JUSTICIA

La pareja explosiva que sacudió a la Fiscalía

La fiscal Hilda Jeanette Niño fue capturada junto con su esposo Gustavo Calero Vargas. Los hallazgos indican que la funcionaria usó su cargo en asocio con su marido para delinquir. Las pesquisas dentro del búnker no han concluido.

14 de junio de 2017
| Foto: Archivo particular

En la Dirección de Justicia Transicional de la Fiscalía todo es desconfianza por estos días. La captura el fin de semana, de la segunda fiscal más importante de esta unidad por supuestos nexos con el bloque del narcoparamilitar alias el Mellizo, desató el nerviosismo en las oficinas.

Por orden del fiscal delegado ante la Corte Jorge Hernán Díaz los despachos de varios altos funcionarios fueron inspeccionados en operativos este lunes y martes. Buscan pistas alrededor de otros funcionarios que pudieran estar comprometidos con conductas ilícitas.

Y mientras las investigaciones avanzan con los hallazgos en los allanamientos del fin de semana, se conocen nuevos detalles de los supuestos hechos de corrupción que rodearon la detención de la fiscal Hilda Jeannette Niño.

Con bombos y platillos, la fiscal se casó hace unos dos años con Gustavo Adolfo Calero Vargas, de 48 años, nacido en Buenaventura, y con doble nacionalidad colombo-estadounidense.

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El hombre que la acompaña desde entonces, fue capturado este sábado en la mañana, cuando las autoridades arribaron a su lujoso apartamento en el norte de Bogotá, en el que les encontraron 175 millones de pesos en efectivo ocultos en una caja fuerte. A Vargas Calero le imputaron los delitos de cohecho propio continuado, enriquecimiento ilícito y asociación para cometer delitos contra la administración pública.

Pero ¿cuál fue su papel en este nuevo escándalo que sacude a la Fiscalía? Las dudas de la Fiscalía sobre el esposo de la fiscal comenzaron con la adquisición que hizo la pareja el año pasado de una casa de 490.000 dólares en Miami.

Al indagar un poco más, los investigadores encontraron que su nombre no es nuevo ni para la justicia colombiana ni para la estadounidense. En Colombia, Calero Vargas fue sentenciado en septiembre de 2013 por el delito de uso de documento público falso.

Según los datos de la sentencia, recogidos por la Fiscalía, Calero Vargas fue capturado al interior del búnker en Bogotá portando una tarjeta profesional de abogado falsa; en ese momento solicitaba ante la oficina de asuntos internacionales de la Fiscalía autorización para ingresar a la cárcel a visitar a varios extraditables.

En julio del año 2014, Calero suscribe un acta de compromiso con el juzgado a cargo de la ejecución de la sentencia, que incluye un periodo de prueba de tres años y medio y la restricción de informar cualquier salida del país. En adelante, registra salidas frecuente de Colombia a Estados Unidos, especialmente a Dallas, lugar donde dice ir a visitar a su madre.

Uno de los detalles que más despertó la inquietud de las autoridades es que el defensor de Calero resultó siendo coincidencialmente Juan Carlos Restrepo, el mismo abogado hoy capturado que defiende a Orlando Villa Zapata, el segundo hombre que estuvo al mando del desmovilizado bloque Vencedores de Arauca y cuyo comandante fue Miguel Ángel Mejía, alias el Mellizo.

Al cruzar los estados financieros entre Restrepo y Vargas la Fiscalía encontró registros en sus cuentas entre 2014 y 2015 de entradas y salidas de dinero en fechas y montos que guardan continuidad. Entre los movimientos financieros que también llamaron la atención de las autoridades están las transacciones entre Vargas Calero y el asistente de la fiscal Iván Darío González Caño. Se trata de operaciones financieras periódicas en montos cercanos a los 20 millones de pesos.

Estos dineros, dice la Fiscalía, coinciden con los ingresos de González a la cárcel donde se hacía pasar por notificador para encontrarse con Jair Ruiz Sánchez, alias Nicolás, exjefe financiero del bloque paramilitar, y con Villa Zapata.

El nombre del asistente de la fiscal –a quien le imputaron los delitos de cohecho propio continuado, abuso de función pública y coautor para cometer delitos contra la administración pública–, también aparece mencionado en un anónimo con el que comenzaron las investigaciones en 2013. Allí se da cuenta de una supuesta reclamación que hace la fiscal a los abogados de los paramilitares por lo que dice “son limosnas”, pero que suma 200 millones de pesos y que se habría realizado en varias entregas en efectivo, con el asistente como intermediario.

La Fiscalía documentó que Calero Vargas fue condenado dos veces en Estados Unidos, una sentencia se profirió en el Sur de La Florida y otra en Texas, en ambos casos por el delito de narcotráfico; habría logrado recuperar su libertad en el año 2009.

Sin embargo, la gran expectativa del caso se centra en los hallazgos que hagan las autoridades en el celular y los documentos encontrados en la cárcel, durante el allanamiento a la celda de Villa Zapata. Entre la información recogida había decenas de folios de matrícula que despertaron nuevos interrogantes de la Fiscalía, al igual que unas 3.000 fotos y 2.000 correos registrados en el celular de exparamilitar.

Este miércoles, con las nuevas evidencias en mano, un juez de control de garantías y un magistrado del Tribunal Superior de Bogotá decidirá si los cinco capturados por este caso van a la cárcel o no. Entre los detenidos también está Milena paz García, esposa del postulado Orlando Villa Zapata. 

Para los investigadores, no existe duda de que el centro de las actuaciones irregulares que se cometieron en este caso, era la fiscal Niño Farfán. Le siguen la pista a todos sus movimientos, incluyendo los recurrentes pagos de viáticos (autorizados por su jefe, Carlos Fidel Villamil) hasta por 80 millones de pesos en un año y los cuales ya inquietaban al propio fiscal general. Varios de esos viajes eran en vuelos de 6:00 p.m. a 6:00 a.m., es decir, para pasar la noche en Medellín o Valledupar.

Por ahora, lo que está claro es que nunca actuó sola y que su mayor aliado era precisamente su esposo. Los investigadores del caso continúan indagaciones para determinar si este matrimonio contaba con más implicados dentro del búnker.