forma extracorpórea (por fuera del cuerpo) el proceso de oxigenación que necesita el organismo del paciente. Los especialistas conectan la consola a la circulación de los pacientes a través de dos cánulas o tuberías, después una de ellas extrae la sangre para oxigenarla y retirar el dióxido de carbono, y la otra la devuelve tras el proceso.

En Colombia, muy pocas instituciones cuentan con esta tecnología tan apetecida y por eso, a diario, las redes sociales se inundan con historias de personas buscando una de estas consolas.

De hecho, el médico Leonardo Salazar cuenta que todos los días reciben solicitudes telefónicas, por correos y a través de las distintas redes, de pacientes que necesitan una ECMO. Entre los distintos centros que tienen la tecnología se ponen de acuerdo, toman decisiones, deben escoger, siempre intentando servir, ayudar a la mayor cantidad de pacientes, pero en ocasiones como la actual, deben seleccionar solo a unos cuantos.

“En este momento estamos avasallados, hacemos todo lo que podemos. Les pido, por favor, que tengan mucho cuidado, que hagan lo imposible por evitar el contagio”, dice con serenidad el especialista, pero recuerda a la ciudadanía que si tienen parientes enfermos, los trabajadores de la salud harán todo lo que esté en su poder por salvarlos. “Dios permita que todos o la mayoría se recuperen y vuelvan bien a sus casas”.

Hace apenas unos meses, la Fundación Cardiovascular de Colombia, líder en la región en el manejo de ECMO, se puso la meta de ampliar su capacidad, pasando de 18 cubículos en unidad de cuidado intensivo ECMO, a 40.

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