Hasta con gente encima de chivas: así viaja la minga a Bogotá

A bordo de chivas e incluso encima del techo de los vehículos, miles de indígenas emprendieron su camino desde Cali hacia Bogotá como parte de la minga que adelantan varias comunidades buscando entablar diálogo con el presidente Iván Duque.

En la capital del Valle se reunieron el fin de semana cerca de 10.000 indígenas, campesinos, estudiantes y afros, cuyos líderes piden ser escuchados por el jefe de Estado. En representación del Gobierno nacional acudieron a la cita la ministra del Interior, Alicia Arango, acompañada por el comisionado de Paz, Miguel Ceballos, y los ministros de Ciencia, Salud, además del alto consejero para el Posconflicto, Emilio Archila.

Sin embargo, el encuentro con altos funcionarios no cumplió con las expectativas de líderes indígenas, por lo que en la mañana de este jueves emprendieron su camino hacia el centro del país, en un viaje que tendrá un recorrido de cinco días, según el cronograma compartido por el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric).

Por eso, se espera que las comunidades lleguen a Bogotá el próximo lunes 19 de octubre. Primero, el recorrido irá desde Armenia hasta Ibagué el viernes, el sábado partirán de la capital del Tolima rumbo a Fusagasugá.

En teoría, el domingo estarían en Soacha, antes de su último paso hacia la capital del país, donde esperan dialogar directamente con el presidente Duque, a quien esperan reclamarle supuestos incumplimientos del Gobierno por acuerdos firmados el año pasado en la manifestación de 27 días sobre la vía Panamericana.

Hermes Pete, consejero mayor del Cric, reprochó que el mandatario no acudiera personalmente para hablar con ellos el fin de semana.

“Manifiestan que no tienen miedo al debate, que hay voluntad, pero todo tiran a dilatar y ahí entendemos que no hay voluntad ni quiere sentarse el presidente a dialogar”, dijo en su momento.

“Si el gobierno está pensando que nos vamos a devolver para las casas, nuestras autoridades han manifestado que nos vamos para Bogotá, tenemos un gobierno que no está gobernando para el país, tiene miedo de hablar con los colombianos”, dijo Hermes Pete, consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric.

Otros miembros de la organización, como el guardia indígena Franky Reinosa, expresan que “el principal objetivo por el cual marchamos es la sistematicidad de masacres que se están presentando en nuestros territorios sin importarle al Gobierno lo que nos sucede”.

Los manifestantes también reclaman al Gobierno la implementación del acuerdo de paz firmado en 2016 con la extinta guerrilla de las Farc, así como el derecho a ser consultados acerca de la realización de megaproyectos en sus territorios.

Ante la inminente llegada de la minga a Bogotá, la alcaldesa de la ciudad, Claudia López, volvió a criticar al Gobierno por el hecho y cuestionó si no era más fácil que el presidente se hubiera reunido con ellos en Cali.

En su cuenta de Twitter, la mandataria escribió: “¿No era más fácil ir, dialogar con humildad y resolver con profundidad las preocupaciones de la minga sobre el asesinato de líderes sociales, masacres e inseguridad creciente en sus territorios? Otra marcha que llega a Bogotá contra el gobierno nacional”.

Entre tanto, miembros del Gobierno ha expresado plena disposición para dialogar con líderes del Cric, quienes se niegan alegando que solo se reunirán con el presidente.

La preocupación de autoridades es que se puedan bloquear las principales vías del país y esto afecte la movilidad de los colombianos y la producción de alimentos.

Vale recordar que información de inteligencia militar señala que la minga estaría infiltrada por grupos armados, como disidencias de las Farc y miembros del ELN. El señalamiento, sin embargo, fue desmentido por la propia minga, cuyos voceros afirman que con esto se busca tergiversar sus intenciones.

La oficina del Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos enfatizó en días pasados que desde el Gobierno hay toda la disposición para establecer un diálogo y que se ha cumplido con inversión en los territorios indígenas a través de lo que llamó un “plan social del Cauca”.