AL ATAQUE
“¿Hay algo más tonto en este país que el puente de Boyacá?”: Benedetti
En la edición de este jueves del programa ‘Al Ataque’, el senador Armando Benedetti y el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal analizaron el derribo de la estatua de Sebastián de Belalcázar por parte de indígenas misak.
Un nuevo debate se generó en el país por el derribo de la estatua del español Sebastián de Belalcázar, fundador de las ciudades de Cali y Popayán.
La estatua, ubicada en el morro del Tulcán, en la capital del Cauca, fue tumbada por indígenas misak, quienes señalaron que la decisión se tomó tras un juicio en el que se declaró al conquistador culpable de varios delitos, entre los que están genocidio, despojo y acaparamiento de tierras.
“Este juicio lo enmarcamos dentro de un compromiso que tenemos frente a la memoria colectiva de nuestra sangre, razón por la cual estamos convocados a reescribir la historia liberándonos de toda huella producto de la colonialidad del saber”, señalaron en un comunicado.
En la edición de este jueves del programa Al Ataque, el escritor Gustavo Álvarez Gardeazabal y el senador Armando Benedetti conversaron con Salud Hernández-Mora sobre las implicaciones de este hecho.
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Álvarez Gardeazábal afirmó sentirse alegre por la decisión tomada por los indígenas porque considera que Belalcázar era un asesino.
“Yo me alegro porque durante casi toda mi vida, desde la universidad, estuve escribiendo sobre la falsa historia que nos habían dado de Sebastián de Belalcázar, fundador de Cali, Popayán y Quito. Nos habían mostrado desde las órdenes de la cruz y de la espada con que nos conquistaron y colonizaron que el señor no era nada malo y resulta que era un asesino”, dijo.
Según el escritor, cuando Belalcázar llegó a Colombia se llamaba Sebastián Moyano y había matado a “garrote limpio” a su hermano. “De manera que cuando a un criminal de estos, que hizo todo lo que hizo, lo tumban en su estatua ecuestre, pues indudablemente hay un altísimo significado que ojalá el país y el mundo lean, y hay una satisfacción para quienes creemos que esa clase de estatuas hace mucho tiempo debían ser derribadas”, subrayó.
Adicionalmente, manifestó que en ciudades como Cusco, en Perú, no hay estatuas en homenaje a ningún conquistador español.
“Si usted va a Cusco, allá no encuentra una estatua en honor de ningún español. Todas son en honor de líderes indígenas. En este país nos impusieron una historia. Fue un país administrado por la Iglesia”, expresó.
Por su parte, Benedetti afirmó que todas las estatuas del país deberían ser derribadas.
“Una de las cosas más importantes que ha tenido este debate es que nadie sabía que existía Sebastián de Belalcázar. Usted hace una encuesta hoy en el centro de Popayán y de Cali, y seguramente nadie sabe. Si usted revisa, nadie sabe quiénes son las personas que están en las estatuas. Por lo menos este debate nos ayuda a recordar quién está. Lo que sucede es que el 97 por ciento de las estatuas diría que es indignante para su población y deberían ser tumbadas”, dijo.
Según el congresista, la gran mayoría de estas figuras son símbolo de la desigualdad. “¿De quién son las estatuas? De los padres y abuelos de una clase dirigente que prosperó en este país con base en la desigualdad”, expuso.
En otra parte del programa, el parlamentario manifestó que este debate sobre las estatuas permite analizar otros símbolos. En ese sentido, señaló que el puente de Boyacá es “tonto”.
“¿Hay algo más tonto en este país que el puente de Boyacá? No es ni puente ni un carajo, primero. Segundo, esa fue la última guerra que se dio de un poco de tipos descamisados, enfermos. Ahí no se dio ninguna guerra. Pero como peleó Bolívar y Santander fue la superguerra. La superguerra viene después, cuando los españoles tratan de hacer la conquista, tratan de entrar por el Caribe, por Salgar, por Puerto Colombia”, sostuvo.
Benedetti también afirmó que las estatuas de los futbolistas deberían ser derribadas.
“En el Capitolio hay una cantidad de estatuas de expresidentes que siempre fueron andinos, centralistas, racistas. Por eso digo que aquí hay que tumbar todas las estatuas. Yo diría que hasta la de los futbolistas”, expuso.