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Herbin Hoyos: el ángel de la guarda de los secuestrados

El periodista creó, en los peores años del conflicto en Colombia, un programa inédito en el mundo que les permitía a las familias enviarles por la radio mensajes a las víctimas de ese atroz delito. Por cuenta de ‘Las voces del secuestro’ recibió un galardón Simón Bolívar y el Premio Nacional de Paz. Falleció por la covid-19 este martes.

23 de febrero de 2021
Herbin Hoyos
Herbin Hoyos PERIODISTA Fotografiado por Guillermo Torres, el 11 de noviembre de 2008 a las 5:17 p. m. en los Cerros Orientales en Bogotá REVISTA SEMANA | Foto: Guillermo Torres

“Aquí sigo guerreando cada respiro”. Este fue el último mensaje de Herbin Hoyos, el pasado 22 de enero. Su pronóstico comenzaba a complicarse por cuenta del diagnóstico de la covid-19. Por semanas, sus amigos y las decenas de personas a las que ayudó en su carrera habían hecho cadenas de oración por su vida. Y su familia había dejado saber que notaba cierta mejoría.

“Gracias a todos por sus oraciones, por su fe, por su solidaridad y su acompañamiento en esta nueva prueba de vida. Cada toma de aire es una oportunidad más que apuntalo con sus oraciones, la fe en Dios y en los médicos. Sigan orando por favor”, remataba el mensaje del periodista. La covid, sin embargo, le quitó la vida este martes.

Su deceso produjo escozor y tristeza. Por años, Herbin Hoyos no fue solamente un aguerrido, sino el ángel de miles de familias que vivían lo indecible. Su programa Las voces del secuestro era una de esas cosas que solo podía existir en un país en guerra.

Hoyos creó un espacio que permitía que en las madrugadas los parientes de los secuestrados llamaran a la radio y enviaran sus mensajes por ahí. Muchos de quienes estuvieron cautivos contaban al salir que ese era el único soplo de aliento que tenían y la única forma de saber de los suyos, aun en medio de esa agonía.

Javier Rodríguez era teniente de la Policía cuando fue secuestrado en la toma de Mitú. Compartió cautiverio con Ingrid Betancourt y también fue rescatado en la Operación Jaque. En la imagen, junto a Clara Rojas, Ingrid Betancourt y el periodista Herbin Hoyos, director de 'Las voces del secuestro'. Fotografía: Guillermo Torres / SEMANA

La idea del programa nació en la madrugada del domingo 13 de marzo de 1994 por un evento muy desafortunado. Mientras transmitía su programa radial Amanecer en América, dos milicianos de las Farc, que se hicieron pasar por concursantes que habían ganado un premio, llegaron a las instalaciones de Caracol en Bogotá y lo secuestraron.

“Era la época en que la guerrilla se llevaba periodistas para luego devolverlos con mensajes para el gobierno”, relató después en una entrevista.

Después de un largo recorrido en camioneta y otro a pie por alguna de las selvas de Colombia, llegó a un campamento en la tarde del día siguiente. “Lo que más me impresionó fue ver a un hombre que tenía su brazo derecho encadenado a un árbol. Se llamaba Nacianceno Murcia Correa y tenía 62 años”, relató luego.

Con la mano que estaba libre, el hombre sacó de debajo del plástico que cubría su cuerpo un radio, su único compañero en el olvido de sus dos años de cautiverio. “Oiga, usted es el del programa, ¿qué le pasó el domingo, que no lo terminó?”, le preguntó.

Herbin, quien no podía creer que tuviera un oyente en un lugar tan remoto, le explicó lo sucedido. “Ustedes los periodistas deberían hacer algo por uno. ¿Se imagina que por este aparato yo pudiera oír que alguien me manda mensajes, la señora, los hijos?”, sugirió Murcia, y Herbin le prometió que cuando recuperara la libertad lo haría.

‘Las voces del secuestro’

La primera emisión del programa Las voces del secuestro en la emisora Caracol Radio tuvo lugar el 10 de abril, 12 días después de que el periodista fuera rescatado por el Ejército en medio de un combate con las Farc. “Los secuestrados nos oyen, y a partir de ahora vamos a acompañarlos”, fueron sus palabras.

