Emergencia
Hidroituango: otra vez alerta máxima para las comunidades
En la tarde de este martes se volvieron a presentar movimientos de tierra en la montaña, en el estribo derecho de la represa. Las directivas de EPM decidieron evacuar a todo el personal. Impera el hermetismo sobre lo que está pasando en el proyecto.
La situación en Hidroituango sigue siendo incierta y ha vuelto la alerta máxima para las comunidades de Puerto Valdivia —corregimiento del municipio de Valdivia—, Tarazá y Cáceres, pues no han parado los movimientos de tierra en la parte alta de la montaña en el estribo derecho del muro de presa, justo donde están los túneles de desviación. Esta vez, la Gobernación de Antioquia y el DAPARD alertaron a las comunidades con gráficos donde se enseña cuánto tiempo demoraría en llegar, en caso del peor escenario, una avalancha de grandes proporciones.
Aunque las perforaciones en la montaña parecen ser la razón de los movimientos de tierra, EPM continúa sin saber qué sucede y cuáles serán las consecuencias. En un comunicado de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, se aclaró: “Debido a la situación de los últimos deslizamientos y hasta tanto no se evalué la evolución de los fenómenos presentados, se reitera implementar la evacuación permanente de carácter preventivo de las poblaciones que se encuentran en alerta roja, como son: Puerto Valdivia, Puerto Antioquia, Cáceres y Taraza”.
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Se destaca en el comunicado, y muy en contravía de lo sostenido por la empresa paisa, que la contingencia en la construcción del proyecto Hidroituango es “una amenaza antrópica (hecha por la mano del hombre), para 15 municipios de la zona de influencia”.
Aunque poco se sabe de lo que sucede, el gerente General de EPM, Jorge Londoño de la Cuesta, dijo: “El estribo derecho de la montaña, ese macizo rocoso, ha presentado movimientos de tierra paulatinos y subsiguientes en el tiempo. Por esto, en el Puesto de Mando Unificado se aumentó la alerta a nivel rojo, no solo a Puerto Valdivia, sino a Tarazá y Cáceres, como medida preventiva, porque no tenemos capacidad de predecir si será un movimiento relativamente pequeño o si puede afectar la infraestructura del proyecto”.
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Además de esto, todo el personal que trabaja en la obra fue evacuado y sólo volverán a las labores cuando cesen los movimientos en la montaña, pues según el gerente General, hay todo un equipo técnico evaluando en todo momento las condiciones geotécnicas de la montaña para así poder volver a las labores del lleno prioritario de la presa.
Lo que sucede en Hidroituango no está lejos de lo que manifestó en su carta el ingeniero Jaime Iván Ordóñez, miembro de Ingenieros Consultores LTDA., donde aseguraba que los túneles ya estaban filtrando agua: “El macizo de margen derecha, el que tuvo las fallas antes de la subida del agua, es decir cuando estaba seco, está ahora saturado y a presión, y la presión sigue subiendo a medida que sube el nivel del embalse. Si ya se está filtrando el agua por los túneles, es porque a punta de derrumbes internos de las cavidades, taponamientos y destaponamientos, lesas cavidades, porque son varios túneles de carga, dos originales de desvío y el "intermedio", todos en el mismo lamentable estado y sin posibilidad de arreglo, esas cavidades, como dije, se han ido agrandando y en cualquier momento una o varias de ellas van a explotar, como ya sucedió el sábado pasado, y por ese hueco se viene toda el agua y falla la presa por el estribo derecho”.
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La carta, que palabras más palabras menos, dice que el proyecto es inviable y que se está trabajando en un hermetismo irresponsable para las comunidades, no ha sido contestada por EPM pese a que la semana pasada el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, aseguró que se estaba trabajando en un respuesta completa ante dicha alarma.
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Por otra parte, cada vez se van haciendo más virales videos donde los trabajadores muestran los desplomes de tierra, el movimiento improbable de la montaña. Pero para nada de esto hay respuestas y sólo la alerta máxima para las comunidades aguas abajo que se atienen al vaivén de un proyecto que parece fallido.