Daños colaterales, la incertidumbre de la tripulación del helicóptero derribado por el ELN

El pasado 11 de enero una noticia estremeció al país. Un hecho que parecía de película ocurrió en Hacarí, un municipio de Norte de Santander. Julio Díaz, Carlos Quinceno y Maxwell Joya se encontraban a bordo de un helicóptero como parte de su trabajo. Díaz piloteaba, era el capitán a cargo del viaje; mientras que Quinceno y Joya eran los escoltas de la valiosa carga con la que volaban.

La aeronave tenía una característica especial: era un helicóptero de transporte valores, adscrito a la empresa Brinks, que llevaba consigo alrededor de 1.700 millones de pesos. De matrícula HK4327, cubriría la ruta Cucutilla-La Playa.

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Sin embargo, una fuerza mayor llevó a que hubiera un cambio de itinerario. “Aerocharter Andina S.A.S. ACA informa a la opinión pública que el 11 de enero de 2019 se presentó un hecho que alteró el orden público”, publicó la empresa en un comunicado de prensa. El helicóptero “fue impactado a la altura del municipio de Hacarí, hecho que obligó al piloto de la aeronave a efectuar un aterrizaje de emergencia”, explicó, agregando que los tres tripulantes quedaron ilesos.

El helicóptero fue impactado a tiros, lo que lo obligó a aterrizar en un campo de fútbol donde hurtaron el dinero que transportaba. Posteriormente, lo incineraron y los autores de los hechos delictivos se llevaron con ellos a Joya, Díaz y Quinceno.

Noticias RCN reveló la última comunicación del piloto Díaz, quien alcanzó a notificar al despacho que les habían disparado. “¿Qué hubo, cómo está?”, le contestan en tierra. “Bien hermano. Nos dieron un tiro y me rompieron el vidrio”, explica de inmediato Díaz.

“Ag hp. ¿En qué parte, capi?”, le preguntan pero sin obtener respuesta. “Aló, aló, capi, ¿capi pero usted está bien? Aló, aló capi”. Nada. Del otro lado solo hay silencio. “Aló, aló, aló, aló, ¿capi, me escucha? Aló, aló. Le dieron un tiro. Aló, aló, aló”, se escuchá que quien recibió la llamada le informa a otro presente en la sala.

Durante tres días hubo incertidumbre sobre qué grupo tendría a los hombres, dado que en la zona del suceso, la región del Catatumbo, tienen influencia el ELN, disidentes de las Farc y el Clan del Golfo. En ese momento ninguno se atribuyó la autoría.

En medio de la incertidumbre, las familias clamaban a los captores por sus seres queridos. “Pedimos a las personas que los tienen capturados que les respeten sus vidas ya que estaban trabajando y que los liberen ya”, clamó Martha García, familiar de uno de los tres presuntos secuestrados.

La familia de Maxwell Joya hizo un video que volvió viral con un sentido mensaje para quienes lo tienen privado de su libertad. “Soy la mamá de Maxwell Joya. Les pido de corazón, por favor respeten la vida de mi hijo y la de todos sus compañeros, por favor”, inicia la grabación.

“Él es un muchacho trabajador, muy honesto, él nos colabora, él es el sustento de nuestra familia. Por favor, les pedimos que respeten la vida de nuestro hijo, que lo devuelvan sano y salvo a nuestra casa. Lo estamos esperando aquí, en el seno de su hogar”, finaliza entre lágrimas su madre.

Por los hechos se realizó un consejo de seguridad del departamento el 14 de enero. Luis Fernando Niño, secretario de Víctimas y Conflicto del departamento de Norte de Santander, dijo a medios de comunicación que se estaban ofreciendo 100 millones de pesos por cualquier información sobre los secuestrados.

Agregó que hasta ese momento no había habido ningún contacto con los captores. “Esperamos que las tres personas secuestradas se encuentren bien y que muy pronto sean liberadas”, añadió.

El miércoles 16 de enero se supo quiénes eran los responsables del millonario hurto y de los secuestros. En medio del clamor de los familiares por tener noticias de los tripulantes, ese día circuló un comunicado del frente de guerra nororiental del ELN en el que se atribuían la autoría de los hechos y confirmaba que las tres personas y el dinero están en su poder.

"Les comunicamos a las familias de los tripulantes que ellos se encuentran bien y tenemos la voluntad de liberarlos, gestiones que estaremos organizando con los organismos humanitarios pertinentes", decía el comunicado. El grupo guerrillero, al parecer comandado por Manuel Pérez Martínez, asegura que el dinero será destinado a la lucha revolucionaria.

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Según se dio a conocer en medios, la Defensoría del Pueblo y la iglesia católica habían iniciado ya gestiones humanitarias para que los secuestrados pudieran regresar pronto a sus hogares. Sin embargo, desde el viernes 18 de enero este proceso quedó en el limbo tras el atentado del ELN contra la Escuela de Policía General Santander que cobró la vida de 21 personas. Los esfuerzos de liberación quedaron suspendidos. 

El anuncio de Iván Duque de activar las circulares rojas de Interpol contra los líderes de la guerrilla, de perseguir judicialmente a los negociadores del ELN que se encontraban en Cuba, puso en vilo a las familias de los más recientes secuestrados por el grupo al margen de la ley.

“Solicitamos que el gobierno que siga con estas negociaciones. No solamente por estas personas que están recientemente secuestradas sino por las personas que ya llevan tiempo”, afirmó a medios Carolina Joya, familiar de Maxwell Joya. Para el inicio de esta semana, las familias seguían sin haber recibido pruebas de supervivencia.  

Según la oficina del Alto Comisionado de Paz, en total son 16 los secuestrados por el ELN. Este martes la Comisión de Paz del Congreso exigió al ELN la liberación inmediata de los tripulantes. 

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