Y así fue todo desde entonces. El primer día recibió 40 llamadas y al mes ya tenía una lista con 200 víctimas. Por el programa pasaron más de 20.000 casos y su voz siempre estuvo aliviando la soledad y la desesperanza de los que se encontraban en cautiverio todas las madrugadas de los fines de semana, pues no había interrupción del programa, el cual también cubrió 11 conflictos internacionales.

“La idea es crearles metas, ilusiones para hacer realidad cuando regresen y no se dejen morir”, dijo. Por esa labor, Herbin Hoyos se hizo merecedor de dos importantes reconocimientos en su carrera: el Simón Bolívar al periodista del año y el Premio Nacional de Paz, que compartió con el liberado cabo primero William Pérez, conocido como el ‘enfermero de Íngrid Betancourt’.

Este espacio radial logró ayudar a los familiares de los secuestrados a sentirse cerca de los suyos, tanto que en 2008 se confirmó que el mismo Herbin invitó a trabajar en Las voces del secuestro a Jenny Mendieta, una joven que esperaba que su oyente más fiel fuera su padre, el teniente coronel Luis Mendieta, quien estuvo en cautiverio por más de 10 años.

“Tengo una comunicación directa con él, y en cada emisión me siento como si estuviera al lado de su cambuchito”, señaló Jenny durante una entrevista.

El alcance del programa fue tal que la excongresista Gloria Polanco nombró a Herbin su “ángel de la guarda” mientras estuvo secuestrada: “Era mi alimento, mi vida y esperaba con mucha ansiedad el sábado a medianoche. Me emocioné cuando me contó que mis hijos, que habían sido secuestrados conmigo, estaban en libertad, y lloré cuando adolorido me informó del asesinato de mi esposo, Jaime Losada, y me envió su abrazo solidario desde la distancia”.

Él nunca olvidó lo difícil que fue encontrar las palabras apropiadas para darle esa noticia: “Gloria, tienes que estar tranquila porque tu esposo desde el cielo te va a estar acompañando. Así será cuando recuperes la libertad y de ahí hasta siempre”, fue lo que finalmente dijo el periodista.

Herbin se convirtió así en el testigo de uno de los capítulos más tristes de Colombia. En su programa se vivieron momentos muy conmovedores, como cuando la entonces esposa del exministro Fernando Araújo, sin saber si estaba vivo, le envió el mensaje de que la entendiera porque había decidido rehacer su vida, pues la incertidumbre la estaba matando.

O cuando un niño de cuatro años le pidió al papá que regresara pronto porque “el ratón Pérez se había llevado sus dientes y no le iba a traer un regalo si él no volvía”.

Con dolor relataba también la historia de Chikao Muramatsu, el empresario japonés también asesinado por las Farc. Desde que se conoció la noticia de su secuestro, sus familiares empezaron a enviar al programa un casete cada dos meses con mensajes para que los escuchara.

En una oportunidad, Herbin aprovechó la visita de unos periodistas de ese país para que le tradujeran a su idioma, con la pronunciación correcta, unas palabras que él había escrito para Muramatsu. “Me aprendí un repertorio en japonés que incluía frases como ‘tenga fe y esperanza’, para decírselo cada ocho días. Yo soñaba con conocerlo, pero lo mataron. Luego hablé con el guerrillero que lo hizo cuando fue capturado y con cinismo me contó que el hombre era tan noble que les cocinaba a sus secuestradores voluntariamente”, narró en su momento Hoyos.

Abrazos de libertad

Sin embargo, Herbin también fue testigo de las alegrías del regreso. Según contó él, dio más de 11.000 “abrazos de la libertad”, nombre con el que el periodista bautizó su encuentro con los que vuelven. “En ese momento los declaro mis hermanos para siempre”, aseguraba.

En una oportunidad llegó al estudio un hombre en harapos. Su nombre era Vicente Arroyave, acababa de salir de la selva y lo primero que hizo fue reclamar su abrazo. “Usted me salvó la vida”, le dijo. Durante su cautiverio había intentado suicidarse en tres oportunidades porque sus captores le habían dicho que su esposa lo había dejado y que sus hijos andaban en malos pasos.

