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“Hay poderes descomunales moviéndose a favor de la importación del gas”: Jorge Enrique Robledo
El senador cuestionó las cuentas de las reservas que tiene Colombia y que a su juicio considera inconsistentes, junto con el proyecto de la planta regasificadora del Pacífico. Voceros de la Comisión de Regulación de Energía y Gas, del Ministerio de Minas y de la Upme respondieron a sus críticas durante el foro digital sobre las perspectivas del sector que organizó Semana y Canacol Energy.
Las reservas de gas en Colombia siguen disminuyendo. Al inicio de este Gobierno, advirtió el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa Puyo, durante el foro digital ‘Retos y perspectivas del gas natural en Colombia’, organizado Foros Semana y Canacol Energy, se calculaban en 11,7 años, pero ahora están a solo 8 años. Una realidad que preocupa, dijo el Ministro, pues “8 de cada 10 familias usan el gas todos los días para cocinar sus alimentos. Además este es un combustible que se utiliza en el sector industrial y comercial”.
Varios de los panelistas invitados recordaron que el país posee inmensos recursos de gas natural que se encuentran en el subsuelo y pueden ser explotados de una manera responsable para evitar que este hidrocarburo tenga que importarse.
El senador Jorge Enrique Robledo criticó al Gobierno por ser inconsistente en las cuentas de las reservas. Señaló que estos números son presentados como fijos cuando en realidad son fuentes móviles dependiendo de la exploración, y manifestó como un “disparate” las afirmaciones que se han hecho de que no existe diferencia entre importar y producir el energético. “Si Colombia tiene que importar gas el día de mañana porque lo necesita, habrá que hacerlo. Pero si hay reservas, y se hace la importación, es una derrota”.
El congresista también se refirió a la planta regasificadora del Pacífico, que tiene como finalidad importar el gas licuado de otros países, y enfatizó en que incrementa los precios de este hidrocarburo, lo cual lo haría menos competitivo frente al resto de combustibles fósiles que sí son contaminantes.
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“Cuando uno entra en los detalles nos vale un ojo de la cara montar la planta y la pagamos los colombianos. Además, el gas que se importa es mucho más costoso que el gas nacional, y lo último que nos han ocultado es que nos van a transportar ese gas no en un gasoducto sino en camiones. Acá hay poderes descomunales moviéndose a favor de esta importación a través de esa regasificadora”.
La propuesta de construir una planta regasificadora en el Pacífico colombiano lleva varios años sobre la mesa. El Gobierno y la industria le han dado largas a esta discusión que se ha acelerado debido a las estimaciones de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), según las cuales en el 2024 habrá un déficit de gas natural de uso residencial y en las centrales térmicas que generan energía.
Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía, aseguró que es necesario entender para qué, para quién y cuándo se construiría la planta y en esa medida definir la viabilidad del proyecto. “Porque si se necesita y no se hace estaríamos en un gran problema, si se necesita y se hace a tiempo sería maravilloso, si se necesita y se hace tarde sería un desastre y terminaríamos con una solución costosa e inoportuna. Pero supongamos que no se necesita. Se hace y terminamos con un elefante blanco”.
Según Christian Jaramillo, director de la Umpe, a pesar de que el país tiene un gran potencial de gas, tiene reservas para los próximos dos años, que podrían alargarse a cuatro si no llega el fenómeno de El Niño. “Ese potencial se divide en fracking -del cual no tenemos certeza debido a la discusión de los efectos medioambientales-, un gas de offshore del cual tampoco se tiene la claridad del balance económico cuando llega al país, de unas reservas que no se sabe si se van a sacar en las cantidades que se necesitan en el sur de Bolívar y Córdoba, y un piedemonte Llanero en el que Ecopetrol no es claro con las cifras”. Por lo anterior, ratificó la necesidad de importar el gas para que se pueda garantizar este energético en el país.
A este comentario se sumó Henry Navarro, experto comisionado de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), quien advirtió que el país necesita que se asegure la disponibilidad: “no es un secreto que los campos de la costa y el piedemonte llanero hacia el 2024-2025 estarán decayendo. Después de estos años necesitamos tener más suministro, más oferta de gas. Cuando miramos los balances de la UIG estamos viendo que esa planta se necesita y no va a hacer un elefante blanco”.
Navarro también aseguró que el proyecto es completamente necesario porque “la competitividad del gas en este momento en Colombia necesita disponibilidad y las fuentes de producción están en decadencia”.
Desde otra orilla, el senador José David Name fue crítico a la posición de Navarro y la Umpe, al asegurar que están creando la “tormenta perfecta” para construir esta planta. Recalcó que años atrás se creó este mismo escenario para la construcción de la planta de regasificación del Caribe, que para él poco se ha usado y todos los usuarios pagaron.
“Los estratos 1 y 2, los más pobres, van a pagar más de 47 mil millones de pesos por un proyecto que no se necesita”, afirmó el senador. Por último, Jaramillo señaló que esta planta “es para bajarle el costo del gas en el suroccidente colombiano porque no hay que pasearlo por todo el país”. Y agregó que se están adelantado discusiones sobre cómo se debe distribuir el costo.
Reviva el foro digital ‘Retos y perspectivas del gas natural en Colombia, un evento organizado por Foros Semana y Canacol Energy, con el apoyo de Naturgas.