“Como si fuera un milagro, un día le dieron un radio y, cuando lo encendió, oyó las voces de sus familiares diciéndole que lo estaban esperando”, contó Hoyos.

A pesar de la felicidad que produce la libertad, siempre estuvo convencido de que a partir de ese momento empezaba una de las etapas más difíciles. “Muchas veces no pueden rehacer sus vidas. Los casos han demostrado que la rehabilitación sicológica no existe, si no tienen los medios económicos para poder empezar de nuevo”, aseguró.

Por eso creó el Fondo para el regreso a la libertad, con el fin de abrirle a cada uno de los policías y militares secuestrados, así como a los civiles de escasos recursos, una cuenta de 1.500 dólares en finanzas Forex con el aporte de los productores de la película La Milagrosa, que donaron parte de sus ganancias en taquilla.

No obstante, en 2016, Caracol Radio decidió ponerle fin al programa que duró más de 20 años al aire, tras la firma del Acuerdo de Paz con las Farc. El fin de Las voces del secuestro no era una mala noticia, sino todo lo contrario. Era el paso a una nueva era en Colombia.

Hoyos no dejó de ser un activista por las víctimas. En 2017 se constituyó la Corporación Rosa Blanca, una ONG integrada por mujeres y niñas que fueron víctimas de ese grupo guerrillero, en la cual Hoyos participó activamente como su vocero.

Después de la firma de la paz con las Farc, Hoyos se convirtió en una de las voces más críticas a ese grupo y a los incumplimientos de los acuerdos de La Habana.

Crítico del Acuerdo de Paz

Desde que el gobierno Santos empezó a hablar sobre los acuerdos de paz, el periodista se convirtió e uno de los críticos más fuertes de dicho trato entre las Farc y el estado colombiano: “Plantón de apoyo a las niñas de la Corporación Rosa Blanca frente al CNE por la impugnación a las curules para violadores de niñas, depravados, pedófilos, de Farc. Esos enfermos mentales no pueden convertirse en legisladores, sin pasar primero por la justicia. Colombia es Rosa Blanca”.

Después, en junio de 2019, Hoyos, acompañado por la organización Rosa Blanca, promovió un referendo para reemplazar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). La propuesta estaba centrada en desarrollar una sala alterna en la Corte Suprema de Justicia, para que los exintegrantes de las Farc y miembros de la fuerza pública fueran juzgados.

“Esta sala les debe dar todas las garantías a los desmovilizados cumpliéndoles los compromisos, pero lo que se busca es que personas que han incumplido con el acuerdo y aquellos violadores de niños no sean cobijados con este tipo de beneficios que está otorgando la JEP”, dijo Hoyos en entrevista con Isabel López Giraldo.

En esta nueva era digital, Herbin hacía activismo desde sus redes personales y daba su opinión no solo frente a investigaciones, sino sobre los procesos que el extinto partido Farc debía cumplir una vez firmado el acuerdo de paz.

Herbin aseguró que por cuenta de sus investigaciones sobre secuestro llegó a recibir varias amenazas, sin embargo, nunca dejó de velar por sus derechos ni por los de las víctimas que siempre defendió como si fueran su propia familia.

Su muerte produjo una cascada de mensajes de solidaridad.

“Duele la muerte de nuestro amigo, el periodista Herbin Hoyos. Luchador incansable por la libertad y valiente denunciante de atrocidades del terrorismo. Su legado en contra del secuestro estará vivo para siempre. Gran periodista; extraordinario ser humano. Acompañamos a su familia”, dijo el presidente Iván Duque. “Ha fallecido un campeón de la libertad”, agregó el expresidente Uribe.

La embajada de los Estados Unidos en Colombia también emitió un comunicado: “Lamentamos profundamente el fallecimiento del periodista Herbin Hoyos Medina, director del programa Voces del Secuestro, que dedicó su vida a defender los derechos de las víctimas del secuestro en Colombia. Nuestras más sentidas condolencias a su familia y a sus amigos”.

“Un ángel llega al cielo”, fue uno de los mensajes para su despedida.

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